Dossier Fractura: Una mirada musical pura de infancia

  • Imagen

Dossier Fractura: Una mirada musical pura de infancia

28 Diciembre 2019

Por Gerardo Curiá

 

En la charla que realizó para la serie Frost de la Universidad de Tres de Febrero, Leopoldo “Teuco” Castilla nos dice: “Nosotros esclavizados por la proporción, por la pertinaz obediencia a la causalidad y a la verdad científica, no podemos sino violando los paradigmas con los que sostenemos la idea del ser en la cultura determinar qué somos en ese universo que se engendra y se destruye continuamente, él mismo sin poder nacer del todo todavía. Subimos por nuestras propias proyecciones magnificándonos o disminuyéndonos, inventamos dioses, con la misma voluntad de la energía que es nuestra verdadera identidad tratando de reintegrarse a su origen en este caso al sol como que somos polvo de estrellas como quería Carl Sagan”.

Con estas palabras el poeta nos acerca una inquietud que respira en su arte hasta convertirse en poética y difumar los límites entre la física y la metafísica.

Fue en los tiempos del exilio, allá en Madrid, cuando comenzó a vibrar esta cuerda de su poesía en Versión de la Materia. Luego apareció también en Campo de Prueba, Teorema Natural, Línea de Fuga y Poesón al Universo. Es una nota constante que atraviesa toda su obra.

En un una entrevista que le realizó María Malusardi para la revista Op. Cit., él cuenta que en una oportunidad le pidieron, a través de una amiga, que diera para los científicos un recital de sus poemas. Entonces quisieron saber por qué decía esas cosas. Y le  preguntaban en qué teoría física se había basado para decir lo que decía en esos poemas. Respondió que no conocía nada de teoría física.

Analizando los orígenes de esta línea de su poesía, Teuco se remonta a un recuerdo de la infancia. Comenta que, cuando venían las tormentas, las mujeres tapaban los espejos y escondían las tijeras bajo las almohadas, entonces se dio cuenta de que “la acción de la realidad tenía otros motores invisibles que la realidad no registraba”.

En sus poemas no van a encontrar las verdades de la ciencia sino una pequeña incisión en el conocimiento de la realidad que abre una pregunta. En su charla con  Malusardi plantea un deseo, nos dice que sería lindo que su trabajo llegue a ser una cosmogonía.

Al igual que los niños, los poemas de Teuco ingresan al asombro, como si siempre viesen al mundo por primera vez, así su poesía reflexiona sobre el cosmos tejiendo nociones que vibran de emoción y música.

Para él, el universo es tanto materia como sonido. Recuerda alguna vez haber escuchado en una grabación, que supone de la NASA, el sonido de los planetas. Algunos son secos estertores, el de la tierra, una infinita, mareada melodía, por eso, en uno de sus versos dice “Era el único planeta que cantaba”, de allí el título de una antología que publicó editorial Visor en Madrid. Afirma que el sonido es una cuestión muy extraña, como si hubiese sido el padre del mundo.

En Teuco hay una mirada musical pura de infancia que escribe el pánico de una cosmogonía antes que la muerte termine de bajar la escalera. Verdadero maestro en el arte de la poesía, Teuco llega hasta allí donde el conocimiento tiembla.

 

Círculo

 

a José Antonio Gabriel y Galán

 

Concibieron al círculo radiante, su forma

partiendo desde un centro

y en realidad

fue lo exterior, el universo, esa silla,

un caballo

todo lo externo modulado

para finalizar en esa esfera

 

tu ojo no emite

atrae

 

ese niño con un balón entre las manos

juega

 

con el último punto de la materia

con el fin del mundo.

 

(de Versión de la materia)

 

 

 

El inventor

 

La naturaleza no cree

es dudoso que la sombra sepa

que mana a un hombre

que los hilos no sean producidos

por un taller

en los ojos

que en el alma estemos sin nacer

 

la materia en acto

deja al universo sin cadáveres

(por eso inventamos la historia)

 

por eso fabriqué

este aparato

puede medir la lluvia

la abstracción de una piedra

mensurar el sonido

donde está la idea de dios

 

está hecho de metal

madera fibras cristales

materiales sensibles a la utopía

que fueron una vez

 

en algún lugar, en uno de sus códigos

debo estar yo

campo de prueba

 

pero es dudoso

la naturaleza no tiene adentro

a nadie.

 

(de Campo de prueba)

 

 

El agua

A Salvador Garmendia

 

Hagamos de cuenta

que yo no sé que la lluvia

sólo ocurre en la palabra lluvia

que cae en sentido inverso al espacio

y es

porque deja de ser

como tu ojo deja de ser ojo

y es caballo

al mirar un caballo

 

no es natural

que llueva

es natural

que tiembles

que temas a la lluvia

 

que eres casi todo agua

construyes una casa

en nombre de la palabra hombre

agua creyente

te proteges del horror de caer

 

dices: lluvia

y eres agua

mirando agua.

 

(de Teorema natural)

 

 

XVI

 

¿Dónde hizo noche

la línea

que en el alba zozobra

y lo devuelve,

sentido,

al árbol ?

 

Ha regresado

sin contorno

en busca

de la absolución de la luz

del perdón del agua

 

precavida

pues nada vuelve a su forma

sin humillación.

 

(de Línea de fuga)

 

 

Mundos paralelos

 

En los mundos paralelos

el mismo acto,

con iguales protagonistas,

modifica los hechos,

cambia el final,

trastorna el argumento.

No hay un único destino,

cada opción se cumple

(esa lección está en los sueños).

Si en la suma de todas las combinaciones

está el tiempo abolido,

la eternidad, entonces, no tendría extensión

y podría permanecer

 

en una inminencia absoluta

el universo.

El busca esa potestad.

Y apuesta.

Pero el azar no descansa.

Si el Todo para cada designio crea un mundo

el azar

para cada mundo

crea un espejismo.

 

(de Poesón al universo)