La Puerta, por Fernando Latrille

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La Puerta, por Fernando Latrille

12 Agosto 2018

Por Fernando Latrille 

El médico no habla, la ausculta nuevamente, sigue sin decir nada, veo su rostro sin expresión. De su boca no se escapa una palabra, no puede, no sabe cómo decirlo. Al cuadro desesperante de su silencio le pongo fin. ¡Está muerta!...y abrazo a mi mamá con el dolor de la confirmación sin confirmar por el médico mudo, que mi hermana María José, a los 29 años y en su cama, el 11 de agosto de 1999-hace veinte años- moría después de haber vivido intensamente quizá sabiendo que su cuerpo deteriorado por la diabetes que padeció desde muy temprana edad le diría basta pronto. 

La muerte convive conmigo desde muy temprano. Mi padre murió cuando tenía 10 años, en 1984, por una aneurisma de la que iba ser operado pero el estallido de su corazón lo impidió. Ese día estaba en lo de un amigo que vivía a una cuadra de casa. Mi primo que vivía con nosotros fue a buscarme guardando silencio, recuerdo que le pregunté y no dijo nada, no pudo. Me imaginé lo peor en el trayecto que confirmé cuando entré a casa donde el llanto reinaba. La vida y la muerte es parte de lo que nos toca, son inseparables, son insuperables. Mi madre no se quedó llorando la muerte de mi padre, no tuvo tiempo para el duelo, no era que no quería, no podía. Tres bocas que alimentar se lo impedían. Mi padre era socio gerente en una feria agrícola ganadera. Ese lugar lo ocupó mi mamá. Las ferias agrícolas ganaderas iban cerrando y le tocó a la nuestra, después de muchos años que funcionó y permitió que comiéramos, creciéramos, estudiáramos, progresáramos. Las grandes extensiones de campos para la cría de ganado iban desapareciendo con los feedlots para darle lugar a la extensión de campos sembrados de soja que comenzó a ser el negocio. Los 90 venían a cambiarlo todo (para peor), las privatizaciones del menemismo, entre ellas la de la industria SOMISA, emplazada en Ramallo dejaba al distrito y a San Nicolás en ruinas. El decálogo menemista de la reforma del Estado, según Dromi: “Nada de lo que deba ser estatal permanecerá en manos del Estado”, se cumplía. Ese desmantelamiento trajo muertes silenciosas de las que aprendí luego. La de aquellos que se acogían al retiro voluntario, espejitos de colores que se vendían por entonces. Los obreros que no sabían hacer otra cosa y si sabían ¿dónde hacerlo? Cada una cuadra un quiosco, las agencias de remises que proliferaban por todos lados pero sin pasajeros porque cuando el mercado interno está herido de muerte, todo muere. Luego venía la depresión de los “emprendedores” que fracasaban, (que Cambiemos nuevamente alienta como solución laboral) seguida de una muerte silenciosa. Familias que se descomponían al igual que el Estado: adicciones, suicidios. 

Esas muertes me fueron marcando como las muertes familiares. Uno sobrelleva una muerte de un ser querido por una enfermedad pero es inaceptable una muerte porque alguien tomó una decisión política de hacer pedazos el país. El estallido del 2001 trajo nuevas muertes. La muerte del ramallense Gastón Riva no me sería indiferente. Salió con su moto hacer rugir su enfado protestando hacia Plaza de Mayo el 20 de diciembre de 2001 y fue asesinado por la policía. Cómo olvidar el ruido de las motos de los mensajeros y cadetes compañeros de Gastón que terminaron con la paz del cementerio local en los homenajes que le hacían, porque nadie puede descansar en paz cuando el Estado, la decisión de un gobierno, arrebata una vida. Verlas a las Madres ahí, a Nora Cortiñas, a Taty Almeida, bajar de un colectivo de línea hecho pedazos en pleno diciembre de calor infernal en Ramallo para no caer en el olvido, era una marca que iba a llevar en mi cabeza por siempre.  

Pensé que al mismo tiempo que todos los hechos que enumero me marcaban a mí, también lo hacían con el resto de la sociedad y que era imposible caer en manos de miserables nuevamente porque habíamos aprendido. La memoria del 19 y 20 de diciembre de 2001 estaba tan presente que marcaron a los gobiernos de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner que nos sacaron de ese infierno. Era tan fácil saber quién era Macri, más allá de sus mentiras, de sus promesas falsas de que nadie perdería nada. Ahora saben mejor los que les confiaron su voto que con su gobierno todo fue pérdida. Endeudamiento externo para sostener la fuga de capitales sin precedentes; aumento y dolarización de las tarifas de gas y energía eléctrica beneficiando amigos; caída abrupta del salario y crecimiento estrepitoso del desempleo; aumento de la pobreza e indigencia; jubilaciones a la baja; corrupción sin límites con operaciones desde el propio poder Ejecutivo con el poder judicial y mediático; maniobra espuria intentando autoperdonarse la deuda millonaria que Macri tiene con el Estado. Toda esta enumeración incompleta da cuenta de que Cambiemos transformó lo obsceno en aceptable. Un chiste, sin determinar autor, que circuló y circula mucho explica mejor el accionar de esta gente: “En una mesa están sentados un peronista, un indeciso y un macrista. Arriba de la mesa hay 20 galletitas. El macrista agarra 19 galletitas e intenta convencer al indeciso que el peronista le va a robar la última”. 

