“Era muy sensible, aunque no lo demostraba”

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“Era muy sensible, aunque no lo demostraba”

22 Diciembre 2012

APU: Regresaste a la Argentina en los ´90, tuviste relación con Las Pelotas. ¿Cómo viste en los ´90 que seguía la impronta de Luca?

Andrea Prodan: En ese momento para mi fue como renacer porque venía de depresiones muy grandes, angustias, esto lo puedo decir ahora, porque vengo a Buenos Aires, tengo amigos en esta parte del mundo. En su momento pensaba que yo estaba muy mal, me preguntaba por qué, soy una persona relativamente estable, no entendía por qué estaba tan mal, no lo podía analizar. Pensaba que era la muerte de mi hermano porque todo empezó después de eso.

Yo sufría mucho el cambio de Italia que pasó de ser un país relativamente humilde, de gente que quiere pasarla bien en el sentido simple de las cosas, estar juntos, compartir cosas, ser creativo. Un país que tuvo el mejor cine de la historia por 20 años, con grandes directores, por eso dejé Inglaterra para trabajar en Italia porque quería trabajar en el cine italiano. Y me encuentro en un país donde los grandes directores que son, muy deprimidos como Fellini y los grandes actores de ese momento. Era una Italia que estaba creída pero cínica y más atada al mito de Norteamérica y no era esa experiencia la que esperaba sacar de Italia.

Fui afortunado, un poco por mi educación teatral en Inglaterra y eso se veía muy bien en Italia, y después de varios años de hacer cine, no la estaba pasando bien. Notaba también el rencor de los otros actores que piensan “ese trabaja y yo no”. El cine empieza a cambiar en el sentido que ya no era para hacer algo lindo sino para hacer gente famosa, y ese no era mi caso.

Quería hacer lindas películas, historias válidas, valientes. Vine a Argentina gracias a un director italiano que me ofreció un papel que no quise hacer porque estaba muy cansado. Esa persona me dice “¿Qué es lo que te gustaría hacer?”. Era muy copado, una persona a la que le reconocí al toque su pureza, una persona transparente. Y le dije “me gustaría hacer un disco donde hago todos los instrumentos, las flautas, los trombones, los violines, la batería, todo con la voz en pista”. Cómo se puede hacer me preguntó, le dije, para mi banda en Roma lo hice en cuatro pistas, no venían a los ensayos y yo le cantaba todo, le hacía la batería, le ponía la melodía ellos se lo llevaban a la casa lo escuchaban, o sea que no teníamos muchos ensayos. Cuando escuchó eso me dijo, qué bueno, él fue el impulsor de mandarme a un estudio de grabación que tiene 36 pistas y me mandé al toque con gran seguridad porque toda mi vida estuve haciendo esto.

Grabo este disco, un demo y todos empezaron a decir que era genial que había que encontrar un productor y otra vez empiezan a hablar de plata, entonces les dije, me están sacando las ganas de hacer algo, esto me gusta y me están sacando el entusiasmo porque otra vez están hablando de plata. Estaba en la casa de mi amigo que también estaba muy entusiasmado y le pedí el teléfono para llamar a Timmy Mackern, hacía 7 años que no hablaba con él, quería pedirle un consejo para ver qué se hace cuando tenés una buena idea y para que no te la afanen, cosas básicas de las que yo no sé nada. Timmy era un tipo bastante rústico en esto, no como Daniel Grimbank, aunque le hubiera gustado ser como él, y ahora medio lo sea.

En este momento era un hippy peludo que termina siendo el productor, manager de Luca. Te hablo del año 94, Timmy me dice “Justo que me llamas, y tengo en mis manos la llave del estudio que siempre soñé con Luca y hoy compré la casa”. Y yo le dije “te llamo porque tengo un proyecto musical, vocal que es muy loco y no sé quién lo puede producir”. “Yo te lo produzco, venite acá”, me dice, “yo necesito un hámster para mi nuevo estudio” y fui con Luigi, un amigo y eso fue una esperanza que me pasó acá en Argentina. Pero pensé que fue como una buena suerte, ahora me llevo el disco a Europa, pero ya mi vida estaba ahí. Y en este primer viaje a Argentina conozco a quién después sería mi mujer. Luego hice un festival en Brasil con una película italiana en la que había trabajado, y entonces volví a la Argentina.

APU: En ese momento también fuiste a Cemento con Las Pelotas.

