Juan Valerdi: “Al modelo de la derecha y Milei, lo que le sobra es la clase media, no los pobres”

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Juan Valerdi: “Al modelo de la derecha y Milei, lo que le sobra es la clase media, no los pobres”

01 Mayo 2023

Juan Valerdi es un economista “hereje” (así se autodefine) y conversó con Agencia Paco Urondo sobre el complejo escenario económico en nuestro país.

Agencia Paco Urondo: ¿Cuál es tu diagnóstico de lo que pasó con el dólar blue?

Juan Valerdi: La economía siempre es política, está en la discusión política e incluye cuestiones que están tratando de influir o son influidos por ella. Lo que estamos viviendo en estos días es el inicio de la guerra política que tiene que ver con la definición del proyecto de país que va a venir después de las elecciones de este año. En el caso de la derecha está muy bien definido: un país exportador agrícola, de minería y energía, para pagar la deuda que se contrae para fugar capitales y que le sobra, como mínimo, más de la mitad de la población argentina. Esos quedarían tirados afuera del sistema y los que quedan dentro, lo hacen en un sistema bastante parecido al feudalismo, con leyes laborales y previsionales derogadas, escuela pública liquidada. Además, en el caso de Milei, destrucción de la moneda propia, que es la última entrega de la soberanía que quedaba por hacer.

APU: ¿Y por el otro lado?

J.V.: En el caso del kirchnerismo, peronismo y demás, no hay una definición de proyecto de país, más allá de medidas que tienen que ver con el hacía dónde iría. Para definir ese proyecto, hay que debatirlo públicamente desde lo más abajo de la población hasta los dirigentes sindicales, movimientos sociales, dirigentes PYMES y demás, acompañados por cuadros técnicos políticos. Ese debate está en deuda, no lo ha hecho el kirchnerismo en sus 12 años, menos el menemismo y es necesario para la famosa correlación de fuerzas.

APU: Cristina algo de eso planteó sobre desarrollo del litio y Vaca Muerta, que había que pensarlo estratégicamente para que no sea sólo un bien exportable. Vos decís que ese es el debate que hay que profundizar.

J.V.: Si Kulfas, Guzmán y Alberto Fernández estaban desesperados por empezar a hacer el gasoducto de Vaca Muerta y así exportar el gas para darle a Europa y el mundo lo que necesita de Argentina, evidentemente no escucharon lo que dijo su propio funcionario, el interventor de ENARGAS, Federico Bernal, quien antes de que ganara las elecciones Alberto dijo que ese proyecto no había que destinarlo para exportar energía y pagar la deuda, sino que había que generar una energía barata que permitiera el desarrollo de la industria nacional. Desarrollo que tenés que supervisar, acompañar y planificar, porque si no se convierte en 4 o 5 vivos que se quedan con la riqueza. Está claro que la prioridad no puede ser pagar la deuda. Nadie te va a definir tu proyecto de país ni te va a regalar nada cuando lo definas. Ni Estados Unidos ni China.

APU: Los distintos proyectos en danza ¿No permitirían dar energía barata a Argentina y, además, exportar?

J.V.: Si definiste el proyecto de país, planificaste y empezás a desarrollarte, sabés cuánta energía necesitás y a qué precio para desarrollarte y en esa cuenta te sale que te conviene ir exportando un poco para generar divisa e importar tecnología, bienvenido. Pero hay que hacer la cuenta. Probablemente dé, pero también tenés que ver quién está explotando Vaca Muerta, qué se lleva y qué trae al país, porque si le permitís llevarse todo lo que quieran y traigan los dólares que se les antoje, probablemente no sea un buen negocio.

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APU: En tus planteos veo ciertas similitudes con Moreno, quien plantea que se invisibiliza en el peronismo el debate qué se hace, cómo se industrializa, cómo se genera empleo, qué se hace con las empresas públicas. ¿Por qué el debate económico es tan bajo?