Pero si el problema es Macri algunos bonaerenses podrán pensar que María Eugenia Vidal es distinta, es mejor. Nada de eso,  lo que es mejor es su blindaje mediático. El Hada Buena siguió el mismo camino. Un endeudamiento externo en dólares cuando su provincia solamente recauda en pesos;  deterioro en las áreas de salud y educación sin precedentes. Después de que una escuela estallara en Moreno muriendo dos trabajadores de la educación (Sandra Calamano y Rubén Rodríguez), la respuesta fue el atajo y se dispuso cortar el servicio de gas en las escuelas para salvar a la Gobernadora de cualquier responsabilidad pero sin importarles el frío que afecta la enseñanza/ aprendizaje y los comedores escolares donde se mal alimentan niñas y niños. Trabajadores de la educación que no cobran su salario por error del sistema. A quien escribe, sin explicación, lo cesaron el pasado 13 de junio. Me liquidaron mal el mes de julio y estoy impedido de cobrar en agosto lo trabajado en julio, que se supone  me abonarán recién en septiembre lo que me adeudan. Seguramente pensaron que con los 4.500 pesos puedo ahorrar para que no me falte el pan en agosto. No soy el único esquilmado. “El propio gobierno reconoció el piso de 11.000 docentes que no habían cobrado, tras la denuncia de SUTEBA en abril que luego se reiteró en mayo. Ocultaron bastante la información, nosotros hicimos un relevamiento con los afiliados afectados por el error en el funcionamiento del SUNA,  Sistema Único de Novedades de Agentes con el cual se liquidan salarios cuyo responsable es Sanquinetti”; dice Silvia Almazan Secretaria Adjunta de SUTEBA. “Trabajamos bastante sobre el tema para que sean incluidos y logramos dos pagos más complementarios en el mismo mes, obligamos a la Dirección General de Escuelas con movilizaciones para revertir esto”, describe. “Quedaron compañeros sin cobrar donde no hubo forma que se resolviera su situación. Prima mucho la lógica de defensa del sistema del gobierno y todo lo demás son ‘daños colaterales’. Tuvimos que obligarlos con medidas de fuerza que le pagaran a los compañeros porque estaban con la decisión de que aquellos que se cayeron del sistema iban a cobrar dos meses o tres después”, afirma. 

En la vuelta del programa Big Bang por El Destape radio (lunes a jueves de 19 a 21), Marcelo Figueras nos convidó con una rica entrevista al Indio Solari. Cuando el conductor le preguntó cómo andaba, dijo mal y no en lo personal ni en referencia a su estado de salud, sino por la situación. “Porque se muere gente”, expresó. Otra vez las muertes que más duelen, las que son evitables. “Yo no tengo motor político, no me gusta ese nivel de mirada de la sociedad, pero veo que se están muriendo los pendejos, no hay tu tía…de alguna manera esta gente se tiene que ir. Y si no, me tengo que ir yo”, expresó el Indio. Es el motor artístico lo que mueve a Solari que habló de la diferencia con los políticos que siguen ideología y los artistas que siguen ideales. Solari es amado infinitamente y ese amor que teje con sus seguidores- imposible de dimensionar-, se basa en que el músico más importante del país adopta, de alguna manera, la definición del Che Guevara cuando en carta a su madre el 15 de julio de 1956, le explica: “En estos días de cárcel y en los anteriores de entrenamiento me identifiqué totalmente con mis compañeros de causa…El  concepto de yo desapareció totalmente para dar lugar al concepto de nosotros”.  

Mi mamá hasta el día de hoy duerme en su habitación con la puerta abierta. Así lo hizo para el cuidado de mi hermana, para que ese instinto la hiciera saber cuándo acudir saltando como resorte hacia su habitación donde convulsionaba, salvándole la vida en innumerables ocasiones. Cuando mi sueño no era tan profundo o cuando el grito de mi madre llamando a mi hermana en forma reiteraba me despertaba, fui testigo varias noches corriendo hacia la heladera acercando frascos de dulces para que ella con una cuchara introdujera en su boca para estabilizarla de los cuadros de hipoglucemia que presentaba. La invención del mágico glucagón  facilitó esas urgencias de revivirla cuando no era posible administrarle glucosa por vía oral a causa de su situación crítica de convulsión y desmayo. Esa puerta abierta de la habitación de mi madre para sentirla, para salvarla, sigue estando presente en casa. Esa puerta abierta es la que debemos dejar en la urna el próximo octubre para salvarnos todos e impedir que Macri, como dice Horacio Verbitsky, continúe otros cuatro años como Jefe Supremo de los Restos de la Nación. Solari está enojado por esas muertes de hambre y frío, es tiempo de dejar la puerta abierta en la urna, como mi madre en su habitación, para que pueda entrar en el país quien nos socorra y salve. Estamos a tiempo.