Apuntes para reconstruir al peronismo (diálogo entre K y no K)

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Apuntes para reconstruir al peronismo (diálogo entre K y no K)

25 Octubre 2017

Por Nacho Gálligo

Siguiendo el análisis de la nota “El peronismo no perdió votos, los dispersó”, se puede seguir comprendiendo al peronismo como un movimiento nacional que incluye diferentes vertientes.

La alianza gobernante Cambiemos pudo lograr un triunfo contundente a partir de conformar una construcción homogénea en todo el territorio nacional, desde las bases que la componen hasta sus dirigentes. Así logró una hegemonía de 41%. 

Lo ayudó, además, la fragmentación de su rival. El peronismo atraviesa una situación inversa al macrismo: la rivalidad entre dirigentes responde en buena medida a una fractura en la propia base. Así las cosas, se pone más esfuerzo en rivalizar con el adversario interno que sobre el contrincante externo, el macrismo.

Esos sectores en pugna suelen descalificar al otro desde diferentes posturas: el peronismo kirchnerista que tiene como centro a Cristina Fernández de Kirchner, el peronismo “autocrítico” en la figura de Florencio Randazzo, el peronismo moderado en las figuras de algunos gobernadores y el peronismo "opo-oficialista" encarnado en Sergio Massa o Juan Urtubey. Esos diferentes peronismos están en una fuerte discusión política interna y de cara al electorado. 

¿Cómo se sale del laberinto? Volviendo a un diálogo entre dirigentes que busque los puntos de acuerdo. ¿Tantas diferencias existen entre un kirchnerista y Felipe Solá? ¿O entre un votante massista y Jorge Taiana? Se trata de encontrar puntos de acuerdos, acercar dirigencia y base social, a partir de un programa en común. Cristina afirmó el domingo: "Unidad Ciudadana es la base, pero no la totalidad, de un proyecto de alternativa al macrismo". Antes, Solá había asegurado en la misma línea: "El kirchnerismo no puede ser dejado afuera en la reconstrucción del peronismo". La base está. 
 
Lo dicho: busca correr obstáculos para acercar posiciones dentro del movimiento peronista, sumado en un frente con sectores progresistas como única posibilidad de construir un espacio que pueda disputar poder en todo el territorio de forma homogénea. Claro que es fácil decirlo y más complicado llevarlo a la práctica. La suerte del peronismo se juega en esa tarea.