Un homenaje a Eduardo Kimel, el periodista que investigó la Masacre de San Patricio

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Un homenaje a Eduardo Kimel, el periodista que investigó la Masacre de San Patricio

04 Agosto 2020

Por Fernando Latrille

De los encuentros virtuales que se vienen realizando producto del COVID-19, uno de valiosa importancia fue el de homenaje a diez años de su fallecimiento del periodista, escritor y profesor Eduardo Gabriel Kimel, quien falleció el 10 de febrero de 2010. El trabajador de prensa dejó un legado fundamental que conocemos como Ley Kimel, que permite que ningún periodista-y para ser más justos, ninguna persona-, pueda ser condenada penalmente por sus opiniones en temas de interés público. El encuentro organizado por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y Palotinos por la Memoria, la Verdad y la Justicia, fue trasmitido en directo el pasado viernes 31 de julio.

Participaron del encuentro virtual del también historiador graduado en la universidad de Buenos Aires-, su hija Gabriela Kimel; su prima Lidia Fain; Andrea Pochak, abogada que lo acompañó en su lucha ante el Sistema Interamericano; Juan Sebastián Velasco, delegado provincial de la Congregación Palotina; Damián Loreti Secretario del CELS; Mauricio Francolino en representación de los ex alumnos del Instituto Grafotécnico, entre otros.

La investigación por el crimen de los padres palotinos

Kimel escribió en 1989 “La masacre de San Patricio” investigación fundamental sobre el asesinato de los religiosos palotinos el 4 de julio de 1976 durante la dictadura cívico militar. En unas líneas de su trabajo, el periodista cuestionó la actuación de Guillermo Rivarola- juez a cargo de la instrucción de la causa que nada hizo para su esclarecimiento-que se movilizó para demandar al periodista por calumnias e injurias. En 1995 la jueza Braidot condenó a Eduardo Kimel a prisión en suspenso por un año y a pagar la suma $20.000 en concepto de indemnización. Aunque en noviembre de 1996 la Cámara de Apelaciones anuló el fallo y absolvió al periodista. En diciembre de 1998 la Corte Suprema de Justicia aceptó un recurso presentado por Rivarola y revocó el fallo anterior, lo devolvió a la Cámara que dictó nueva sentencia y confirmó la pena impuesta.

Fue así, que en búsqueda de la justicia que su país le negó, Kimel recorrió un largo camino patrocinado por el CELS llevando su caso hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos. En mayo de 2008 la Corte Interamericana falló a su favor y exigió al Estado argentino dejar sin efectos la sentencia impuesta. La Corte Interamericana también dejó en claro la reforma legislativa que debía realizar el Estado Argentino, por eso en noviembre de 2009 el Congreso sancionó la Ley 26.551 modificando el Código Penal de la Nación anulando los delitos de calumnias e injurias en relación a las “expresiones referidas a asuntos de interés público”.

Su prima Lidia Fain, recordó en el homenaje a Eduardo desde el afecto y el legado que dejó. “El libro, esa investigación tan importante que puso en agenda el tema de los padres palotinos, la película que después hicieron, y el juicio que fue tan largo y tan doloroso para él, para la mujer, para Gabi (su hija), para toda la familia, sufrieron muchísimo ese juicio”, indicó. “La condena, la absolución y finalmente el reconocimiento cuando él ya no estaba en vida. El reconocimiento llegó a los meses de que él había fallecido, pero dejó un camino muy importante”, señaló.

Por su parte, Juan Sebastián Velasco de la Congregación palotina, expresó que “fue el primero que visibilizó la historia de nuestros cinco mártires que hasta ese final de 1988, principios del 89 cuando se publica el libro, nadie se había animado a contarlo”, relató. “Cuando me preguntan-quienes no conocen mucho del tema y se quieren informar-, les digo: ‘lean el libro de Eduardo Kimel’”, dijo destacando su obra. Mauricio Francolino, ex alumno del Instituto Grafotécnico, lo recordó como profesor en el 2005. Lo definió como “una persona seria, no era de los profesores más fáciles de abordar. No porque fuera malo, sino porque pretendía cierta seriedad en el aula buscando que se convirtiera en una sala de redacción, donde los alumnos se vieran como futuros periodistas, dejando en claro que él era una especie de editor”.

El abogado Damián Loreti, profesor universitario y secretario del CELS, señaló: “En el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos hay un par de párrafos que se habla no sólo de la importantísima obra de Eduardo en la búsqueda de la verdad, sino que hay un párrafo que dice que los pueblos, las personas, tienen derecho a no recibir noticias manipuladas”, dijo Loretti y destacó que “es una parte del fallo que pocas veces se luce”. Loreti se refería a lo señalado por la Corte Interamericana en el fallo Kimel que señaló: “De otro lado, en el marco de la libertad de información, el Tribunal considera que existe un deber del periodista de constatar en forma razonable, aunque no necesariamente exhaustiva, los hechos en que fundamenta sus opiniones. Es decir, resulta válido reclamar equidad y diligencia en la confrontación de sus fuentes y la búsqueda de información. Esto implica el derecho de las personas a no recibir una versión manipulada de los hechos (“Caso Kimel vs. Argentina”, sentencia del 2 de mayo de 2008, párr.79).