J.V.: Perón, en la década del 70, dijo que Argentina era una sociedad politizada, pero le faltaba cultura política. La dictadura cívico-militar del 76, el menemismo con el consenso de Washington y la convertibilidad, el macrismo y la alianza, se encargaron no solamente de destruir toda posibilidad de planificación en Argentina, cosa que intentó reconstruir con algo de acierto el kirchnerismo, sino que también se intentó destruir el debate político como algo constructivo y se lo presentó siempre como grieta. Han embebido a la población de un rehuir el debate constructivo y calificado, con razones e instrumentos que nos haga ver para dónde queremos ir. Hasta que no debatamos eso, es muy difícil ver cuáles son los pasos que hay que dar. Tengo diferencias profundas con Moreno, sobre todo en su estilo de tener el peronómetro, un nivel de enojo y un resentimiento bastante importante, pero sus análisis en las exposiciones que hace, 2/3 son impecables. De un nivel de profundidad muy grande, como gran cuadro del peronismo que es. El problema es el último tercio de su charla donde destila enojo, resentimiento y patina con su ego

APU: Lo traje porque él dice que es la primera vez que el mundo está pensando en el nacionalismo económico, que los discursos de Milei, Bullrich, van a contramano del mundo ¿Cómo ves esa discusión?  

J.V.: Primero, la globalización y el consenso de Washington están golpeadísimos, pero no están muertos ni destruidos. Tienen un poder importante en manos de los más desquiciados, que son los financistas. Segundo, Milei no es neoliberal, su guión está basado en von Hayek y en los austríacos, que es una escuela económica que es de fines de siglo XIX, principios del XX. Quiere volver al feudalismo y al libre mercado absoluto. Es un guión desquiciado, pero coucheado por ONGs de Estados Unidos que ponen mucha plata para construir personajes como él, da como resultado que muchos jóvenes estén votando a alguien que los lleva a un suicidio económico y social. Los neoliberales que, supuestamente, encarna el macrismo, son bastante patéticos y lo que quieren, básicamente, es saquear. En el mundo está en discusión el delirio financiero que no necesita gente consumiendo ni gente trabajando, sino una ruleta loca que nos lleva a todos a la extinción, versus una producción industrial internacional que necesita, como mínimo, de los flujos comerciales. La que más lo encarna es China, que necesita nuestras materias primas, pero no nos va a regalar nada. Europa está en el medio de la guerra y Biden la está llevado hacia la inmolación. Por eso, hay que tener mucho cuidado en menospreciar el poder de daño que todavía tiene Estados Unidos en Latinoamérica, judicial, mediático y financiero.

APU: ¿Cuál es la estrategia de desarrollo, teniendo en cuenta las restricciones reales, que debería llevar Argentina, en el contexto que acabás de describir?

J.V.: Voy a tener que hacer trampa en la respuesta. La definición de proyecto y las medidas que hay que tomar para ir construyéndolo, que en el caso de China son 14 planes quinquenales a 70 años, debo decirte como el general Perón, la economía es demasiado importante como para dejársela a los economistas. No tiene que venir del ministro de Economía y tampoco del presidente. Tenés que construir, desde todos los resortes del Estado, un debate profundo a nivel federal, con discusiones globales y regionales. Eso te va a dar como resultado, lo que sería hoy, otro plan quinquenal. Una vez definido, bajás la decisión política de encarnar ese proyecto y tus técnicos tienen que encuadrarse en eso y no en su futuro de asesores externos. Tendría mucho cuidado en ver a quién pongo de ministro, en el Banco Central, de secretario, subsecretario y director, porque si no te lo van a desvirtuar todos estos personajes.

“Massa está empezando a probar su artillería, pero arriba lo tiene a Alberto, que no tiene apego a la guerra”.

APU: Supongamos que se da ese debate y se logra un consenso ¿Cuáles son las cosas que sí o sí tienen que estar en ese plan quinquenal?

