La inteligencia de Tierno

La inteligencia de Tierno

15 Diciembre 2015

 

Por Juan Carlos Martínez (*)

Hablando de inteligencia militar, un viejo anarquista solía decir que si era militar no podía ser inteligente. Pero de inmediato aclaraba que se refería a los militares de este tiempo, que nada tenían que ver con los que se formaron bajo la impronta sanmartiniana.

En verdad, los servicios de inteligencia militar en la Argentina, particularmente en tiempos de dictaduras, se han dedicado al espionaje interno con la finalidad de perseguir a ciudadanos y ciudadanas por sus ideologías políticas.

El mismo derrotero siguieron los servicios de inteligencia policiales que, como la DIPPBA dirigida por el genocida Camps en la provincia de Buenos Aires, se dedicaban a marcar a los disidentes de la dictadura que generalmente terminaban en centros clandestinos de detención donde eran torturados hasta la muerte.

El espionaje interno incluía a Madres y Abuelas que buscaba a sus hijos y nietos y hasta aquellos niños eran incluidos en las listas de subversivos como ha podido probarse a través de una serie de documentos rescatados por los jueces que investigaron los múltiples delitos de lesa humanidad cometidos en los años de plomo.

Cuando Juan Carlos Tierno habla de formar un equipo “externo” de inteligencia dentro de la Policía, sabiendo cómo entiende el nuevo ministro las cuestiones de seguridad, uno no puede menos que sospechar que se trata ni más ni menos de uno de esos anuncios rimbombantes del hombre que ya demostró que en las comisarías pampeanas la picana eléctrica prevaleció sobre la inteligencia.

Por si faltara algo para anticipar el plan de Tierno, el condenado ministro pampeano anunció que “vamos a trabajar junto al Ministerio de Seguridad Nacional, particularmente junto al secretario Eugenio Burzaco, un hombre que tiene un altísimo nivel de preparación”.

Algunos medios de comunicación han recordado parte del historial de Burzaco, quien fue asesor del gobernador neuquino Jorge Sobisch, el responsable político del asesinato del docente Carlos Fuentealba.

Burzaco presidió la Fundación PensAR junto a colaboradores como Jorge Cirino, ex agente de Inteligencia del Batallón 601, un centro desde donde se planificaban secuestros en tiempos de la dictadura.

Durante el gobierno de la Alianza Burzaco integró la SIDE desde donde Mario Pontaquarto retiró cinco millones de dólares para pagar las coimas de la Banelco a los senadores que aprobaron la reforma laboral.

En 2009, Burzaco asumió como jefe de la Policía Metropolitana luego de las separaciones de Jorge Fino Palacios y Osvaldo Chamorro, involucrados en la causa de las escuchas y espionaje realizadas por el entonces gobierno de Mauricio Macri, procesado por esos delitos.

Mientras estuvo al frente a la Metropolitana, Burzaco defendió el uso de pistolas Taser bajo el argumento de que “cuando uno tiene una persona que está drogada o sacada lo tiene que reducir”.

Otro dato que define a Burzaco de cuerpo entero es la admiración que siente por el ex alcalde neoyorquino Rudolph Giuliani, célebre por su teoría de tolerancia cero.

“Con semejante prontuario -dice La Izquierda Diario- Eugenio Burzaco promete ser un eficiente soldado al servicio de Macri y su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Un soldado armado hasta los dientes para garantizar que el ajuste del nuevo gobierno pase, así sea a sangre y fuego”.

Con respecto a Burzaco, el flamante ministro Tierno acaba de decir: "Conozco sus ideas y las comparto totalmente”.

Está todo dicho.

 

(*) Periodista y escritor. Autor de El golpeador. Violencia de género, corrupción política e impunidad (2013), una investigación periodística sobre Juan Carlos Tierno. Nota publicada en Radio Kermés, de Santa Rosa, La Pampa.