Los varones también pueden ser feministas

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Los varones también pueden ser feministas

05 Junio 2015

Por Rocío Cereijo

El Colectivo de Varones Antipatriarcales de La Plata surgió en 2008 como espacio de crítica de las propias masculinidades y de un sistema de distribución entre géneros desigual. La organización, que ya cuenta con varias réplicas en ciudades de todo el país, lucha contra las distintas formas de violencia, discriminación y opresión de la sociedad patriarcal.

En diálogo con AGENCIA PACO URONDO y en el marco de la realización de la movilización argentina más grande contra la violencia de género, el colectivo reflexionó acerca de algunos ejes que reproducen este tipo de violencia.

APU: ¿En qué contexto surge el Colectivo de Varones Antipatriarcales?

Colectivo de Varones Antipatriarcales de La Plata: El germen que dio inicio al espacio fue el grupo Varones por la Equidad (VxE); un espacio que se reunía poco y que tenía una comunicación más virtual que física. Dejó de funcionar, ya que había muchas ganas de poner el cuerpo en las luchas que se nos presentaban. Así, entre la ciudad de La Plata y Buenos Aires se empiezan a estrechar lazos con gente con ciertos cuestionamientos a un sistema que no encontraba contención ni un espacio propio a sus dudas.

En 2009, en la ciudad de La Plata y, más precisamente en nuestra casa, que es el Centro Cultural, Social y Político Olga Vázquez, es que surge el Colectivo de Varones Antipatriarcales. Allí nacimos de la mano de espacios como el de mujeres del Frente Popular Darío Santillán (FPDS-CN), con quienes desde el comienzo hemos coordinado no sólo acciones callejeras, sino también propuestas de trabajo sobre la despatriarcalización, y donde nos hemos apoyado mutuamente en la formación antipatriarcal y feminista.

En ese contexto donde se iniciaba el Colectivo, participamos de lucha por el esclarecimiento del femicidio de Sandra Ayala Gamboa, joven mujer peruana, asesinada y violada en un edificio del estado provincial (ARBA) en febrero del año 2007. Cuando el Colectivo comenzaba, se decidió agruparnos por afinidad de intereses y objetivos, donde los afectos y el buen humor nos unieran. Teniendo como objetivo lograr cambios, trabajando con varones y empezando por nosotros mismos, desarrollamos un espacio de confianza y compañerismo dónde nuestra energía fue volcada a la lucha antipatriarcal con criterios de organización y construcción colectiva, sabiendo que el cambio social se construye acá y ahora.

APU: ¿Cuáles son los principales objetivos del Colectivo?

CVALP: Desde un comienzo, los ejes a trabajar por el espacio apuntaban a crear un espacio que realizara críticas de las propias masculinidades y de un sistema desigual que generaba múltiples formas de violencia, discriminación y opresión. Así, construir con una vocación profundamente anti-jerárquica. El Patriarcado y todo sistema de dominación, produce y reproduce desigualdades como mecanismo de fragmentación y estratificación vertical. Las identidades masculinas hegemónicas son construidas con este mismo patrón, siendo la voluntad de poder y dominio lo que nos caracteriza como varones.

La idea de apostar a una construcción prefigurativa, a través de las relaciones de cooperación, solidaridad, afecto y confianza. Aprendemos a ser varones imitando, por lo cual, construir referencias que disparen nuevos sentidos acerca del “ser varón” y construyan imaginarios simbólicos instituyentes se vuelve una tarea fundamental como varones antipatriarcales. Otro eje del espacio es la participación en la Campaña Nacional por el Aborto, espacio que hemos sabido participar, con un compromiso cada vez mayor, al punto de ser parte central en nuestras actividades.

Consideramos que esta participación y el debate sobre la despenalización del aborto puede ser estratégico para los varones, si logramos ver en el mismo una punta desde donde reflexionar críticamente sobre nuestro rol en la sociedad (patriarcal). También, nos encontramos trabajando desde el primer año con talleres dedicado a varones que tienen ganas de cuestionarse y cuestionarnos ciertos privilegios, diferentes actitudes que tomamos ante personas o situaciones.

APU: ¿Qué opinan de la heterogeneidad, en términos de asistencia y apoyo, que adquirió la marcha #Niunamenos?

CVALP: Lo del miércoles, en cuanto a lucha feminista, no creo que tenga, al menos en la Argentina algún precedente. El alcance del #NiUnaMenos en cuanto a masividad y convocatoria fue indudable. El problema es que esa masividad trajo a mucho violento con muchísimas ganas de expiar culpas, donde poner un hashtag o sacarse una foto y ponerla de perfil por unos días lo iba a volver una nueva persona, un nuevo hombre. Así, como  lo contó un compañero antipatriarcal en una nota adhirieron “no solo un montón de machos ignotos, sino también muchos de los que nos criaron varones, de los que nos quieren machos, de los que nos muestran los cuerpos de las mujeres como mercancía, de los que pusieron a la mujer como adorno, de los que negaron el derecho a decidir de las mujeres y ningunearon desde siempre las luchas por la igualdad”.