AP: Sí, en ese momento, cuando grabé “Viva voce” ellos me sacaban todos los equipos porque estaba grabando con Las Pelotas así que tuve que grabar el disco en pedacitos porque se iban de gira. Entonces me decían “para qué te vas a quedar acá, venite”; y nos fuimos de gira por todo el país, yo cerraba los shows con los temas de Sumo.

APU: ¿Qué veías que se generaba ahí?

AP: La gente no comprendía mucho y decía “quién es este”, tampoco utilizaron la prensa para decir “Andrea Prodan, el hermano de Luca está en Argentina”. Creo que el 98 % de la gente no sabía ni quién era yo, y estaba bien así, yo me sentía más cómodo. Existía ese espíritu característico de Sumo que era “si tenemos ganas lo hacemos, si no, no”. Y eso pasó cuando fuimos a Uruguay, que Rock and Pop o no sé quién anunció que el último día se iba a juntar otra vez Sumo y eso pudrió todo, porque todos iban por casualidad a tocar, lo llamaron a Pettinato y me pidieron que fuese a cantar. Fuimos pero era como una cosa entre amigos, todo muy lindo y cuando la televisión había hecho un Spot, muy profesional y ahí Diego Arnedo, que es como muy purista, dijo “anda a cagar, fucking TN” y no sé quién era, y no quiso tocar.

Después se ofendieron Las Pelotas, yo les decía que eran unos boludos, que tocábamos igual, después lo traté mal a Sokol, bueno la cosa es que terminamos a los puños, creo que fue la última vez que terminé a los puños con alguien en mi vida. Después de esta lucha, una hora más tarde, nos vimos en el hotel y nos abrazamos lloramos y nos pedíamos perdón. Se creó un falso espejismo que era al pedo.

Todo se quiere transformar en un evento ¿No? Para que después otros hagan su negocio, eso no era un evento, era algo espontáneo que se dio entre amigos, pero se suman los periodistas y vos ni sabés que ya está anunciado. Después tenés que ir a buscar un abogado para protegerte y el abogado se gana una plata también, así que mejor no entrar en esa.

APU: Estamos a 25 años, está la casa de Luca que es museo ¿Cómo ves la obra de Luca?

AP: Es una cosa increíble, crece todo el tiempo. No es increible porque en un punto Luca fue como postatómico, es como el tipo que sigue teniendo fe en la humanidad en un mundo hecho mierda. Alguna vez tuvo una gran fe en la gente, en la creatividad, con nada, cuanto menos tenés encima más son las posibilidades que tenés para crear.

Él hizo el camino inverso, que hoy en día me parece más respetable. Si sos una persona que viene de la villa, en condiciones muy duras y te ofrecen la posibilidad de estar en televisión, cantando pero después te empezás a olvidar de tus amigos de la infancia, te dan vergüenza, eso pasa en todos lados. Creo que en el caso de Luca fue al revés: de chico tuvo acceso a la gente de la calle pero igual mis padres eran muy abiertos, en nuestra casa de campo todos los chicos del pueblo que eran amigos de Luca venían a nuestra casa a la pileta. Luca tenía mucha calle con los chicos del pueblo.

Un par de amigos de Luca están en la película, él era muy querido. Tuvo el valor y la inteligencia de comprender que estar entre 20 pelotudos en un cóctel no te sirve para nada, no aprendés nada. Lo sé también porque estuve en en Jet-Set, con una chica que era de la familia de la Fiat. Estuve atrapado en ese mundillo durante cuatro o cinco años y te digo, un aburrimiento fenomenal, con todo lo que tiene, los yates, la mega casa, los mayordomos, es una cagada. Luca la pasaba bien con muy poco siempre, en ese sentido fue un adelantado.

En cambio yo tardé un poco más en desprenderme de las cosas. Les agradezco a todos mis hermanos, Luca es famoso pero yo le agradezco a Miguel, a Claudia, toda mi familia fue muy útil para mí. Un hermano menor tiene un lugar privilegiado, uno va construyendo su mundo. He tomado cosas de Luca que me parecen fantásticas, otras no, que fueron su punto débil, su talón de Aquiles. Tengo una hermana que se suicidó, otra hermana que fue casi una madre, he viajado por todo el mundo con ella pero hay cosas que no puedo digerir porque tenían otra visión de la vida.

APU: Otra generación.

AP: Sí totalmente, ella nació en China en situación de extrema pobreza, en un campo de concentración Japonés. Con los años trabajó en Hollywood, era la secretaria personal de Jane Fonda al final de los ´60. Mi hermana tuvo una vida espectacular que al lado de la mía y la de Luca son nada, nadie la conoce pero tiene muchos amigos, es una vida distinta.

