Raymundo Gleyzer y el Grupo Cine de la Base: la revolución perseguida

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Raymundo Gleyzer y el Grupo Cine de la Base: la revolución perseguida

27 Mayo 2016

Tres años después, el 27 de mayo de 1976, un grupo de tareas paramilitares lo secuestra y su cuerpo nunca aparece. A 40 años, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) le entrega a su compañera, Juana Sapire, los documentos que la DIPPBA elaboró sobre el cineasta.


“El objetivo perseguido es ‘ayudar a crear un Circuito Extensivo que regularmente proyecte películas y organice debates en la base’ […] Para ello estiman que deben producir todos aquellos materiales que contribuyan a dar la ‘batalla ideológica de esclarecimiento de las ideas del socialismo en el campo del pueblo’”, dice un informe de la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA) sobre Cine de la Base. El grupo había sido creado por Raymundo Gleyzer en 1973 como el brazo cinematográfico del PRT. Tres años después, el 27 de mayo de 1976, un grupo de tareas paramilitares lo secuestra y su cuerpo nunca aparece. A 40 años, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) le entrega a su compañera, Juana Sapire, los documentos que la DIPPBA elaboró sobre el cineasta.


El 5 de abril de 1979, seis meses antes de la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y 35 meses después de su desaparición, el Ministerio del Interior dio curso a un habeas corpus que solicitaba el paradero de Raymundo Gleyzer. El pedido queda registrado en la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA). Ese antecedente y unos pocos datos biográficos del cineasta componen su ficha personal, asentada con el número 100191, legajo 12.959, de la mesa de Ds (delincuentes subversivos).

A partir de la confección de esta ficha, la DIPPBA comenzará a buscar el rastro de Raymundo Gleyzer en documentos previos de inteligencia. Raymundo, alias Luis, el hombre que llevó el cine a la gente, el que hizo cine para retratar la situación social y política de América Latina, el que denunció la masacre de Tlatelolco en México, la revolución congelada, la muerte de trabajadores de la fábrica INSUD por plomo en sangre en Me matan si no trabajo y si trabajo me matan, y la burocracia sindical en Los traidores. El mismo que dijo alguna vez sobre los límites de su propio cine: “el problema es cómo llegar a un hombre concreto, ese que se está jugando el pellejo, que se está jodiendo la vida trabajando en la fábrica y que tiene el derecho a que por lo menos le aportemos un mensaje”.

Sin embargo, en esos informes, Raymundo, alias Luis, sólo es un delincuente subversivo, un desaparecido sobre el que no obtendrán ninguna respuesta. La solicitud de paradero será remitida por la Dirección General del Interior a la policía de la provincia de Buenos Aires, a las Unidades Regionales y Dirección de Cuerpos de la Policía, entre otras dependencias. En todos los casos, como se dijo, el resultado será negativo. Nadie sabe dónde está Raymundo Gleyzer.

La figura del cineasta comienza a aparecer en un informe de 1975 que elabora la SIDE y la DIPPBA incorpora a su archivo documental bajo el legajo 29.775, de la mesa Ds Varios. La investigación se adjunta con el asunto: “Participación clandestina de un equipo técnico argentino en la filmación de películas subversivas”.

En esos documentos, la inteligencia releva información de un posible documental sobre el pueblo vietnamita; el PRT, a través del denominado “GRUPO CINE DE LA BASE”, será el productor de las películas. Y sostiene que los films de referencia “persiguen la finalidad declarada de explotar el ejemplo de Vietnam, visualizándolo en función directa de la acción revolucionaria que la JCR –Junta de Coordinación Revolucionaria– está promoviendo en el plano continental; propagandizar el postulado marxista que sostiene que ‘sólo la guerra del pueblo salvará el pueblo’, remarcando el papel fundamental que le asiste al ‘Partido Revolucionario’ y al ‘Ejército del Pueblo’ en la conducción de la guerra popular”.