Da mucha bronca, impotencia y tristeza que mucho violento se cuelgue un #niunamenos de su pecho y salga, sin ponerse siquiera reflexionar sobre su accionar; hablamos de políticos, conductores de televisión, deportistas, personalidades famosas y hasta instituciones. El femicidio, así como la violación, el abuso, el acoso y otras maneras, es la porción más visible y violenta que se encuentra dentro del sistema y que se reproduce en todos los ámbitos y en todas las edades, en todas las clases sociales. Sólo basta prender la televisión y ver cómo vende el asesinato de una piba en cualquier rincón del país y ver con cuánto detalle y escarmiento tuvieron los asesinos en este caso; buscar atenuantes en su ropa, en sus relaciones, su manera de vivir, comer, nadar, respirar y lo que sea, como si cualquier cosa fuera un atenuante y, a veces, justificantes para que un varón pueda decidir por sobre la vida de cualquier mujer. Eso es violencia y se da en los medios de comunicación a cualquier hora y todos los días.

Lo que cambió fue la atención social y mediática que los mismos despertaron y esto en gran parte es gracias a la lucha incansable de muchísimas mujeres por vivir en una sociedad más justa e igualitaria, y esa atención mediática hizo que a esta jornada se acercara un montón de gente que de otra manera vería a esos crímenes como un titular más. Así los medios de comunicación y las redes sociales tuvieron y mostraron dos caras, muy peligrosas en algún punto pero con muchísimo peso.

APU: ¿Están de acuerdo con la Ley Nº 26.485 de Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres? ¿Creen que habría que modificar algún punto? ¿Qué lugar ocupa la violencia mediática en estos casos?

CVALP: Vale la aclaración de que los compañeros tenemos posturas propias y no colectivas, aunque nos encontramos en algunos puntos. La ley en sí, se sabe que está muy bien. En dos puntos principales que marcan el terreno como son el concepto de violencia, así como el papel que la justicia debe ejercer. Lo difícil de esta ley, como la de tantas otras, como los abortos no punibles, es el del claro ejercicio y del rol fundamental que los Estados (nacional, provincial y municipal) ejercen frente a esto; así como las instituciones. Vale recordar el caso del intendente (de La Plata) Pablo Bruera con el refugio para mujeres en situación de violencia, donde inclusive su directora ejercía violencia a víctimas.

Lo que se pide y exige es que el Estado garantice que esas políticas lleguen en un contexto como el actual y no hacer la vista al costado; con instituciones creadas con el fin de proteger, cuidar, brindar apoyo psicológico y jurídico, que en la teoría tenían las mejores intenciones, pero que en la práctica distan mucho de ser una herramienta para las mujeres e identidades disidentes en situación de violencia machista. Eso sin siquiera contar la escasa ayuda que suele venir de la policía, que suele amparar a los violentos, inclusive siendo esa institución un gran proveedor de violentos, acosadores, abusadores, violadores, asesinos. Otro punto que siempre se presenta como conflictivo es la jurisdicción y que el pleno desarrollo de la Ley siempre dependa de lo que cada provincia haga con ella, en adherir o no, y si adhiere, en cada municipio también lo haga. Siempre estas adhesiones con el trasfondo de la bandera política que mande en cada espacio.

APU: Uno de sus principales ejes de lucha es el de la legalización del aborto: ¿Qué tan lejos creen que está su tratamiento y aprobación?

CVALP: Después de una nueva presentación del proyecto de ley, la décima vez en los últimos diez años, y siempre con el no tratamiento en las Cámaras, marca la pauta que tan lejos se está de la legalización o siquiera de la despenalización del aborto. El acceso al aborto es una cuestión de derechos y la distribución de derechos es una cuestión de poder. La desigualdad de poder entre mujeres y varones también es un condicionante de gran relevancia a la hora de que las mujeres puedan cuidarse, por lo que no es sólo con información y acceso a los métodos anticonceptivos que se previene un embarazo no deseado, sino también fortaleciendo la autonomía de las mujeres y desnaturalizando aquellas prácticas que nos ubican a los varones en un lugar de superioridad.

En este proceso de concientización nos hemos sumado a las consejerías pre y pos aborto, porque mientras no exista una Ley que ampare a las mujeres y varones trans, se realizan abortos y por medio de esta herramienta autónoma y autogestiva, podemos en la práctica, disminuir las muertes por abortos en nuestro país. Por eso cuando el miércoles salíamos con la leyenda del “ni una menos”, también decíamos y decimos que no puede haber, aún hoy, una muerte mas a causa del aborto, y más cuando como varones tenemos, lamentablemente, un papel bastante preponderante en cuanto a la decisión sobre los cuerpos de mujeres.

El involucramiento de los varones en estos espacios supone un proceso poco visible pero de profunda incidencia en nuestras vidas y por lo general incluídos en la parte medica, como objetores de conciencia, donde lógicas patriarcales nos pusieron en lugares decisivos por sobre las mujeres. La empatía con una lucha de la que históricamente estuvimos al margen, habilitaría la posibilidad de de-construir el egocentrismo y la indiferencia, pensarnos como una parte más de un engranaje junto al involucramiento tanto de las consejeras como así como de las mujeres y los varones trans en situación de aborto. Es así que, como Colectivo, tomamos conciencia de la importancia de ser parte activa en las consejerías en diferentes puntos del país como manera de acompañar en el aquí y en el ahora a miles de mujeres que quieren y deciden decidir sobre sus cuerpos, sin Iglesia, ni Estado que se meta en lo que cada mujer cree propicio para su vida, nada más.

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