Padre de Micaela García: "Transitamos el dolor reivindicando el nombre de Mica"

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Padre de Micaela García: "Transitamos el dolor reivindicando el nombre de Mica"

01 Abril 2021

Por Josefina Figueroa

Hace 4 años, Micaela García fue secuestrada, abusada y asesinada por Sebastián Wagner en complicidad con Néstor Pavón, en Gualeguay, Entre Ríos. El femicidio de la joven de 21 años conmovió al país y una normativa hoy lleva su nombre. La Ley Micaela, que establece que todos y todas las empleadas estatales deben capacitarse en materia de género busca erradicar, desde el Estado, la violencia machista para transformar la sociedad. Su familia fue y es el motor de esta conquista. En comunicación con AGENCIA PACO URONDO, Néstor "Yuyo" García, papá de la joven, dialogó sobre el trabajo que vienen realizando desde la Fundación Micaela, describió el estado de las causas que involucran a los acusados por el femicidio de su hija y opinó sobre la idea de llevar adelante una reforma judicial. 

APU: ¿Cómo se encuentra la fundación Micaela? ¿Qué actividades realizan y cómo se sienten con eso?

NG: La fundación tiene un montón de líneas de trabajo. Están las áreas más técnicas y las que son de servicio. Tenemos la de géneros, legales, capacitación o la de talleres donde hay ayuda escolar de primaria y segundaria, se reparte ropa, alimento, etc. Tenemos un área de cultura y de comunicación. También hay micro emprendimientos muy chiquitos como la producción de plantines biodegradables donde participan chicas que han pasado o sufren situaciones de violencia de género. Eso lo hacemos a través de nuestras promotoras territoriales que unen toda la provincia (Entre Ríos). Las situaciones de violencia se detectan a través de ellas o también recibimos los casos porque muchas personas se comunican con la fundación. Con el tiempo y el trabajo que hace sobre todo Andrea, mamá de Mica, se ha ido armando una red nacional de contención. Entonces cuando alguien nos llama por casos de violencia, la red se activa para localizar personas de cada lugar que puedan intervenir para contener. En un principio se fue dando de esa forma y después el Ministerio de Justicia de Nación nos pidió una reunión donde el cuerpo de abogadas se puso a disposición. Ese equipo no está en todo el territorio nacional, sólo en 13 provincias. Entonces en los casos donde las situaciones de violencia se generan en esos lugares, nos ponemos en contacto con ellas  y ellas actúan ahí. Y sino construimos por fuera del  Estado con asistencia legal y psicológica. 

La sede central de la fundación está en Entre Ríos, pero lo que la comunicación y los pedidos de ayuda hacia nosotros fue creciendo a nivel nacional por la Ley Micaela. También ayudamos a familiares de víctimas de violencia de género con procesos judiciales en marcha a solicitar información a los tribunales sobre el estado de las causas o las condenas, porque eso es un derecho que no siempre se garantiza. 

APU: ¿Cómo fue este año de trabajo con la Ley Micaela como parte del equipo de capacitación en la Provincia de Buenos Aires?

NG: Fue una linda experiencia. Yo nunca había trabajado desde la función pública, excepto en la universidad, pero es diferente. Yo siento que hicimos un montón de cosas, pero también que podríamos haber avanzado y profundizado mucho más.

Mi intención es seguir trabajando desde lo público porque necesitamos una escala de transformación a la que no llegamos desde la fundación. Ojalá pueda darse de esa manera porque yo creo que la transformación que hace falta requiere políticas de Estado y eso sólo se puede impulsar desde adentro. 

APU: ¿Qué es lo que mejoraría?

NG: Yo vi que hay hermosas intenciones, pero en el llegar no importa demasiado cómo. Se pudo avanzar pero está siendo más importante llegar a la mayor cantidad de personas posible y yo creo que lo más importante es cómo se llega a las personas.  En lo personal, yo preferiría llegar a menos personas, pero lograr que la capacitación las interpele para que como agentes del Estado, después tomen decisiones con perspectiva de género. Yo creo que para construir un camino de transformación, hay que ser más realistas aunque las personas que se capaciten sean un número menor.

