Balance del Foro Social Mundial: "La potencia de Internet permitió construir mayor unidad y diversidad"

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Balance del Foro Social Mundial: "La potencia de Internet permitió construir mayor unidad y diversidad"

12 Febrero 2021

Por Sergio Ferrari

La edición del Foro Social Mundial (FSM) 2021 acaba de terminar el último domingo de enero. Si los promotores lo consideran como un gran logro en el proceso de 20 años de su existencia, la mirada externa se interroga sobre el esquema tecnológico que lo cimentó. ¿Cómo se pudo lograr que casi 10 mil personas de 144 países de diferentes continentes hayan podido organizar y participar durante nueve días en casi 800 actividades, con paneles-ponencias-intercambios mayoritariamente traducidos a dos o tres idiomas?  Entrevista con François Soulard, especialista en comunicación, militante asociativo y animador de la plataforma Dunia, uno de los principales pilares que sustentaron la base técnica del FSM 2021. 

APU: El primer Foro Social Mundial en 20 años, íntegramente digital. Su propia realización/existencia no deja de sorprender…

François Soulard (FS): Sí, hubo mucho entusiasmo y un gran deseo de salir del aislamiento y encontrarse alrededor de un gran imaginario común. Las cifras de participantes lo reflejan. No tuvimos casi ningún quiebre de los soportes comunicacionales, salvo un servidor propio de video Peertube, cuyo disco se amplió tanto que tuvimos que extenderlo. En África y otros lugares más distantes de las grandes infraestructuras, fue más difícil acceder a las redes dado el costo de la conectividad.

Sin duda, y lo comprobamos en este FSM una vez más, las barreras digitales constituyen una triste realidad mundial.

Base técnica para intercambio global 

APU: ¿Cómo se aseguró la realización técnica de un FSM de esta naturaleza?

FSEl foro se articuló alrededor de un registro en línea de las propuestas, paneles y actividades, las que tenían como telón de fondo los espacios temáticos que iban estructurando los contenidos conceptuales.

Los participantes y organizaciones fueron así generando el propio Programa Final del FSM que se diseñaba a medida que se iba cargando cada actividad propuesta en una franja horaria, con su contenido enmarcado en uno o varios de los ejes temáticos.

¡Fue un foro muy participativo, hiper descentralizado, con otra modalidad y basado en el uso de computadoras! Un rápido balance: entre el 23 y el 31 de enero, contabilizamos 37000 visitas en el sitio de base join.wsf2021 y 152.000 búsquedas en el repertorio de las actividades. La participación de Brasil, con más de la mitad de los participantes, fue determinante.

Toda su realización fue asegurada y asistida, de hecho, por la infraestructura corporativa instalada en Internet (Zoom, Facebook, Google). Hicimos un gran esfuerzo para usar también otra infraestructura basada en herramientas libres y abiertas como drupal, civicrm, big blue button, peertube, jitsi, mobilizon.

Esta realidad dual y contradictoria llevó a politizar más el debate en el mismo foro sobre los temas y desafíos comunicacionales.

Balance tecnológico y político

APU: ¿Los principales problemas que debieron confrontarse?

FS: Dada la polarización social propia en algunas regiones del planeta, hubo varias irrupciones agresivas en encuentros on line que tuvieron la finalidad de romper u obstaculizar ciertas actividades. Ocurrió esencialmente en Brasil. En India, algunas propuestas del programa fueron canceladas debido a los acontecimientos ligados a la enorme movilización campesina y la represión de Red Fort en Nueva Delhi. En Túnez, una discusión en línea que usaba Zoom y donde participaba una activista local muy conocida fue desactivada por la propia empresa.

Por otra parte, para algunos participantes, fue difícil el empleo de la computadora para participar en el FSM. Hubo que forzar un reflejo todavía no instalado. Hay mucha diversidad de abordajes, generaciones y culturas dentro de este gran espacio y hay que aceptarlo como una realidad de partida.

