Aimel Sali: “Ser parte de la comunidad LGBTIQ es un orgullo, más en este momento, y cantar en la Marcha es devolver un poco de amor a todo ese odio”

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Aimel Sali: “Ser parte de la comunidad LGBTIQ es un orgullo, más en este momento, y cantar en la Marcha es devolver un poco de amor a todo ese odio”

24 Octubre 2025

AGENCIA PACO URONDO dialogó con Aimel Sali, futbolista y cantante de 21 años que participó en el certamen recientemente finalizado de La Voz Argentina, alcanzando seis instancias hasta quedar eliminada. A partir de allí, realizó su primer show en el Club Temple de Paseo La Plaza y, siendo parte de la comunidad LGBTIQ, será una de las invitadas en el escenario de la Marcha del Orgullo 2025, que se llevará a cabo el sábado 1 de noviembre

A los 11 años comenzó en el fútbol en el Centro Asturiano de Vicente López, pasando luego por Platense, Estudiantes y Vélez. A este último lo recuerda con cariño y reconoce como uno de los clubes que apuesta por el fútbol femenino en cuanto a sueldos y condiciones de entrenamiento, que suelen ser bastante desiguales en comparación al masculino. En la actualidad, juega en primera del Asturiano, con el objetivo de continuar activa en el deporte que ama, pero sin la intención de profesionalizarse debido a la complejidad que implica lograr sustento económico siendo mujer en el ámbito futbolístico.  

Agencia Paco Urondo: ¿Cómo transitaste tu participación en La Voz Argentina 2025 y qué cambió en tu vida a partir de entonces? ¿Fue la primera vez que cantaste ante tantas personas?

Aimel Sali: Mi participación en La Voz Argentina fue una locura. Un día, cuando recién volvía de entrenar, almorcé y me tiré a dormir una siesta porque habían sido más o menos cuatro horas y media de práctica. Me llamaron, me despertaron y me contaron que había quedado. No lo podía creer. A partir de ese momento fue todo un sueño, como una vida paralela a la que estaba viviendo. Yo era futbolista, mi vida se basaba en entrenar, comer y hacer las cosas bien para los entrenamientos, y de repente se dio esta oportunidad increíble. Fue un antes y un después.

La primera vez que canté en La Voz estaba bastante nerviosa. No me pasa generalmente, suelo estar en trance en el momento previo. Estoy en otra. Cuando empecé desapareció todo, en ningún momento le presté atención a la cantidad de personas que había, que eran como 150. Nunca había cantado en un escenario con tanta gente. Sí en eventos del colegio o lugares más chicos en donde eran todos conocidos, familiares, etc. Para mí, mi colegio, el Dardo Rocha, es una familia, era gente que yo quería mucho y me podía soltar más. Esto era un escenario con desconocidos, cinco familiares y enfrente tenía a Lali, a los Miranda, a La Sole, a Luck Ra… Era un sueño.

APU: Tuviste un crecimiento exponencial de seguidores en Instagram a partir de ese paso, ¿cómo manejaste esa nueva visibilidad pública?

AS: Fue una locura, más que nada al principio, desde la primera vez que canté, y de ahí fue creciendo. Tenía mil seguidores y ahora tengo casi diecisiete mil. No es mucho, pero es gente que te banca, apoya, quiere estar ahí y te acompaña. Los mensajes son increíbles, te escriben todo el tiempo diciéndote cuánto te quieren, cuánto les gustaría conocerte, y hasta te piden saludos. Al principio me sentí extraña, lejana a todo esto, y a medida que fue pasando el tiempo me fui amigando. 

Es un poco raro que tanta gente te empiece a mandar mensajes porque te vieron en un programa y te conocieron, porque empezaron a investigar sobre tu vida, o porque les gusta lo que hacés. Es un mimo al alma lo que te dicen. Cuando se me acercan a pedirme una foto es increíble y algo con lo que estoy aprendiendo a convivir. Hace poco una señora me dijo algo desde un auto y yo no entendía, pero me estaba felicitando. Me había olvidado de mi nueva vida. Daba por hecho que me estaba diciendo que se me había caído un papelito en la calle, pero me estaba felicitando... Ya me voy a ir acostumbrando a esas cosas que me pasan, que antes eran inimaginables.  

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APU: ¿Siempre supiste que tus dos pasiones eran jugar al fútbol y cantar? ¿Cómo es tu cotidianeidad entre una y otra?

AS: Siempre lo supe, sí. Desde un principio, como me gustaba más el fútbol y lo disfrutaba más, terminé yendo por ese lado porque se me dio la posibilidad, después de mucha lucha con mi familia y mi entorno. Pude jugar al fútbol y eso empezó a encaminarse. Empecé en reserva cuando tenía edad de una inferior, y en primera cuando seguía teniendo la edad de las inferiores. Ahí ya había llegado a lo que más podía alcanzar dentro de lo que conocía. Nunca imaginé el hecho de cantar, lo hacía por hobby todo el día. En los vestuarios, en los micros, en las concentraciones. Mis compañeras no me aguantaban más porque estaba todo el día cantando. En los entrenamientos, mientras jugaba… La música me acompañó siempre. Mi fiel compañera siempre fue la música, a donde fuese estaba cantando. 

