"Hay una conurbanización del peronismo que en el interior dificulta el diálogo con una clase media más rural"

  • Imagen
    Entrevista a Pablo Torres, intendente de Laprida

"Hay una conurbanización del peronismo que en el interior dificulta el diálogo con una clase media más rural"

16 Noviembre 2021

Por Enrique de la Calle

AGENCIA PACO URONDO dialogó con Pablo Torres, intendente por el Frente de Todos en Laprida, una localidad de 9 mil habitantes del interior de Buenos Aires. Su mirada sobre el debate en torno al peronismo y su mala elección en casi todos los municipios bonaerenses, por fuera del Gran Buenos Aires. "El diagnóstico sobre la falta de interpelación del peronismo nacional en nuestras comunidades es compartido y muy extendido en la dirigencia del interior", describió. 

APU: Como intendente de un municipio del interior de la provincia de Buenos Aires quería entrevistarlo sobre declaraciones del ex jefe comunal y actual senador bonaerense Francisco Paco Durañona. Según Durañona, el peronismo no logra interpelar a las comunidades del interior del país y parece encerrado sobre las grandes urbes, sobre todo, en el Gran Buenos Aires.

Pablo Torres: Leí la entrevista y coincido bastante, no en todo. Hay una cuestión de narrativa, como dice él, que nos hace difícil entrarle a sectores de la población del interior bonaerense. Hay una conurbanización del peronismo que en el interior dificulta el diálogo con una clase media, de perfil más rural, incluso. En una reunión con compañeros analizábamos la elección, donde ganamos a concejal y perdimos por un puñado de votos en Nación. Y vemos lo mismo, que tenemos un problema de discurso para interpelar a esa cosmovisión de mucha gente de nuestra comunidad.

APU: ¿No hay discurso para el interior bonaerense?

PT: Me parece que que durante el primer peronismo había un sujeto histórico que era el trabajador. Ahora, esa categoría se ha ampliado y es muy heterogénea. No te alcanza con un único discurso. Por decir algo, qué tiene que ver un trabajador industrial, un monotributista, un peón rural, un empleado de comercio o un desempleado que recibe alguna contención estatal. En nuestras zonas, se agrega además una cosmovisión más propia de la ruralidad. Entonces, tenés una distancia importante entre el discurso del peronismo nacional y el sentir de las clases medias locales. También, hay mucha ideologización, de ambos lados.

APU: Paco Durañona hablaba de un peronismo que al replegarse sobre “lo seguro” (en el GBA tiene muchos votos) se va achicando en su narrativa, agenda, toma de decisiones. Y no incluye a toda una dirigencia (y a sus demadas y visiones) que no forma parte de ese espacio de certezas en torno a “lo conurbano”.

PT: Tiene lógica eso que ocurre, porque hablamos de centros urbanos con mucha población, que pueden definirte una elección provincial o nacional. Ahora, eso deja a la dirigencia peronista del interior en un desafío, de poder construir un discurso propio, que tenga que ver con problemáticas de nuestras comunidades. Por supuesto, hay agendas que compartimos, como la inflación o la falta de empleo. Pero en otras no, como puede ser la seguridad. Es un desafío también de la dirigencia del interior, de encontrar ese discurso. En nuestros distritos, más chicos, hace muchos años se da un fenómeno que tiene que ver con un arrastre electoral de abajo hacia arriba, donde es la boleta local la que tracciona a la nacional.

APU: ¿Hay articulaciones en esa dirigencia peronista del interior para tratar de hacer visible estas discusiones que venimos abordando?

PT: El diagnóstico es compartido y muy extendido en la dirigencia del interior. Después, hay articulación. Nosotros tenemos una red informal que integran compañeros de diferentes distritos y también legisladores provinciales. No es una articulación formal pero hay trabajo en conjunto, porque hay realidades y problemas parecidos.

APU: ¿Cómo ve los próximos dos años de gobierno nacional y provincial?

PT: Empiezo por Laprida, mi distrito. Creemos que tenemos que hacer un trabajo de mayor cercanía con la gente. Y lo digo en un distrito muy chico, donde si voy al supermercado la gente se me acerca para plantearme cosas. Bueno, hay que hacer un esfuerzo adicional. Hay que ir casa por casa a charlar con los vecinos. Después, con el gobierno de Axel Kicillof hemos trabajado muy bien, desde el principio. Cuando se nos cayó la recaudación a la mitad por la pandemia, la provincia nos ayudó mucho. No hubiéramos podido pagar sueldos. Hay mucho diálogo, los ministros están siempre a disposición. Nos pasa que muchas veces no podemos dar abasto con toda la obra pública que nos bajan, porque tenemos pocos cuadros técnicos. Nos falta mejorar cuestiones económicas.

APU: ¿Cuál es la principal demanda económica?

PT: Pensaba en la época del menemismo. Había mucha gente desocupada, que la pasaba muy mal. Pero el que tenía trabajo registrado, una maestra, un policía o un empleado de comercio, vivía bastante bien. El problema que tenemos hoy es que el empleado registrado tienen salarios con los que les cuesta llegar a fin de mes. Por supuesto que tenemos problemas con los que no tienen empleo pero los que tienen, también les está costando.

APU: La última pregunta vuelve sobre el eje de la entrevista. ¿Cómo se sale de esa falta de sintonía fina del peronismo en relación al interior? ¿Habría que construir instancias intermedias, que convoquen a la dirigencia de ciudades medianas o chicas, para que se genere otro intercambio entre la conducción del peronismo y los dirigentes del interior?

PT: Necesitamos un proceso de discusión diferentes, que incluyan todas las voces, de los distintos territorios, más poblados o menos. En Buenos Aires tenemos 135 municipios con realidades distintas, que el peronismo debería poder sintetizar. Como todos los problemas de la democracia se resuelven con más democracia. Esto no solo responsabilidad de quienes conducen a nivel nacional o provincial, también lo es de nosotros, que somos dirigentes del interior, que no logramos generar las articulaciones a un nivel más amplio. Es una responsabilidad compartida. En mi caso, poner el foco en la gestión no me permite participar de algunos debates o proponer otros. Los intendentes estamos presos del día a día, muchas veces. Por eso esa convocatoria debería incluir no solo a la dirigencia, sino a otros actores de nuestra comunidad.