Norman Briski: “Los testimonios fueron fundamentales para que el juicio a las Juntas comenzara a tener legitimidad”

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ENTREVISTA

Norman Briski: “Los testimonios fueron fundamentales para que el juicio a las Juntas comenzara a tener legitimidad”

04 Junio 2023

El actor, dramaturgo, director de teatro y cine Norman Briski conversó con AGENCIA PACO URONDO sobre su papel en Argentina 1985, la notoriedad que cobró el film y el devenir de la política en la actualidad.

Agencia Paco Urondo: ¿Cómo llegás al papel de la película Argentina 1985?

Norman Briski: Ellos me convocaron. Fueron muy amables y cordiales. Leí el libreto y me entusiasmó hacer ese papel. Entonces, nos encontramos en una segunda reunión para poder combinar los temas restantes. Estaban Ricardo (Darín) y Santiago (Mitre), todo el tiempo se mostraron atentos al trabajo y, además, son muy buenos compañeros de laburo, gente joven con ganas de hacer las cosas muy bien. Eso hace que sea extremadamente eficaz. Cuando vi la película completa tenía cosas para decir, como todos, pero me sorprendió muchísimo el interés de la gente hacia el film y a ese tema en particular, tan enorme como si fuese un milagro del cine argentino. Eso nos sorprendió a todos. De tantas películas que hice en mi vida, jamás tuve una visión de cuándo iba a hacer una exitosa y cuándo no. Fue algo inesperado, un fenómeno social que me hace recordar a cuando hice La Fiaca, una película chica, de un cuentito, y sin embargo tuvo una enorme repercusión en la gente.

APU: ¿Vos pensás que la trascendencia de esta película se debe al auge del negacionismo y el surgimiento de las nuevas derechas; que el film, de alguna manera, se contrapone a esa nueva visión que está prendiendo en los jóvenes?

N.B.: La película es una revisión histórica y tiene que ver con aquel radicalismo que hoy ya no es el mismo, con sus contradicciones, ya que también consideraba la teoría de los dos demonios. Es un síntoma severo ver cómo las clases políticas, en la influencia de lo internacional, tienden a ir hacia la derecha. Como también se nota que los populismos van al centro. Hay una devaluación de las ideas de izquierda porque ésta no ha podido convocar a las mayorías, a partir de una propuesta de buscar lo igualitario y el socialismo. Eso, hoy no está en la mesa de los juegos internacionales, si está en la inserción de los pueblos originarios en algunos países, no en el nuestro porque acá han sido eliminados desde la “Conquista del Desierto” y sigue, hoy día. 

APU: Cuando mencionás que “los populismos van al centro” ¿Es en referencia a Alberto Fernández?

N.B.: No solamente a Alberto Fernández o Cristina Kirchner. Todos están queriendo incautar la idea de que nuestra sociedad tendría un proyecto de un capitalismo que sea conveniente para sus reivindicaciones: sueldo, salarios, mejoras, pero no hacia un cambio social serio. Toda esta clase política es la que mide el ranking, está midiendo la complicidad civil, como también, sus relaciones con la dependencia. Es claro que es una política que quiere ser demócrata, pero termina imitando a los países que aparentemente tienen economías más prósperas. Hoy, los que están en el campo de batalla de Ucrania son dos modelos capitalistas. Uno occidental, que significan el dominio del dólar y las economías de las democracias, y el otro es el ruso, que no quiere que esa economía imperialista se meta en la propia.

“Evidentemente, la historia de la justicia en Argentina deja mucho que desear y sigue siendo un tema candente”.

APU: Actualmente, el progresismo idealiza a Alfonsín. La justicia alfonsinista le dio una pena mayor a Pepe Firmenich que a varios de la Junta Militar. ¿Cómo esa supuesta democracia liberal condenó más a los compañeros que a los asesinos?

N.B.: La justicia del caso 1985 es una justicia formal que dejó a muchos asesinos en libertad. La película muestra aspectos del asunto y si es reivindicable que se hizo justicia con algunos de ellos. En ese sentido, para los reformistas que piensan que algo mejoró, no cabe la menor duda. El reconocimiento de que algo mejoró desde ese momento con la justicia, es bueno recalcarlo. Pero, evidentemente, la historia de la Justicia en Argentina deja mucho que desear y sigue siendo un tema candente.

APU: Volviendo a la película, para hacer tu papel, ¿qué lineamientos te dieron?

N.B.: Me apoyé en un abogado ruso que conocí personalmente, cuyas características coincidían con el papel que me habían dado. Me pareció que sus características sonaban mucho con el rol que tenía en este papel de la película. Los actores buscamos donde está el cuerpo de ese rol, le damos existencia para tener más armadura. El juicio se sensibiliza a partir de los testimonios, todos empiezan a entender el genocidio a partir del juicio en sí mismo. Los testimonios fueron fundamentales para que el juicio a las Juntas comenzara a tener legitimidad.

APU: ¿Dónde comenzaste a militar en política?

N.B.: Comencé a militar en una agrupación con intereses sociales, más que nada. Fue el peronismo de base donde yo desarrollé mis tareas de artista. Donde se desarrolló un teatro ligado a lo que estaba pasando en las bases. Eso hizo que nuestra labor fuera muy intensa, porque hacíamos los relevamientos particulares de cada comunidad barrial y, después, las expresamos en obras de teatro donde la gente nos veía y que, luego, se convertían en asambleas para ver qué pasos seguir: lo reivindicativo, lo social y cómo encarar la lucha en cada etapa.

APU: ¿Conociste al padre Mugica?

N.B.: El padre Mugica fue uno de los fundadores de ese grupo. Después, se integra Carlos Oves, que ya había hecho una obra de teatro que se llamaba La Toma. Ese libro de obras de teatro popular fue editado por Madres de Plaza de Mayo. Ese fue, más o menos, el desarrollo del grupo de teatro popular. Estuve 10 años en el exilio, fuera del país, y volví a la Argentina en septiembre del 85. Para mi vuelta, ya se había pactado ese fenómeno extraordinario que fue Teatro Abierto. Durante mi exilio estuve en Perú, Venezuela, Francia, España y hasta en Estados Unidos, donde estuve 4 años. Ahí no hice películas, más que nada trabajé en teatro popular, en el grupo Argenta, creado por latinos y americanos. Hacíamos el mismo trabajo barrial que con el grupo Octubre. Fueron tiempos difíciles, engorrosos, como todo lo que significa la marginación en Estados Unidos, todos tienen un enorme desconocimiento de lo que pasa con la pobreza en esas grandes ciudades.

Este teatro se sostenía por sí mismo, el grupo tenía un camión de mudanzas donde íbamos a hacer teatro, a la comunidad latina, la comunidad negra y a donde nos invitaran a poder desarrollar historias que íbamos investigando del barrio.