APU: A veces se genera la idea del “reviente”, como esa faceta de Luca rebelde que quedó muy asociada con la lógica del rockero. ¿Qué pensás de eso?

AP: Luca no era una persona que bardeaba, él era un tipo muy educado, todos recuerdan eso, se sorprenden, era callado. Ahora en el escenario hacía su espectáculo, porque era su lugar donde convivían sus fantasmas privados y sus divertimentos pero en la vida era una persona distinta. La rebeldía de Luca venía por las frases que tiraba, por ciertas críticas que le hizo a ciertos músicos que eran establecidos y que nadie podía hablar mal. Él no hablaba mal, decía lo que pensaba y tenía mucha información y había conocido músicos muy famosos. Todos venían al negocio donde trabajaba en Londres a preguntarle cómo iban las ventas de sus discos.

Su rebeldía no venía tanto por el quilombo, venía por las ideas, por su aspecto físico que provocaba cierto resquemor, pensaban que no podía ser una persona respetable. Ayer el tachero que me llevó, estaba con Stephanie Nuttal batera de Sumo que está acá en Argentina. Ella volvió porque siempre decía, mi destino está en Argentina, necesito volver. Ella va a volver a vivir acá y mirá que le costó. Pidió un préstamo, no le importó, sacó el pasaje y vino. Estuvo 3 semanas en Córdoba, estuvo en mi casa, es una persona de lo más copada.

Anoche volviendo del show donde hice una canción con una guitarrita, ella me acompañó con el cajón peruano, una canción de Luca que era Shine your light on me para empezar el show, después ella se pudo acomodar y mirar tranquila. Volviendo en el taxi, el tachero nos dice, perdón “¿Están hablando de Luca Prodan? Cuando tenía 17 años trabajaba en un barcito que estaba frente a la Estación Lacrose y Luca venía todos los días a tomar una ginebra bien fría, yo no sabía quién era, hablaba raro y tenía un aspecto como medio sucio, yo era un chico, él era muy simpático, tenía buena onda pero al dueño del bar no le gustaba nada. Era un gallego amargo y cuando lo veía venir a Luca se iba y yo aprovechando que el gallego no estaba le ofrecía más ginebra, era el año 84. Venía mucho con una mujer flaquita con aspecto de extranjera”. Cuando me contó esto, se emocionó, esto de que el gallego se fuera cuando él llegaba, “Luca lo sabía, porque una vez me dijo, no le caigo bien al jefe y le dije, no te preocupes es medio amargo”. Siempre es muy lindo que me pasen estas cosas, creo que Luca al final era más sensible que yo, aunque no lo demostraba, tenía unas capas de protección relativamente finas y era muy generoso y la gente muchas veces se aprovecha.

Muchas veces pensaba como Luca pudo haber sido amigo de este pero Luca perdonaba todo. A veces la gente pregunta “¿Cómo puede ser amigo de Petinatto?” A Luca Petinatto le parecía insoportable, porque Petinatto está siempre queriendo demostrar que él sabía, era chistoso, hoy en día nadie le dice nada.

APU: Tenía cierta empatía con lo popular, Luca, como que chocaba con lo más estructural.

AP: Hay una separación clasista muy grande y fuerte en Sudamérica, para quién nació en Roma como Luca y yo en los años en que Roma era una ciudad real, con gente popular viviendo en pleno centro de Roma que hoy en día sale una fortuna, porque las casa de ahí son de políticos, con bancos. En los años que la compraron mis padres, después de la segunda guerra mundial cuando Italia estaba completamente destruida, salía nada comprarla, hoy en día tiene un valor muy grande. Luca y yo nacimos en este barrio donde estamos todos mezclados.

En el piso de arriba tenían gallinas y una cabra, era una familia del campo, gente híper humilde. En otro piso había un abogado, era como una mezcla. En Roma los aristocráticos, cosa que acá no existe realmente, acá fueron adinerados que crean una aristocracia medio rápida, pero la aristocracia antigua romana se mezclaba de modo muy natural con los artesanos y la gente de la ciudad y había buena onda, un respeto mutuo.

Había cambios clasísticos pero muchas veces podías ver al Príncipe comiendo con los obreros, se saludaban, compartían, no es una cosa tan rara. Mi papá que era un artista estaba acostumbrado a eso y nosotros nunca hemos separado, eso ya parte de la familia. Luca siempre estaba cómodo en cualquier lugar. Tenía mucha cultura y era muy rápido para comprender a quién tenía enfrente pero nunca perdiendo su personalidad. Prefería estar alejado de situaciones o de gente que manejaba el poder.