“Es un espacio de libertad para quienes están detenidos”

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“Es un espacio de libertad para quienes están detenidos”

22 Septiembre 2015

Por Juan Ciucci

APU: ¿Cómo surge este proyecto?

Mariana Paula Volpi: La Procuración Penitenciaria de la Nación custodia los derechos de las personas privadas de su libertad. Desde ese lugar entendemos que resguardar sus derechos implica también, más allá de las condiciones de detención, alimentar el alma. El año pasado con Juan José Campanella lo invitamos a que proyecte en el complejo Federal de Jóvenes Adultos de Marcos Paz su película Metegol. El resultado fue increíble, fueron Campanella y Eduardo Sacheri, y fue una experiencia que los conmovió. Juan entendió que era importante llevar ahí las películas que todos vemos, las más populares y taquilleras. Él es el presidente de la Academia de Cine de Argentina, y comenzamos conversaciones para poder programar este ciclo. Ellos eligieron la “selección de la Academia”, películas que fueron elegidas para el Oscar, o el Goya o los Premios Sur. Con la ayuda de Verónica Calvo de la Academia, hace unas semanas pasamos El último Elvis, y próximamente vamos a pasar Infancia Clandestina, Relatos Salvajes, El hombre de al lado, Un cuento chino, y Mundo Alas. Todas con la presencia de productores, actores o directores; que se mostraron con muchas ganas de participar. Tratamos de llevar cultura de calidad a las personas que están detenidas.

APU: Al ser las películas más populares y taquilleras, hace que sean películas con diversos registros y temáticas, y no seleccionadas “para pasarle a los presos”…

MPV: La idea no fue pensar al detenido, a la persona privada de libertad, como alguien viviendo en una situación en encierro con derechos a los que no puede acceder, sino como ciudadanos, personas como cualquiera, y las películas que nos gusta ver. Hay miles de películas, pero la Academia pensó en estas, que son de sus asociados, que cumplen un marco de institucionalidad, que les da la posibilidad de acceder a aquellos que no podrían hacerlo. Cuando ves cómo las toman quienes están detenidos, uno diría no les voy a llevar un tema difícil, y es al revés. Tienen muchas ganas de reflexionar, expresarse, y se sienten reconocidos como uno más. Desde la PPN lo primero que está a la vista son los derechos de los detenidos, y desde ahí se busca abarcar todos los espacios de derechos que tienen.

APU: Esa perspectiva amplia de derechos chocaría con un cierto sentido común construido que diría “encima les pasan películas”…

MPV: Sí, lo que pasa es que tenemos una sociedad enojada, lastimada. El fin de la prisión en nuestra Constitución es la resocialización, tenemos que tender un puente, integrar a quien esta detenido con el afuera. Para que cuando salga pueda tener una vida con todos, convivir. Mucha gente no está de acuerdo con estas cosas, como con tantas otras que tiene que ver con los derechos de quienes están privados de su libertad, algo que daría para una larga conversación. Estamos concentrados en este ciclo, muy agradecidos con Campanella que se ha puesto en los hombros llevar la cultura a la cárcel, algo que te abre las puertas en todas partes.

Foto: Verónica Calvo en la proyección de El último Elvis en el Penal de Marcos Paz, unidad de jóvenes adultos

APU: ¿Qué nos podes comentar de la proyección de El último Elvis, una película que podríamos decir difícil para cualquier público, tanto por temática como por estética?

MPV: La película a nivel estético es bellísima, y los pibes la tomaron así. Hablaban mucho de las tomas, de la luz, la música. La historia les llegó mucho, le hacían muchas preguntas Verónica Calvo que comentaba detalles de la producción. Y el final es muy duro, uno quizás piensa en la película y los pibes detenidos, y las pastillas y situaciones que son delicadas. Y ellos decían “el chabon no la aguantó, estaba angustiado, no podía ser el mismo, nadie le creía”. Es un espacio de libertad para quienes están detenidos, el momento de la proyección. Hay mucha gente que trabaja y lleva cultura a la cárcel, y siempre todo lo que uno haga es poco, porque es un espacio de mucha vulnerabilidad.

Entrevista realizada en el programa FAENA Apuntes desde el cine argentino