Sentencia cumplida

  • Imagen

Sentencia cumplida

24 Marzo 2019

Por Florencia Di Paolo

Hubieras sido igual a mí

cuando yo llegara a tu edad.

Tuve miedo,

lo confieso.

Pero no había nada

 qué confesar

solamente hambre

y revolución.

No hablé,

pero grité tu nombre

cuando tus lágrimas inundaban el pasillo

y mis pezones estaban húmedos

y tibios

y desnudos para siempre

escribí tu nombre con las uñas

para que no me olvides

pronto.

Y que no pases hambre.

Y que seas la revolución.

Quizás tengas mis ojos,

en la clandestinidad

espero que tengas

mis ojos

y que te lean cuentos de noche

y que te besen la frente

unos labios dignos

y que nunca tengas frío

y que no lleves su apellido.

Dicen que se los llevan

y los crían.

A veces también los engendran

                                      sin pedir permiso.

Los hombres no saben pedir permiso.

Espero que vos sí

sepas pedir permiso

y que te lleves por delante

todo lo rancio

que dejaron estos tipos.

No les avises,

que no se preparen.

Tomalos de sorpresa,

vos sabés de eso:

Llegar en el medio de la rebelión

y dar vuelta el tablero.

Quisiera que tengas mi cuerpo

para que te sirvas de él

algún tiempo.

Te lo prestaría porque es mío,

te lo prestaría como podría,

usado por muchas hienas

mientras pienso en el goce

añejo

de lo recíproco.

Y repito tu nombre

con los párpados apretados

hago fuerza para traerte

a este mundo callado

de sombras cómplices

y torturadas

y torturadores.

Ella me besa,

                             la sombra

me besa la frente

 y me limpia la cara

y las piernas

y la cara

sigue mojada.

Las bestias

humanas

la apartan de mí.

Espero tengas la sonrisa de tu padre

la misma de cuando le conté de vos.

Usala bien,

es la única sonrisa que me queda

entre las tablas húmedas

y las paredes impropias

escribo tu nombre con las uñas

mastico tu nombre

tu nombre

atascado en mis costillas

es lo único que nos queda.

Quemen a las bestias humanas,

bien humanas.

Sentencia cumplida,

mi amor.

Sentencia cumplida.