“Otra consecuencia de la reforma de la Ley Kimel es que cuando se ha querido reprimir el ejercicio de la libertad de expresión no tenían con qué. Entonces comenzaron a hacer inventos raros, sobre todo en los últimos cuatro años donde apareció una suerte de migración, lo que antes se reclamaba por calumnias e injurias era ahora un ‘me siento ofendido y asustado’”, afirmó Loretti que explicó que de esa manera aparecieron querellas a periodistas por amenazas. Reivindicó así la actuación del CELS en la defensa de los seis trabajadores de prensa querellados. “Lo mismo con los twitteros. Casos recientes de gente-incluso allanada- por poner twits a los cuales se los consideraba amenazantes. ¡Eso es un disparate!”, señaló. “Pero además, ese disparate ocurre porque no tienen ninguna legislación penal con la cual reprimir la libertad de expresión de los twitteros. Y ya en el colmo de la obscenidad había gente que quería llevar presa a los que cantaban el famoso hit del verano en las canchas de fútbol. Había que explicar que ya no era posible gracias a la Ley Kimel”.

Por su parte, el periodista de la Agencia Télam, Oscar Taffetani lo recordó como un colaborador del diario Sur. “Se interesaba por el tema sindical, fue el primero que me llamó la atención sobre la organización de los trabajadores en Brasil, del PT”, dijo. Además, recordó en relación al clima de época en la cual Kimel elaboró su investigación: “Era el clima de una impunidad feroz. Con las leyes de Obediencia Debida y Punto Final se estaban clausurando las causas. Estaban quedando en libertad los principales sospechosos y autores de los crímenes, y eso es lo que lo movió a Eduardo a trabajar en su libro”.

A su vez, Andrea Pochak recordó que fue la abogada de Alicia Oliveira que tuvo en una de las etapas del juicio acompañando a Eduardo Kimel quien le dijo: “Tu caso lo vamos a ganar en el Sistema Interamericano, y lo vamos a ganar con el CELS”. Lo describió a Eduardo como un “buen tipo, muy profesional”. Describió que luego de una jornada agotadora en la audiencia en Colombia ante los jueces de la Corte Interamericana, movilizante para Eduardo porque recordó a su compañera “salimos de la audiencia y volvió al hotel a realizar su nota para Télam. Me acuerdo que en lugar de estar tomando algo, relajándonos, él se puso a escribir”, dijo emocionada. Realizando un repaso del caso dijo: “Lo ganamos en el Sistema Interamericano donde obligaron a Argentina a modificar la ley; a modificar el Código Penal, cosa que logramos; a quitarle los antecedentes a Eduardo; a pagar una indemnización como corresponde; y hacer un acto de homenaje que eso también me parece importante, acto que se llevó adelante el 5 de julio de 2010, hubiéramos querido hacerlo en la Iglesia pero finalmente lo hicimos en el CELS”.

Andrea Pochak, actual subsecretaria de Protección y Enlace Internacional en Derechos Humanos, señaló la importancia de “seguir reivindicando la Ley Kimel, sacarla del clóset. Es una ley hermosa, es una de las mejores cosas que tuvimos en los últimos años como avance de la democracia. Cuando tanto se habla de la libertad de expresión, tanto se habla de avasallamiento a periodistas, saquemos a la Ley Kimel del clóset, hablemos mucho más de esa ley que fue un antes y un después para la labor de las y los periodistas y las personas”, aconsejó

Pero no olvidando las deudas pendientes, Andrea Pochak, con un recorrido en defensa de los derechos humanos como titular de la Dirección General de Derechos Humanos del Ministerio Público Fiscal desde 2015 a 2019, integrante de la gestión de la ex procuradora general Alejandra Gils Carbó, que realizó valioso aporte con la difusión de un cuadernillo de los dictámenes del Ministerio Pública Fiscal ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación sobre Libertad de Expresión y Acceso a la Información Pública, destacó la importancia de “más reformas”, en homenaje a Eduardo Kimel y señaló “que es momento de reformar el Código Civil para que las y los periodistas y las personas, no sean sometidas a demandas civiles millonarias- o no tan millonarias-, pero que sirven como censura, solamente por comunicar o expresarse en temas de interés público. Así que vamos por esa. Ahora desde éste otro lado del mostrador que me toca en mi función pública, voy a seguir peleando por eso también”, concluyó.

Finalmente, Gabriela Kimel, recordó a su padre como un hombre con mucho temperamento y afectuoso. Se refirió a “lo duro que fue el juicio que afrontó”. Recordó que cuando su padre “estuvo condenado él no siguió escribiendo, sí como periodista en relación de dependencia, pero no escribiendo, investigando por su cuenta, no solamente por el esfuerzo de llevar adelante la causa sino también porque tenía un año de prisión en suspenso”, señaló y puntualizó que escribiendo como periodista lo hacía desde internacionales, sin trabajar con lo que ocurría en el país. Gabriela fue productora de dos programas radiales que tenía su padre en la Radio de las Madres. Contó que si bien era riguroso, ahí se lo podía ver más distendido. Dijo que fue bastante doloroso y que a Eduardo Kimel le costó muchísimo “cuando mi vieja se murió porque él quería compartir esa victoria con ella. Es una lástima, pero a la vez haberlo logrado es un mérito increíble”, destacó.