APU:¿Considera que a partir de esta Ley la sociedad exige más que antes a la justicia?

NG: Seguro que sí. Yo creo que la sociedad le está exigiendo no sólo al Poder Judicial, sino también al Poder Ejecutivo, del cual depende la policía. En general no pasa tanto con el Poder Legislativo, sobre todo el nacional, porque las leyes están. El tema es que no se aplican. Muchas veces la policía actúa más corporativamente que en beneficio de la sociedad. Lo que sucede es que de eso se habla poco porque es más fácil hacer responsable a la justicia de todo, que sin dudas tiene mucha, pero no es el único poder responsable, como a veces se plantea. 

APU: ¿Realizan capacitaciones en las fuerzas de seguridad?

NG: Varía mucho, incluso dentro de cada provincia. Nosotros el otro día fuimos convocados por la a la policía de Villaguay (Entre Ríos) para hacer la capacitación a sus fuerzas de seguridad.  Vimos que trabajaban articuladamente con la municipalidad local, los dos regimientos del ejército, la policía, la justicia, en una mesa y eso nos sorprendió para bien. En la mayoría de las ciudades del país, en general, los botones anti pánico se otorgan cuando hay una denuncia presentada en la justicia o una condena firme. Eso hace que muchas veces ni se pida ayuda o que crezca la violencia.  En Villaguay, por el contrario, si una persona se acerca  y plantea una situación de violencia de género en el municipio, éste articula con la policía y se le da el botón anti pánico independientemente del inicio de un proceso judicial. Pero en la misma provincia pasa que muchas veces se hacen denuncias, pero el Estado no acompaña. 

Es muy importante que la policía sea empática con estas situaciones y tomen las denuncias por más que no se realicen  en las comisarías de la mujer.

APU: ¿Eso depende de la voluntad política de las jurisdicciones?

NG: Yo creo que es una cuestión de voluntad política. Si esta es firme, la línea de baja a la policía. Pero lamentablemente esto no sucede. Yo creo que eso va a ir mejorando. Si perdemos las esperanzas esto nunca va a cambiar. Por eso es tan bueno ver que hay policías varones, jueces y fiscales que hacen las cosas bien. A nosotros en el caso de Mica nos tocaron dos que no tenían perspectiva de género, pero que la incorporaron rápidamente. Para tomar dimensión: los jueces de la Cámara de Casación, cuando apelamos la primera sentencia, nos dieron la razón. Pero por otro lado, el Supremo Tribunal de Justicia de la Provincia no dio lugar a lo que resolvió la Cámara. Por ende, queda claro que la decisión de investigar la implicancia de la segunda persona (Néstor Pavón) que para nosotros intervino en el femicidio de Micaela, no está.

Creo que como sociedad tendemos a simplificar todo y la puja política no ayuda a solucionar los verdaderos problemas de la sociedad. 

APU: ¿Cómo tomaron el fallo que habilitó la libertad condicional de Néstor Pavón?  

NG: A Pavón lo condenaron por cinco años por encubrimiento. Cumplió los dos tercios, pidió la libertad condicional bajo fianza y rápidamente la justicia entrerriana se la concedió. Caasi en simultáneo, nosotros pedimos al Supremo Tribunal de la Provincia la elevación del caso a la Corte Suprema  de Nación. Esa derivación fue negada. A partir de eso, fuimos a la Corte Suprema  de Nación en queja y eso está en un proceso de revisión y negociación. 

Ahí claramente hubo una decisión política. Lo único que nosotros pedimos es que se revisen los elementos que hay para condenar a Pavón por el femicidio. La Cámara respondió y pidió la apertura de un nuevo juicio, pero el Supremo Tribunal lo rechazó acusándonos como querellantes de tener “ideología de género”.

