Julián Moreno (PYME): “No puede ser que el régimen impositivo sea el mismo para un quiosquero que para Paolo Rocca”

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APU ENTREVISTAS

Julián Moreno (PYME): “No puede ser que el régimen impositivo sea el mismo para un quiosquero que para Paolo Rocca”

07 Julio 2023

Julián Moreno, presidente de APYME, la asociación que reúne a pequeños y medianos empresarios de todo el país, conversó con AGENCIA PACO URONDO sobre la agenda del sector.

Agencia Paco Urondo: ¿Qué es APYME?

Julián Moreno: Es una entidad gremial empresaria, una asamblea, tiene esa particularidad. Tenemos delegaciones en Mar del Plata, Bahía Blanca, Mendoza, Rosario, Paraná, Córdoba y Buenos Aires. Nació en el año 87 para enfrentar, si querés, al neoliberalismo que ya se veía cómo avanzaba sobre un sector que venía golpeado. Se formó la entidad con una concepción muy democrática y más equitativa, asamblearia, como te decía antes, donde participamos unos 3000 empresarios. Trabajamos en modificar o proponer leyes, reglamentaciones, cuestionar medidas políticas vinculadas a lo que nos afecta. Defender el sector, seas un quiosquero o un constructor, porque entendemos a la PYME como un sujeto social importante en el desarrollo de una sociedad más justa. Porque tienen una importancia regional importantísima: en la comunidad que te rodea, si tenés un vínculo empresario, lo más probable es que sea con PYMES, no con grandes empresarios.

APU: ¿Cuesta esa representación? Porque me imagino que las problemáticas y los reclamos del kiosquero no son los mismos que una PYME de 200 empleados.

J.M.: Un reclamo histórico de sector es la segmentación. No tratar igual a un microempresario que a un empresario mediano y ni hablar, a un gran empresario. LA reforma tributaria, una bandera histórica, tiene que ver con eso. No puede ser que el régimen impositivo sea exactamente el mismo para un quiosquero que para Paolo Rocca. Te diría que hasta es beneficioso para éste último. Eso es lo que tratamos de modificar. Es muy común que los empresarios tengan las concepciones económicas formateadas por los grandes grupos, por ejemplo, que si los sueldos bajan ellos tienen mejor margen. Al gran exportador le importa poco y nada el ingreso de su trabajador. Cuanto más barato se hace el componente del costo que es mano de obra, mayor es el margen, total el producto está fronteras para afuera. Cuando vos vendés fronteras adentro, el que te compra es el que tiene un sueldo, un ingreso. Vos necesitás que ese tipo gane lo más posible. Si no peleás para que los trabajadores aumenten sus ingresos, tampoco lo hacés para que tus clientes aumenten tus compras. Lo vemos todos los días, no nos deja de sorprender cómo la gente termina pegándose un tiro en los pies con propuestas como las de Javier Milei, para irnos a un extremo. Eso nos pasa a los empresarios, también, batallamos día a día tratando de explicar eso.

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APU: Ya que nombraste a Milei y las características del sector, las PYMES deberían estar representadas por el peronismo, encontrar allí políticas que las favorezcan, pero se da una relación no muy virtuosa y con cortocircuitos ¿Siempre fue así?

J.M.: De todo un poco. En la época de Gelbard se le dio preponderancia desde el mismo peronismo, el vínculo fue otro. Hoy, venimos perdiendo muchas batallas. No la guerra, por suerte estamos de pie, todavía. Te diría que el peronismo tampoco supo entender esto que decía antes. Hasta hace poco, sindicalistas muy respetables, metían a todos los empresarios en la misma bolsa. El trabajo en algunas organizaciones en las que estamos juntos como Producción y trabajo, donde hay gremios y PYMES, sirvió para que nos entiendan. Es como vos decís, pero el peronismo no nos vio como actores importantes. Como entidad político gremial empresarial no respondemos a un partido; al intentar modificar la estructura económica del país, hay muchos partidos que puede ir por esa veta. Lo que sí tenemos que tener claro en estas elecciones que se vienen, es que hay dos modelos bien distintos para el sector PYME. No te voy a decir votá a Massa, a Grabois o al Frente de Izquierda, pero del otro lado tenés un modelo que nos va a hacer daño, como ya lo hizo. 

APU: Se debate en algunos lugares de que hay una economía informal muy fuerte, denominada barrani, que no se registra bien ¿en qué momento está el sector con el tema de las ventas y las posibilidades de contratar empleados?

