El porno después del porno

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El porno después del porno

06 Enero 2014

Por Laura Milano *

Es un hecho que no todo lo que se ve en la pantalla caliente es lo que hay en el mundo del sexo. Mostrar la sexualidad por fuera de lo que el porno propone implica poner frente a cámara eso que existe y no se muestra. Eso que hacemos y nos excitaría ver en pantalla. Un porno hecho por quienes no entramos en el porno. Un porno crítico del porno, inquietante, corrosivo. Un pos-porno, hecho por nosotros mismos.

El goce crítico

Frente la hegemonía, la reiteración y el agotamiento del relato porno, han surgido otras propuestas que intentan discutir con la industria pornográfica y disputar el terreno que ella ha ganado en la representación de la sexualidad. Estas propuestas son las que se enmarcan en la llamada pospornografía o posporno, siendo esta una apuesta artística combativa que aparece para disputar el sentido que se ha construido sobre la sexualidad en el porno comercial. Estas producciones intentan dar a conocer nuevas representaciones de la sexualidad surgidas desde la disidencia sexual, con una mirada no heteronormativa. Son los sujetos excluidos de los modelos hegemónicos de sexo-género, las multitudes queer, quienes toman la palabra para mostrar aquellas prácticas y deseos que las convocan y que nunca habían sido mostrados en la pornografía comercial. Estos sujetos son los que deciden emprender una crítica al mismo, pero no con los procedimientos y argumentos de la censura sino a partir de la producción de una pornografía diferente.

Rompen con lo sexualmente establecido, esa es la idea base del posporno. Lo que el sexo “es”, lo que nos han dicho siempre que era, lo que se presenta como orden sexual natural, los roles de género y las practicas sexuales definidas como normales (y como complemento, las definidas como anormales) se rompe en mil pedazos en las producciones pospornográficas audiovisuales, performances, fotografías o literarias. La pospornografía amplia el abanico de sexualidades posibles a los espectadores, creando así nuevas representaciones de la sexualidades basadas en los múltiples usos del placer, en la libre expresión de los géneros y en la plasticidad de los cuerpos.

Otras formas de hacer porno

Nacida al calor del feminismo Pro-sex, movimiento queer y la cultura punk, la pospornografía es una muestra de las expresiones artístico-políticas surgidas desde los márgenes de la sociedad contemporánea abocados a disputar los sentidos impuestos y proponer nuevas formas de socialización y producción colectiva. Porque la pospornografía no sólo emerge como un conjunto de producciones críticas que disputan el sentido sobre la sexualidad y la enfrentan al discurso pornográfico comercial; sino que también implica formas de hacer disidentes en las que se ponen en prácticas modos de producción, difusión y consumo vinculados a la autogestión y a la cultura antisistema. Uno de los aspectos novedosos y disruptivos de estas producciones es la metodología que utilizan: hazlo tú mismo y hazlo con otros. Es decir, autogestión al servicio de las nuevas representaciones de la sexualidad desde la disidencia sexual. Este modo de hacer marca la distancia en la modalidad de producción, distribución y consumo respecto al mercado del porno. En la actualidad, esa autogestión puede hacerse técnicamente posible a partir del acceso a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación que le permiten a estos sujetos producir, difundir y consumir pospornografía desde casa y con mínimos recursos.

Pospornografía, aquí y ahora

Si bien la pospornografía ha surgido en Europa y Estados Unidos hace ya más de una década, hoy América Latina es uno de los escenarios fuertes donde proliferan los artistas y las producciones posporno. Tras la llegada de la teoría queer y el posporno europeo a estas tierras- empezaron a surgir tanto del ámbito activista como del campo del arte contemporáneo producciones artísticas críticas al discurso hegemónico del porno y reivindicativas de las disidencias sexuales desde una perspectiva latinoamericana. Lo cual implica que no sólo se retoman las reivindicaciones de las disidencias sexuales sino que también se realiza una producción artística con un desplazamiento geopolítico hacia el sur que examine las relaciones de poder que se establecen entre los centros de arte/academias de los países centrales y de los países periféricos. En este sentido, vale mencionar los trabajos de los artistas Felipe Rivas San Martín (Chile), Felipe Osornio- Leche de Virgen Trimegisto (México), Nadia Granados La Fulminante(Colombia), entre otros. En nuestro país, el posporno también aparece con fuerza y ya ha tenido varios festivales en su honor y varios artistas trabajando en estas experiencias pospornográficas desde el video-arte, las performances, las artes visuales, la poesía. Las potencialidades de la pospornografía en Latinoamérica abren la posibilidad a nuevas formas de activismo sexo-político a partir de las herramientas del arte y claro ésta, del porno también. Vaya mezcla explosiva.


* Bio Laura Milano: Periodista-Investigadora. Publicó algunos de sus trabajos en Página 12, Revista Sinécdoque, Poesía Urbana y otros medios alternativos. Licenciada en Comunicación (UBA), actualmente se encuentra editando su libro sobre pospornografía. Experimentadora posporno en estado embrionario, ha participado como performer en eventos queer, videos y producciones fotográficas.