El informe menciona a Raymundo Gleyzer como uno de los integrantes del equipo técnico de la filmación y agrega una foto del cineasta y sus antecedentes artísticos e ideológicos. El anexo 3 del legajo 29.775 resume así su labor: “dirigió quince filmes de corto-metraje, dos films de largo-metraje y doscientas notas para T.V. Actuó como camarógrafo en un sinnúmero de películas”. La decena de antecedentes que enumera se inicia con sus estudios de cine en la UNLP, recoge sus producciones en Brasil y Bulgaria, los premios nacionales e internacionales que recibe y cierra con su participación en el grupo Cine de la Base realizando los films Los traidores, Vº congreso del Frente Antiimperialista y por el socialismo, y Me matan si no trabajo y si trabajo me matan. En el folio siguiente, los antecedentes políticos se resumen en tres líneas: “A los 13 años de edad se afilió a la Federación Juvenil Comunista (FJC). Actuó como elemento de apoyo del EJÉRCITO GUERRILLERO DEL PUEBLO (EGP), en los años 1963/64. Renunció a la FJC, pasando a militar a partir de 1971 en el PRT”.

El cine de Gleyzer es un manifiesto político y estético que se asienta en el compromiso histórico con los pueblos oprimidos. "Quien pretendiese realizar un cine revolucionario o que intente romper las estructuras de dominación actuales, debía actuar bajo la contención de una organización política, un partido que luche por la toma del poder", declaró alguna vez Raymundo. Partido y cine. Esa definición es la génesis del grupo Cine de Base.

“‘Desarrollar todas expresiones culturales que surgen de las luchas latinoamericanas por la emancipación nacional y social, sintetizando las más variadas corrientes y tendencias que tengan en esto su raíz histórica’. En este ámbito el F.A.S. tiene en ejecución un plan a desarrollar a través del ‘GRUPO CINE DE LA BASE – (CDB)’. El objetivo perseguido es ‘ayudar a crear un Circuito Extensivo que regularmente proyecte películas y organice debates en la base’. Exhortan a que cada centro del F.A.S. o adherentes a éste se conviertan en una unidad de exhibición, ampliando así la tarea de propaganda. Para ello estiman que deben producir todos aquellos materiales que contribuyan a dar la ‘batalla ideológica de esclarecimiento de las ideas del socialismo en el campo del pueblo’”.

La reflexión que incluye el contenido programático del FAS y apreciaciones particulares aparece descripta en el Parte de inteligencia Nº 12/73, elaborado por la SIDE, con fecha del 21 de diciembre de 1973 y remitido al “Jefe servicio informaciones Policía Buenos Aires”. La DIPPBA fichó el informe en la Mesa A (factor político), carpeta Nº 37 y legajo 272. El parte consta de 443 páginas sobre la inteligencia realizada al FAS. El fragmento citado corresponde al desarrollo del área cultural del partido como parte de un ítem del informe en donde se observa los objetivos concretos del partido.
Los informes de inteligencia elaborados sobre el FAS (Frente Antimperialista por el Socialismo), el Grupo Cine de la Base y el propio Raymundo Gleyzer dan cuenta de la sistemática vigilancia y persecución que las agencias de inteligencia —trabajando colaborativamente en el marco de la Comunidad Informativa— realizaron sobre aquellos actores políticos, sindicales, sociales y culturales que lucharon por un proyecto político popular, latinoamericano y revolucionario. Esas actividades se profundizaron, fundamentalmente, en los años previos a la dictadura militar de 1976; la información recogida tanto por la DIPPBA como por las demás agencias de inteligencia fue imprescindible para la detención, desaparición y eliminación de aquellos ciudadanos que participaban activamente en la construcción de ese otro proyecto de país.

En el marco de ese plan represivo, Raymundo Gleyzer fue secuestrado el 27 de mayo de 1976; se sabe que estuvo en el CCD El Vesubio. Todavía hoy continúa desaparecido. Otros integrantes del Cine de la Base lograron partir al exilio para seguir denunciando la represión y la explotación.
El legado artístico que dejó Raymundo Gleyzer sigue marcando a todas las generaciones que asumen el compromiso de un cine al servicio de las causas populares. Ese legado trasciende a su desaparición, y Raymundo Gleyzer, alias Luis, sigue siendo el hombre que llevó el cine a la gente, el que hizo cine para retratar la situación social y política de América Latina, el que denunció la masacre de Tlatelolco, la muerte de trabajadores de la fábrica INSUD por plomo en sangre y la burocracia sindical.

Fuente: Prensa Comisión Provincial por la Memoria