J.M.: La economía barrani es una tesis para tratar de explicar algo de lo cual no hay datos para saber de dónde viene. Puede ser, no creo que mueva demasiado el amperímetro, aunque algo incide, como todo. Lo relacionado con el esparcimiento, los restoranes repletos, tiene que ver con una apreciación personal postpandemia, una revitalización de aprovechar la vida. No se mueve sólo el sector elite, todo el universo de gente que tiene un mango, se la gasta, porque existe una escasez de alternativa de ahorro. Para la economía nuestra, es beneficioso. El problema de las PYMES no es la falta de actividad, sino la de insumos. O el que los tiene dice “el que lo quiere, que lo pague”, ampliando de alguna manera la pelota inflacionaria que estamos viviendo.

APU: ¿Decís que al tema de los cupos para comprar insumos al dólar oficial, se suma el de los que compran y revenden internamente?

J.M.: Hay de todo. Hay alrededor de 20 mil empresas importadoras habilitadas, pero PYMES hay 600 mil. Siempre, por una cuestión de escalas, hay distribuidores. Y hay importaciones que compiten contra el producto local, también. En la ausencia de competencia, el local, a veces aprovecha. Y le aumenta la actividad, lo que permite entender que no tenemos dólares, pero la actividad crece. Estamos desordenados y eso hace que sea difícil de controlar la inflación, pero sin dólares se nos va a hacer imposibles. Lamentablemente, el programa del Fondo, la sequía, la guerra, y que todavía no maduraron las esperanzas vinculadas al gas, al petróleo o al litio, dificulta controlarla.

“El problema de las PYMES no es la falta de actividad, sino la de insumos”.

APU: ¿Cuáles son los puntos más importantes de la agenda de las PYMES?

J.M.: Hay banderas históricas que son de muy difícil implementación, si no tenés poder político, como son la reforma tributaria, la reforma del sistema financiero.

APU: Cuando dicen reforma tributaria ¿a qué se refieren? porque todo el mundo la nombra, pero hablan de cosas distintas.

J.M.: Es verdad, a veces uno lo da por entendido. Básicamente, necesitamos una reforma tributaria progresiva donde bajemos los impuestos al consumo y se reemplace en el ingreso público por impuestos a la propiedad, a los bienes personales, a las ganancias extraordinarias. No podemos castigar al consumo, tenemos que castigar a los que han acumulado infinito, no al laburante que tiene que pagar en impuesto el 21% de todo lo que compra. Pasa que al Estado le es muy fácil recaudar eso. De Cavallo para acá lo pagamos y lo asumimos. Ahora, cuando querés aumentar los impuestos a los bienes personales o tomar valores reales de la propiedad, en el caso del campo, se te viene una horda de violentos encima que hay aguantarla, no es fácil de aplicar. 

APU: ¿Y en la reforma financiera?

J.M.: El sistema financiero se rige por una norma del año 1977, de la época de Martínez de Hoz, donde los bancos pueden hacer con la guita de la gente que deposita lo que se les antoje. Si es más negocio invertir en bonos de Estados Unidos que prestársela al gomero de la esquina, la van a poner en bonos. No hay nada que los limite. Lo que terminan haciendo los gobiernos más progresistas es decirle “te libero encajes, pero vos prestale un manguito más, a tasa subsidiada, a las PYMES”. El sistema en sí, en vez de funcionar como un apalancamiento de la producción, la actividad y el desarrollo de un país, termina siendo el negocio de los bancos. Y hacen el mejor que ellos puedan. En un país que necesita desarrollarse, el sistema bancario no se usa para eso. Eso, hay que modificarlo y hay que tener una linda espalda para hacerle frente a los bancos.

Después, hay banderas más factibles. La Defensoría PYME, que se presentó un proyecto en estos días, justo, por un diputado que es parte de APYME, Eduardo Fernández. Dentro del Congreso, porque existe una Defensoría PYME dentro de la Defensoría del Pueblo que hace 14 años no tiene designado el defensor. Se hizo la ley para que no se aplique. La propuesta es que exista en el ámbito del Congreso un defensor PYME que intervenga en las distintas leyes o reglamentos que inciden sobre el sector, un rol más institucional. Que no sea sólo la Secretaría PYME que pueda tener un gobierno, cuando sabés que hay algunos que intentan ayudarte y otros que te dicen “reconvertite y ponete a importar”.

“En un país que necesita desarrollarse, el sistema bancario no se usa para eso”.

