Boca: una derrota más que explicable

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Boca: una derrota más que explicable

07 Septiembre 2015

 

Por Matías Fabrizio

Primeramente, quedó visto que Boca hizo lo que quiso y San Lorenzo lo (poco) que pudo. Y para el que no lo vio ni quiere ver la repetición, las estadísticas de posesión (64-36 para el Xeneize), las de remates (14-4) y las de córners (15-4) más o menos dejan en claro cuál fue la tendencia del partido. Entonces, ¿por qué Boca no ganó un partido en el que mereció golear? Fundamentalmente porque el equipo no tiene facilidad para el gol ante defensas cerradas. Calleri la mete seguido pero no es ese 9 a lo Palermo, y sin querer comparar a Jony con el Titán, al que durante tanto tiempo el hincha estuvo acostumbrado, que inventaba un gol de cualquier lado. El ex All Boys tiene otras características, más en función del equipo y no tanto de cara al arco rival, faceta en la que sin dudas ha ido mejorando.

Boca no goleó porque salvo los pasajes del primer tiempo en los que Bentancur y Pérez se juntaron a tocar y desbarataron por completo al mediocampo cuervo, no tiene sorpresa. Es todo muy evidente. Y si el desequilibrio es siempre de Tevez, bueno, podrá servir pero seguramente no sorprender. Boca da demasiados pases alrededor del área, para terminar abriéndola al wing o lateral. Por más tentador que sea el cabezazo de Calleri, todo esto hacía que San Lorenzo se abroquele dentro de su área, cualquier espacio logrado con la dinámica de la jugada se perdía allí, por esa falta de decisión. La misma falencia que, salvo contadas ocasiones (dos veces Bentancur, una Meli, una Cubas), hace que Boca no patee el arco de afuera ni para probar suerte. Como bien dijo Bauza, los partidos no se merecen. Bien sabrá que San Lorenzo no lo mereció e igual se llevó un triunfo tremendo. Boca mereció ganarlo, golearlo, pero ni siquiera llegó a hacer gran figura a Torrico, más allá de alguna muy buena del Cóndor.

El Xeneize también lo pierde por algún cambio poco coherente del DT. ¿Por qué sacar a Palacios si Arias no estaba firme y ya no estaba Barrientos, el otro 3 que puso el Patón? Si pone a Chávez, un tipo potente, que no se junta a tocar sino que espera adelante para definir la jugada, ¿por qué no sacar a Calleri? Con este doble 9 (por más que el Comandante vaya por afuera, su juego es el de un ariete, no el de un extremo) Boca perdió la poca sociedad que le quedaba en el segundo tiempo, además de la gambeta del Tucu. ¿Por qué no Pavón ahí? Arruabarrena con ese cambio decidió dejar de lastimar a San Lorenzo donde más le dolía, su banda izquierda. ¿Por qué no Cristaldo por Meli o Bentancur, para abrir la cancha, jugar con dos personas rápidas por la banda derecha, hacerle el 2-1 a Arias y, de yapa, hacer salir a un costado a Yepes, de 38 años y a quien Echenique ya le había perdonado la vida dos veces, y no hubiera podido hacerlo una tercera (se supone)?.

Como varias veces ante River, Boca sufrió por falta de personalidad ante el juego brusco rival. ¿Qué hubiera pasado si de inmediato ante la brutal plancha de Yepes los jugadores, en lugar de seguir la jugada, se le iban al humo? El ataque de Boca siguió, obviamente se diluyó, y ya más frío, Echenique fue y amonestó al colombiano. Si los jugadores locales generaban un tumulto (dentro de los límites) en el preciso instante en el casi lesionan a un compañero, hubiera presionado sobre la decisión del árbitro. Nadie lo hizo. Y nadie tampoco fue y la devolvió contra Blanco o Cauteruccio. No porque haya que pegar, sino por una cuestión de plantar la bandera, y más en La Bombonera, de que a Boca no pueden pasarlo por arriba de prepo. Lamentablemente, salvo Erbes, Cubas y Pérez, el resto en general entiende poco de esto.

Merecen un párrafo aparte los dos más chicos, que junto a Palacios y Pérez fueron los mejores de Boca: Cubitas y Bentancur. El misionero se bancó el medio, delante de los centrales, cortando de cuajo posibles contras del Ciclón e incluso comenzando ataques propios. Con un poco más de puntería del Tucu, de un grandísimo pase largo de Cubas hubiera llegado el gol. El Uru fue otro de los destacados. El pibe, con 18 años, baja a buscar la pelota al fondo, y luego la sube hasta llegar tocando a la zona de ataque. Demuestra compromiso y pertenencia (en la cancha, durante el partido) igual o más que cualquiera. Otros tantos se han equivocado más veces y peores que él. Se equivoca el que hace, y Bentancur es de los que hace, y bien.

Por último, vale destacar este lindo evento que se viene entre ex jugadores de Boca y la Juventus. Va a ser gratísimo verlo por tele y más aún luego recibir en La Boca a grandes campeones del Xeneize y a otros cracks internacionales que unos cuantos usábamos en algún videojuego. Ahora, una duda: ¿qué corno hace Angelici allá en Italia, pudiendo mandar a algún dirigente con ganas de figurar, en lugar de estar acá en el partido más importante del torneo? ¿Hay mejor campaña eleccionaria que hacer bien las cosas, acaso? ¿No será él el dirigente con ganas de figurar? Boca defiende la punta ante San Lorenzo: al Ciclón le llevan a Emiliano Mas, suspendido para el torneo local, y a Ortigoza, que lo devuelven. O sea, ni se enteró SL de la fecha FIFA. Mientras que a Boca le sacan tres titulares, Angelici solamente habla en los medios en lugar de imponerse en AFA (y vaya barbaridades que dice cuando habla…) y Crespi en lugar de recriminarle a su presidente por la falta de presencia, pone la mira en Martino por convocarlos. Por caso, y dado el viaje de Angelici a Europa, estos rosqueos de AFA con respecto a las elecciones que serán en octubre, en marzo o nunca, se están llevando adelante sin ningún representante de Boca en la mesa. Hoy Boca no existe dirigencialmente. Con estos tipos, hace rato que a Boca le ven la cara.

“Para el hincha” es eso. Una sección para el hincha de Boca. De parte de otro hincha. Uno que, simplemente, escribe en una página y habla en una radio, en lugar de manejar un taxi, conducir una fábrica o ser empleado estatal. Es un lugar para volcar sensaciones, opiniones, broncas y alegrías, y reflejar la identidad del club, con pasión y chicanas, pero con autocrítica y respeto. Y sin Angelicis.