Anticuerpos Poéticos en Frentania International Festival

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Anticuerpos Poéticos en Frentania International Festival

07 Junio 2020

Por Silvina Gianibelli

El espectáculo se inicia con la voz del director del festival, Giandoménico Sale, su colaboradora, Gisela Fantacuzzi –desde Italia- y Adriana Barenstein, desde Buenos Aires. Ellos tres abren haciendo participar a los espectadores del momento de “dar sala” y de esta manera se genera la tensión de lo inesperado. La modalidad virtual aludiendo a la realidad de espacio teatral: los olores, la cercanía, la espera, la sensación de ser “público”, de estar juntos.

Después de unos pocos minutos de espera, se da sala. En el momento de la escena hay tres performers con sus nombres escritos en un cartel hecho a mano, dispuestos en tres ventanas virtuales: Alfonsina Macchi Herrera, Erica Santamaría y Sergio Platikosic.

Sergio, Erica y Alfonsina se buscan en esta nueva espacialidad del ZOOM. Se nombran, se desorientan, se confunden, se acercan, se alejan, cada uno en su espacio - celda. Ellos son las voces que conducen la acción, no sólo en el comienzo sino en todo el relato dramático. ¿Hay relato dramático? Sí, lo hay. Se trata de un relato agenciado por los estados corporales, es un relato de estados dramáticos que (por sí mismos y en interacción) forjan un acontecimiento, un único acontecimiento, que es la posibilidad expresiva del cuerpo arrojado en la escena. La escena no es la excusa, es la razón de sus potencias que manejan al límite con despojo y también con amorosidad.

Los cuerpos se fragmentan en movimiento que se van entrelazando, formando un gran sistema de acción. ¿Un cuerpo o varios cuerpos? Definitivamente es un gran cuerpo en manada que abre la posibilidad a nuestros cuerpos. Unos y otros, los mismos, diferentes. Una visión panteísta de lo escénico, no es algo nuevo para Adriana Barenstein, su mirada poetizante siempre está situada allí, en la posibilidad de abrirse a otros posibles cuerpos.

Los performers, repentinamente, piden un video que empieza a interactuar intertextualmente en la escena.

Se trata de un video en donde los tres personajes anónimos inventan un reconocimiento de sí mismos y del otro a través del contacto, la piel, los huesos, el peso de unos sobre los otros. Se aferran, más que tocarse. También se distancian, leves en su casi roce. Esta escena fue filmada en el espacio de la sala Norah Borges, en Experiencias en Escena, en el Centro Cultural Borges. La mirada de la cámara, que funciona como un narrador testigo , es de Daniel Bernasconi, quién junto a Adriana Barenstein logra un entramado de metarrelato en casi todas sus obras, con un sincronismo afianzado en el mismo punto de vista desde donde los cuerpos son mirados, conducidos, engranados.

El roce de lo imperceptible es el gran acontecimiento teatral. Una trenza funciona metonímicamente como agente de acción, pero es sólo una excusa porque cada movimiento genera una extensión al cuerpo del otro y así se ensamblan en una escultura móvil. Es allí donde la síntesis logra su efecto más potente: la de un cuerpo en manada. Un roce de una extremidad pasa imperceptiblemente por el roce sororo de otra extremidad, que la recibe y la multiplica y así se va creando el vaivén que está a punto de someterse a la danza pero se frustra, también a punto de someterse a lo teatral y se consuela siendo la totalidad del movimiento en su mayor potencia. El roce también está en los sonidos y los silencios que propone Juan Pablo Amato en la música.