APU: Y los aspectos positivos…

FS: ¡Que fue una realidad y lo pudimos realizar! La pandemia obligó a parir otra cosa que probablemente la propia organización del FSM no hubiese podido generar en un periodo normal. Hubo que poner la inteligencia en red al servicio del foro. En una palabra, diría que la potencia de Internet permitió construir a la vez más unidad y más diversidad: más visión de conjunto del programa y de un calendario común de acción; mayor agilidad para consultar y explorarlo; mayor diversidad de actividades; mayor descentralización y horizontalidad. Por otra parte, en tanto foro virtual, y considerando su amplitud y tamaño, se dispersó menos en eventos paralelos o por problemas logísticos presenciales. Hay que recordar que cada edición se confrontó -desde el 1er foro- a ese tipo de problemas con respectos a los lugares físicos, la amplitud del espacio donde se desarrollaba, los cambios de salas. Muchas veces, incluso, con la impresión del programa final de todo el evento.

Ahora, los encuentros en línea, impusieron la obligación de plantear un contenido disparador y movilizador para estructurar estas relaciones. La lógica de organización remota hizo que se resaltaran más el contenido y las temáticas.

Esta forma de organización que abrió puertas sobre el proceso continuo -más que la organización de un evento final-, es muy interesante.

Próximos pasos, retos abiertos

APU: ¿Desafíos hacia el futuro?

FS: Pienso que va a ser imposible sintetizar todos los contenidos de este FSM dado que la superposición de actividades no condujo automáticamente a la construcción de propuestas comunes. Todavía hay un punto débil ahí: la construcción de perspectivas comunes desde el contenido y las propuestas. A pesar que para esto se planificaron las asambleas y el último día, las convergencias en el Agora.

Y luego, rápidamente, el calendario que sigue hacia el próximo FSM de México. Obligará a mucha creatividad y a reforzar las convergencias para avanzar a partir de donde quedamos en esta edición virtual.

Adicionalmente, pienso que sin duda el foro es un actor global. Pero los desafíos geopolíticos y los de la izquierda internacional lo atraviesan como a cualquier otra organización: hay inercias ideológicas, dificultad para salir de los métodos de construcción y de pensamiento heredados. La superación es parte de su propio desafío.

En concreto, el gran desafío interno será asegurar el seguimiento de cara a ese futuro. Los discursos elevan ambiciones importantes, pero en la práctica la implementación y el seguimiento se puede diluir si los compromisos individuales no están a la altura... con 800 actividades incluyendo los paneles centrales y casi 10 mil participantes, se corre el riesgo de la dispersión. Coordinar algo en estas condiciones obligó a tener un lenguaje común y una confianza acumulada.

Elemento positivo: los equipos que se conocían de antes trabajaron muy bien. En todo caso, siento que hubo un cumplimiento relativamente alto e inédito en lo que se refiere a la organización.

“Seguir soñando con los ojos abiertos”

P: Algunas reflexiones finales en tanto actor importante de ese equipo que logró asegurar la base técnica de este encuentro virtual 

FS: Creo que hay que seguir soñando con los ojos abiertos, es decir articular aspiración y percepción de las situaciones particulares y de la realidad, dejando un poco de lado la tendencia a ideologizar. Este ida y vuelta es hoy imprescindible y exige una nueva ética personal/colectiva.

El foro se organizó sin los abrazos que siempre son esenciales. Dialécticamente, hubo menos problemas logísticos propios de esos grandes eventos presenciales que sufren por su propia magnitud.

Por otra parte, y a no olvidar, este 2021 celebramos los 20 años del FSM nacido en 2001 en Porto Alegre. Y en ese marco histórico, el nivel de movilización permite confirmar que la sociedad civil requiere una agenda social global, procesos de convergencias y de lucha que van más allá de su ámbito habitual. Se podría ir más lejos -en este sentido- a la luz de las crisis que estamos viviendo. En este FSM 2021 se dio un paso adelante.