“La continuidad en el endeudamiento nos conduce al abismo”

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“La continuidad en el endeudamiento nos conduce al abismo”

28 Septiembre 2017

Por Eduardo Di Cola

Ahora sabemos a que se referían cuando hablaban de la "integración al mundo". Que estábamos aislados era una de las críticas repetidas al gobierno anterior. Los críticos de entonces devinieron en oficialismo, y nos están mostrando cual era su propuesta de integración global. En lo financiero implica que nos convirtiéramos en el país en vías de desarrollo que más se endeuda en el mundo. 

En el comercio internacional la balanza arroja saldos negativos como nunca antes había sucedido. A esta altura del año el balance comercial negativo ya duplica el rojo comercial del año pasado. Cada vez más importaciones y menos exportaciones, con el consiguiente impacto negativo en la producción nacional y por ende en las fuentes de trabajo.

¡Ahora es fácil comprender que significaba cuando planteaban hay que "integrarse al mundo”! 
En conclusión; cada vez necesitamos más dólares para pagar los intereses del endeudamiento creciente. Más dólares para equilibrar la fuga de divisas. Más dólares para pagar el déficit comercial récord. Más dólares para financiar las remesas de las utilidades que hacen las multinacionales a sus casas centrales. Más dólares para afrontar el saldo negativo en el turismo internacional. Haciendo una mirada global sobre todas las multinacionales instaladas en el país, nos muestra que son más los dólares que remesan a sus casas centrales por utilidades, que lo que traen para inversiones. En decir, ni siquiera reinvierten sus ganancias.

Asimismo, las inversiones financieras especulativas desde dic/2015 hasta el primer trimestre del corriente año, según datos oficiales, crecieron el 116%, y la inversión extranjera directa cayó el 5,3%. 
Todo en el marco de un déficit fiscal creciente y una actividad económica que todavía no puede alcanzar los niveles del 2015.

A su vez la posibilidad de un cambio de rumbo quedó sepultada con la presentación del proyecto de presupuesto para el 2018, al reafirmar obstinadamente el camino emprendido. 
No hace falta ser economista. Desde el sentido común es fácil advertir que la continuidad en el endeudamiento para seguir sosteniendo este esquema, indefectiblemente nos conduce al abismo. La única duda es cuando se producirá el "crac". Naturalmente que mientras más se dilate un cambio de rumbo, más duras serán las consecuencias.