El viento del mal

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El viento del mal

18 Agosto 2013

Por Boris Katunaric y Maricruz Gareca.

APU: ¿Cómo surgió la novela?

Nicolás Correa: Siempre cuando me preguntan por qué una novela fantástica, terror, digo que es la excusa porque yo quería escribir una novela realista con algunos tintes divertidos, que me entretuvieran. Se me ocurrieron algunas cosas divertidas que tenían una raíz muy profunda. Creo que la novela en sí la escribí toda la vida, yo venía haciendo otra cosa, una serie de trabajos, pero a partir del libro de poesía que se llama virgencita de los muertos que habla sobre el caso candela me empezó a dar como una mitología de mi barrio y una tragedia de lo que era mi barrio, Hurlingham. A partir de esa mitología que yo descubrí en esa tragedia fue que empecé a mirar lo que habían sido los noventa en mi ciudad. Ahí empezó el interés de cómo podía yo escribir los noventa con una historia de terror. Yo creo en los demonios. Parece una cosa medio rara pero me he acercado demasiado al tema a veces peligrosamente, a veces no tan peligrosamente y dentro de ese tema quise encontrar un drama y encontré mi drama, el de mi barrio y es muy personal. Creo que se gesta de toda la vida, de lo que uno va escuchando, las charlas de los viejos, etc. es un barrio muy nuevo, casi todo el oeste lo es, la parte más cercana a Santa Clara de Morris. En definitiva lo que quería contar era una historia trágica de mi pueblo. Un pueblo totalmente dividido con la emancipación de los municipios. Claramente atravesado por el problema de los noventa. Siempre recuerdo a mi papá diciendo que el peronismo se había tragado al caudillo, que había comprado ese montaje, ese es el contexto donde se desarrolla y ahí siento que se empieza a teñir de cierta tragedia en los barrios, en la clase más baja y en particular la obrera.

APU: ¿Cómo encontraste al personaje Ciro, el exorcista?

NC: Es un personaje que le tengo mucho cariño porque es terriblemente cagón, muy cagón, muy clase media, devenido en exorcista porque no era exorcista y por miedo o por culpa  va hacia esa forma de mea culpa que es el exorcismo dentro de la cárcel y el todo el tiempo cuenta cual fue la tragedia. Y pesa mucho en la construcción de los demás personajes ya que toda la narración transcurre a través de una carta. Son tres amigos: Ciro Elias y Coke, ellos realizan una violación. Ciro participa pasivamente si bien está implicado, pero se ve arrastrado por la situación

APU: Hay un elemento fundamental que es el viento, un personaje más en la novela.

NC: en alguna reseña más maliciosa habían expuesto que era una tara dentro de la dinámica de la novela y la respuesta que di en algún momento es que no era una tara porque hay lugares en donde el viento se sufre, como el frío se sufre, mi barrio era uno de esos lugares. Entonces yo podía obviar ese tema y ponerlo al pasar, pero alrededor de toda esta figura  de maldición me servía mucho porque ese viento era el que transportaba mensajes, o  golpeaba y al personaje se le volvía insoportable de luchar en su caminata. Eso me parecía muy movilizador. Es como un accionar, un disparador para que se produzcan otros episodios, por ejemplo en el momento de la violación, o en una parte se reza y el viento deforma esos rezos y no puede potenciarlos, el incendio mismo es un fuego arrastrado por el viento.

APU: Se habla de que es un policial también

NC: Creo que tiene todos los ingredientes de un policial, tiene un primer personaje fuerte que puede funcionar como una especie de detective, el ámbito carcelario le da un acercamiento a lo que es el juego del policía y el ladrón

APU: El exorcista y el demonio también pueden funcionar en paralelo con el policía y el ladrón.

NC: funciona bastante similar esa pesquisa. La realidad es que el demonio, el mal, jamás es agarrado ni vencido porque hay una libertad sobre el tema, el mal es para vos una cosa y para mi otra. Es un significado para mil significantes, el mal es como Perón, o como Menem en este caso. Una de las cosas que más me ayudó a poder instalarla ahí es que muchas veces los presos utilizan la fe como un modo de transformación legítimo o para legalmente bajar las condenas y eso me gustaba porque en el encierro debés necesitar una fuerza incomprensible para que te inyecte eso que te queda de vida, cuando no salís peor de lo que estabas. Entonces me parecía un lugar interesantísimo para ubicar ese problema de la fe; un exorcista implicado en una violación, con una gran culpa, con travestis y chorros que también profesan una gran fe y la pregunta era ¿por qué creen a veces de una manera desmedida en cosas que no se ven? ¿Qué hacía ahí el catolicismo? Se le cagaban de risa al catolicismo, se la cagaban de risa a esas instituciones. Porque el problema son las instituciones, la cárcel como institución, la iglesia como institución, el peronismo o el justicialismo como institución, el ser hombre como institución.

APU: Yendo a la parte más técnica, el relato es una gran carta ¿Cómo hiciste para trabajar en segunda persona durante todo el libro?

NC: la verdad lo que fui haciendo es una novela, casi toda la parte desde la mitad al final lo escribí primero y después el principio, pero que sea epistolar es un gran justificativo para poder contar esto que me apasiona que es el exorcismo. Al principio se me iba de las manos porque no tenía un género que me diera lugar a cómo yo me quería acercar al lector o que el personaje se quería acercar al lector. Ese lector que está del otro lado que es Fátima al que Ciro todo el tiempo intenta acercarse de una manera ejemplificadora, didáctica, que trata de decirle por qué camino no vaya, que es lo que no tenés que hacer, lee bien estos detalles, y cuando lo vi dije esta es la forma que a mí me serviría. Que sea una carta pidiendo ayuda a alguien que le debe esa ayuda. Y lo otro es que me resultaba muy confesional y quería que en ese sentido este personaje se confesara  por las cosas que había hecho porque siente una gran culpa y no sabe como sacársela de encima. Además cuando aparece algo extraordinario del que el preso pueda sacar rédito no se lo toca más y el exorcismo es un medio básicamente para que se lo dejen de garchar y pasa a tener otra jerarquía dentro de la distribución de roles en la cárcel.

APU: Este es el primer libro de la trinidad de la antigua serpiente. ¿Por qué este concepto?

NC: Se le ocurrió a un amigo en realidad, Patricio Eleisegui, a quien está dedicada la novela y con quien empezamos a hablar de todos estos temas, entonces me dice la realidad es que lo que vos vas a contar es más o menos la historia del mal tres grados más corridos del sub desarrollo porque sucede no solo en argentina sino puntualizado en un barrio del conurbano en una cárcel. Entonces hay un hombre, una mujer y tenés el mal, tenés que ponerle la manzana que conforma la trinidad y es el mal mismo. Intenta imitar los viejos clásicos.