APU: Hay un discurso de la derecha que habla sobre “industria del juicio que quiebra PYMES” ¿Cómo ve esto, el sector? ¿Hay cuestiones a atender?

J.M.: Es un tema más del sistema judicial. Hay muchos PYMES indignados porque te pasa, no es irreal, donde tenés una empresa mal financieramente y un empleado echado o que se hace echar, que trabajó 10 años y te reclaman 20, los abogados de un sistema que no siempre buscan justicia sino que buscan su negocio, porque van a comisión de lo que paute el Juzgado Laboral. Eso existe. Ahora, las PYMES no quiebran por eso. Si vos estás vendiendo bien y la actividad marcha, eso es un caso como puede haber un violento en la cancha de fútbol. Entra dentro del paquete. Si quiebra es porque viene, primero, muy informal, viene arrastrando desprolijidades, y ese juicio laboral es muy fácil. La quiebra de la PYMES por esto es como la violencia en los noticieros, es algo que vende. Creo que si hay poco desempleo, si tienen un ingreso digno que no ven el juicio laboral como “un negocio”, eso va a ir reduciéndose y desapareciendo, seguramente.

APU: Otra cosa que aparece en el pequeño comercio, es la informalidad generalizada de los empleados ¿Habría que pensar una reglamentación específica? En un lugar donde se ve la distancia entre tener dos empleados y tener 200.

J.M.: Eso es parte de la segmentación. De hecho, el monotributista puede tener hasta cuatro empleados. Depende de el gremio que te toque, por cada $100 de bolsillo que se lleva el trabajador, en la construcción que es el gremio que yo estoy, el costo es de $215, cuando sumás todas las cargas sociales. Yo se lo traslado a mis clientes, de alguna manera. Es mi costo, cotizo, los clientes lo pagan, está todo bien. No me gustaría competir contra alguien que es informal, obviamente. Ahora, cuando vos te vas a la verdulería, con el doble de costo, si querés, que puede tener un trabajador, probablemente lo saques de contexto. ¿Qué hacemos? ¿Vamos a comprar, todos, las verduras al supermercado? Que, generalmente, son cadenas chilenas. Ahí hay algo que genera ruido. Y trabajan familias en las verdulerías. Una cuestión que no deja de ser informal, porque es una autoexploración que se está permitiendo.

Creo que hay que atenderlos desde el Estado, de alguna manera. Si estamos subsidiando entre todos a trabajadores de cooperativas que pintan cordones, por decirte algo, bien podemos subsidiar las cargas de trabajadores que son sociales. Porque la verdulería a la vuelta de mi casa, primero que todo, lo que cobra se lo gasta en su periferia. Y por otro lado, tiene derecho a jubilarse, ese tipo estuvo laburando. El sistema, por su diseño, no le permita blanquearse, creo que entre todos tenemos que lograr algo que sea un poco más justo. Deberíamos ir por el lado de que quien más aporta, es el que más tiene. Hay estudios que demuestran que las grandes superficies deterioran muchísimo la cuestión comercial de la zona. Cuando se instala un supermercado que tiene 700 trabajadores, dejan de hacerlo 1500 en los negocios de la periferia.

APU: En cuanto al sector ¿cómo ha sido esta etapa económica, que balance hacés de este último año a cargo de Sergio Massa?

J.M.: Podemos decir que hubo una continuidad, no hubo grandes cambios. Vinculado a los hipercondicionamientos que tiene el gobierno nacional para desarrollar cualquier otra medida. Hay muchos planes de financiación barata, a través del Ministerio de Producción, que ya estaban en la época de Kulfas. Pero son modelos que permean muy pocos el entramado PYME. Tenés que tener carpetas prolijas en los bancos y hay pocos que puedan acceder. Una cuestión a cambiar es las normas que rigen sobre el sector. La verdad que no es la política que más disfrutamos, pero en esto de tener que elegir, la otra nos invitaba a rajar a todo el mundo y ponernos a importar. ¿Importar para venderle a quién? Si los trabajadores no tienen trabajo, qué van a comprar. Celebramos que Massa haya tomado la manija porque nosotros vivimos el día a día. Me puedo hacer el revolucionario, pero no puedo dejar de pagar la quincena, ahora. El problema lo tenés mañana. Dar un salto al vacío y decir “que se pudra todo y vamos por el cambio total ¿Quién se banca, eso? Esta opción permite gobernabilidad hasta diciembre, sin dudas. Eso es importante para las PYMES. Y después, ver cómo sigue, que quien gobierne los próximos cuatro años nos tenga como socios de una política de desarrollo.