J.V.: No tengo ese debate en la cabeza y si me preguntás cuáles son los sectores económicos de Argentina que son viables para desarrollarnos, tendría que hablar con los dirigentes PYME, con los que son proveedores de insumos, los que son transformadores y con una parte importante de los movimientos sociales y de la población para ver qué es lo que queremos consumir, en qué queremos trabajar y a dónde queremos ir desde el punto de vista de nuestra inserción internacional. Es imposible que te de la solución de algo que tenemos que definir entre todos. Es una definición filosófica, más que política o económica. Los países desarrollados eligieron, en algún momento, cómo patear el tablero y cómo hacer la suya. Ahora, hay que tener cuidado de que la gente elija ir para dónde le venden humo o espejitos de colores como hace la derecha, y mucho menos para donde se puede consumir rápidamente. La gran crítica que le hago al kirchnerismo y fui parte del gobierno; es que no se instaló este debate amplia y públicamente, se hicieron medidas para un proyecto de país, pero era un proyecto que estaba sólo en la cabeza de algunos, y se sedujo a la clase media por consumo. Cuando vino uno y les dijo “estos ya no te dejan consumir tanto, yo te voy a dejar más”, lo votaron porque no sabían lo que estaba en juego y se estaban suicidando políticamente como puede volver a suceder ahora.

APU: Al principio de esta entrevista dijiste que estábamos en los inicios de una guerra para definir el proyecto de país. ¿Cómo pensás que van a ser las próximas batallas? Massa hizo algunos movimientos ¿Fueron una buena respuesta a esos primeros escarceos?

J.V.: Está midiendo las distancias para tirar con los morteros. Enfrente de Massa, del Frente de Todos, del kirchnerismo y el peronismo, porque todo eso está en un paquete, hoy. Massa está empezando a probar su artillería, pero tiene el problema que arriba lo tiene a Alberto, que no tiene apego a la guerra. El compra el modelo franela, que hizo que en estos 3 años y medio hizo que 5 millones de personas, en el 2021, pasaron de votar al FDT a no votar. Espero que de acá a fin de junio, Massa tome medidas mucho más fuertes de artillería, a pesar de que Alberto no las va apoyar. Porque si no, la inflación va a seguir desbocada, más el deterioro del salario real y un dólar que sube y baja a lo loco, va a destruir no sólo las opciones electorales del propio Massa, sino la del FDT y por ende, a pavimentar una vuelta a la derecha. E insisto, aunque Alberto es una enorme decepción, hizo mucho menos daño de lo que hubiera hecho Macri. Pero su problema no es que hizo daño, sino que no cumplió con lo que prometió. Mi esperanza es que Massa entienda que, por las buenas, esto no va a salir bien, debe dar una señal de que se acabó el modelo franela, que no entusiasma a nadie.

APU: Entonces, lo ves con margen para desplegar artillería.

J.V.: Rusia sola, era boleta. Si la OTAN la quería ahorcar económicamente y demás. Chin, India y otros aliados están haciendo negocios y apoyando a Rusia. En el caso de Massa, no está solo, no es que tiene sólo el peronismo atrás. Tiene algunos empresarios financieros, económicos y productivos de Argentina, e incluso de Estados Unidos, que están jugando fichas con él. Algunos con él y con los de enfrente. Pero los que sólo juegan fichas con él piensan que Argentina, en manos de la derecha, se descontrola socialmente, se convierten en inestable e inviable. Mi esperanza es que eso quede lo suficientemente claro como para que se jueguen las fichas no sólo de Massa, sino la de sus sponsors y quede claro la interna entre los proyectos de país.

APU: Ves que puede expresar una coalición que no es sólo política, sino también económica.

J.V.: No tengo dudas que la expresa. Si no, el dólar ahora, estaría a $700 y ya habría renunciado. Vos me preguntás quiénes son los financistas y empresarios que están detrás de Massa. Y no lo sé, no tengo tanta información, por ahí el Turco Asís tiene un poquito más de chusmerío. Lo que encarna Massa es un manotazo del FDT para no ceder al caos que trata de instalar la derecha. Tenemos que definir qué queremos para nuestra vida. Si es el sálvese quien pueda, voten tranquilos a la derecha. Pero aclaro, esa ley como la de la selva, nunca funcionó en una sociedad sin disgregarla y destruirla. Al modelo de la derecha y Milei, lo que le sobra es la clase media, no los pobres.