Roque Dalton, un goliardo del siglo XX

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Roque Dalton, un goliardo del siglo XX

17 Diciembre 2016

Por Freddy López Navarrete y Walter Navarrete* desde El Salvador

Roque Dalton poeta, escritor, periodista, teórico y guerrillero salvadoreño nos dejó toda un cúmulo de obras que han marcado el mundo cultural y político sobrepasando fronteras físicas y hasta mentales, pero… ¿Por qué esa analogía de goliardo con Roque?

Para ponernos en situación, hay que explicar primero qué es un goliardo. Hay que remontarnos a la Edad Media en el auge de la vida urbana y el surgimiento de los centros de estudios superiores en la Europa del siglo XIII. Los goliardos eran clérigos y estudiantes rebeldes y cultos que poseían dos dimensiones, una hedonista y la otra que estaba marcada por la conciencia social. Eran amantes de la literatura en lo apreciativo y en la creación, su poesía en latín criticaba al rey, la sociedad conservadora y el poder déspota. Hacían odas al vino, al amor y al hedonismo; criticaban a las altas esferas eclesiásticas; desaconsejaban el matrimonio y exaltaban la belleza en contraposición con los juglares que si bien cantaban, recitaban poesía, estaban con el sistema.

El término “goliardo” proviene del latín gens Goliae y en esencia significa “gente del demonio”. Roque era un goliardo revolucionario, un “demonio” rojo en el oscurantismo medieval del fascismo y del dogmatismo e infantilismo de izquierda. La poesía no se estancaba en lo abstracto de la flor cielo azul potente, sino que sudaba con el pueblo y se concretaba en la organización. Un demonio rojo que le escribió un libro precisamente rojo a Lenin y lo sacó de su mausoleo y su embalsamamiento y preguntó: ¿Qué pasó con la toma del poder?

Releyendo a Lenin, con su estilo propio y provocador escribe: “Cuando usted tenga el ejemplo de la primera revolución socialista hecha por la «vía pacífica», le ruego que me llame por teléfono. Si no me encuentra en casa, me deja un recado urgente con mi hijo menor, que para entonces ya sabrá mucho de problemas políticos”.

El legado de Roque es grande y se materializó organizacional y militarmente en la fundación de la RN (Resistencia Nacional, una de las cinco organizaciones políticas guerrilleras que luego formarían el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional FMLN hoy en el Gobierno); este marxista-leninista decidido y anti dogmático estaba a años luz de los infantilismos militaristas y dogmáticos de sus jefes (mayores cronológicamente mas no mentalmente) ese alto mando del ERP que en el remolino oscuro de esas discusiones internas lo terminaron asesinando cobardemente un 10 de mayo de 1975.

Su poesía combativa y que nos abraza como el aroma de las pupusas de queso con loroco, sigue combatiendo contra esa hegemonía cultural que ya nos advertía Gramsci, porque la lucha no es solo en lo militar; sino que también con las ideas y Roque tenía una destreza implacable con las palabras para tocar las problemáticas profundas de nuestro país como el niño que calacea un trompo de madera a la primera. Roque amaba la vida, se reía de sí mismo y del moralismo viniera de donde viniera y era amigo de la autocrítica bien argumentada; comprendía que también en el punche con alguashte y el lúpulo en “La praviana” estaba la vida-pueblo, el conspire…

 

SOBRE DOLORES DE CABEZA

Es bello ser comunista,
aunque cause muchos dolores de cabeza.

Y es que el dolor de cabeza de los comunistas
se supone histórico, es decir
que no cede ante las tabletas analgésicas
sino sólo ante la realización del Paraíso en la tierra.
Así es la cosa.

Bajo el capitalismo nos duele la cabeza
y nos arrancan la cabeza.
En la lucha por la Revolución la cabeza es una bomba de retardo.
En la construcción socialista planificamos el dolor de cabeza
lo cual no lo hace escasear, sino todo lo contrario.

El comunismo será, entre otras cosas,
Una aspirina del tamaño del sol.

(Roque Dalton)

 

*Freddy López Navarrete (antropologo). Walter Navarrete (ex guerrillero salvadoreño)