Ese es un ejemplo de que hay una renovación importante para hacer. Cuando el Presidente plantea una reforma judicial la oposición reduce la discusión a que es “para salvar a Cristina”, pero no mencionan este tipo de situaciones donde un Supremo Tribunal opina sobre nosotros, en vez de solucionarnos los problemas. Lo politizan por los votos que se necesitan para la próxima elección, cuando claramente la justicia necesita una reforma. 

APU: ¿Qué opina sobre la idea de llevar adelante una reforma feminista? 

NG: Desconozco específicamente a qué apuntaría, pero creo que hay que tener cuidado con los conceptos, para evitar más resistencias de las que ya existen. Si uno plantea una reforma feminista, ya va a haber un montón de gente que sin saber de qué se trata se opone. Creo que hay que pensar una estrategia porque la necesitamos. Incluso a nosotros nos pasa con la Ley Micaela. Fuimos aprendiendo que a veces hay que hacer capacitaciones más llanas, sacando las etiquetas radicalizadas porque eso provoca que la gente se cierre a la posibilidad de pensar de una manera diferente.  

APU: Que ustedes hayan decidido transformar el femicidio de Micaela en una causa colectiva muchas veces incomoda. ¿Qué piensa al respecto?

NG: Haciendo un balance, la respuesta de la sociedad ha sido ampliamente positiva. Después hay quienes tienen malas intenciones u opinan con cierta malicia.  A veces recibimos mensajes negativos en las redes sociales, pero son los menos. Nos sentimos muy acompañados desde el afecto. Incluso en la fundación nos acompañan chicas que políticamente están en la vereda de enfrente. Y Sin embargo, saben plantear las diferencias y participar de las actividades. También hay voluntarias que no votan al peronismo y se sienten parte porque quieren transformar la sociedad como Micaela quería. Pero bueno, yo creo que es imposible conformar a todas las personas y a mí siempre me gusta citar una frase que dice: las personas que no tiene enemigos no merecen tener amigos. Cuando uno toma decisiones fuertes y comprometidas, claramente va a haber gente que  no comparta esa decisión. Por diferencia de intereses, miradas y pensamiento. Micaela no esperaba conformar a todos, ella quería una sociedad más justa, y eso no le conviene a todos, claramente. 

Yo valoro que haya militantes que piensan distinto a mí, pero le ponen el cuerpo y la cabeza a las causas. Lo que me genera mucha preocupación son las personas que no militan, pero critican todo, o hacen catarsis por redes sociales. Esa es la posición más cómoda. 

APU: ¿El dolor se va transformando con el tiempo?

NG: No, el dolor está y siempre va a estar, pero uno elige cómo transitarlo. Nosotros intentamos que el dolor no nos impida hacer. Lo pasamos tratando de reivindicar el nombre de Mica. Yo creo que su nombre se está usando como una bandera transformadora y eso nos genera mucho orgullo, pero no nos saca el dolor de saber que ya no está. 

 APU: ¿Cómo viven este día?

NG: Son días emocionalmente complicados. Pero bueno, cualquier día que yo me voy a dormir no lo hago como antes porque tengo el recuerdo de Mica. Siempre pienso cuánto sufrió en esos minutos que le quitaron la vida y es algo que nunca vamos a saber. Eso nos pasa todos los días, pero en fechas como esta la gente pregunta más, quieren saber y ayudar a visibilizar. Entonces estamos pensando todo el día en estas cosas. Pero también sabemos la importancia de que se conozcan estos temas porque esto también hace a la transformación. 

APU: ¿Cómo la recordamos a Micaela en esta fecha?
 
NG: Micaela está presente porque se necesita su capacidad transformadora para construir la sociedad que ella soñaba. Creo que muestra un camino sobre cómo debe ser la militancia y cómo ella consideraba que debía ser una referente política. También creo que Mica representaba el inconformismo permanente sobre las cosas que están mal y la voluntad de redoblar la apuesta para transformarlas.