Siempre hubo controversia entre una y la otra. Yo tenía muy en claro que quería jugar al fútbol, pero me empecé a meter en el mundo del canto por una productora amiga, y ahí surgió la posibilidad de ir a la audición de La Voz. Lo había visto en Instagram y me dije “tengo que ir, tengo que ver qué onda porque amo cantar”. Una vez me agarró un técnico, al que le mando un saludo, Daniel Reyes, y me preguntó: “¿A vos qué te gusta más? ¿Jugar al fútbol o cantar? Y no supe qué responderle. Le contesté que el fútbol, porque era un poco mi trabajo. De lunes a lunes, de enero a enero, mi vida siempre se basó en entrenar y dedicarme a eso 24/7. No son únicamente las horas de entrenamiento, sino todo lo que hacés después. Mucha vida social fuera del deporte no tuve porque siempre es dedicarse de lleno y no salir a bailar o tomar algo. 

No estaba sintiendo tanto el futbol últimamente, y soy una persona a la que se le suele notar muy fácil lo que le pasa. Este técnico, de quien más rescato su honestidad y humanidad con sus jugadoras y todos los demás, me hizo esa pregunta cuando estaba con esto de la música y quedó en mi cabeza. A partir de ahí, empecé a indagar en el tema. Fue difícil darme cuenta de qué me gustaba más o qué quería hacer, las sentía por igual y pensaba que no tenía que decidir entre una y la otra. Por eso entré en La Voz para hacer los dos al mismo tiempo, pero no se pudo por desacuerdos entre el club y el programa porque ambos llevaban mucha carga horaria, así que finalmente dejé mi trabajo, el fútbol profesional.

APU: ¿Vivís o viviste en algún momento la desigualdad de condiciones entre el fútbol masculino y el femenino?

AS: Sí, siempre se viven. Es muy difícil el fútbol femenino, no sólo para mí sino para todas y cada una de las jugadoras del mundo. En algunos países pueden estar cobrando más, como en Estados Unidos o Europa, pero la desigualdad está, existe, no hay comparación entre el sueldo masculino y femenino. Simplemente ellas se conforman con eso. 

En Argentina es muy difícil vivir de esto, dependiendo en qué club estés. Hay algunos que pagan bien y al día, pero otros te hacen un contrato y no te pagan quizás por uno o dos meses. Hay huelgas de jugadoras y hay una lucha constante, de la que se obtiene algo, pero nunca se gana. Se puede lograr la profesionalización, pero los sueldos siguen siendo bajos. Yo vivo con mis padres y la mayoría de las jugadoras no se pueden mantener solas con un trabajo, hay algunas que tienen hijos y deben hacerse cargo de otra persona más allá de ellas mismas. 

Las condiciones no son las mejores, las canchas ni hablar… Quizás entrenás en sintético y jugás en pasto, el fin de semana te toca en una cancha que no está en buen estado, o el partido no se transmite por televisión ni por YouTube, por lo que nadie termina viéndote. Además, puede ser que la kinesiología no sea la mejor o no tengas nutricionista, como sí pasa en el fútbol masculino. Entrenamos cuatro horas mientras que un hombre tal vez lo hace una hora y media o dos porque tiene el GPS que le muestra cuánto corrió, además de que sus lesiones son menores y con menos tiempo de recuperación, por lo que la desigualdad no va sólo por el lado económico.

Siempre hubo desigualdad y la sigue habiendo. Creo que, con el tiempo, va a ir mejorando. Yo me siento muy afortunada con todo lo que tuve en el fútbol femenino, comparándome con jugadoras más grandes que debieron luchar mucho más que nosotras. Ellas fueron las que peor la pasaron, no tenían nada. Entrenaban tres veces por semana sin luces y en las peores condiciones. Las jugadoras de mi categoría y las más chicas siempre estaremos muy agradecidas con las más grandes, hay un respeto total hacia ellas. Me tocó compartir cancha con figuras del fútbol femenino que han jugado mundiales, pero todas en algún momento vivimos la desigualdad… Es un camino muy largo, pero tengo toda la fe de que en algún momento se pueda igualar.

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APU: ¿Qué se siente ser parte de la comunidad LGBTIQ y tener un lugar en el escenario de la Marcha Nacional del Orgullo el próximo sábado 1 de noviembre?

AS: Ser parte de la comunidad LGBTIQ para mí es un orgullo enorme, y más en este momento y en las condiciones en las que estamos como país, por toda la violencia y lo que está ocurriendo. Tener un lugar en ese escenario con esa gente que desborda de alegría y amor, que van a celebrar lo que son sin vergüenza ni tabúes, sin nadie que te mire mal... Yo puedo ir con mi novia de la mano y no voy a recibir ningún comentario. Es un lugar hermoso, cada año lo disfruto mucho, realmente no hay placer más lindo para alguien de la comunidad que estar arriba de ese escenario y sentir la energía de las personas. En algún momento muchas de ellas la pasaron mal, muchos de nosotros la pasamos mal, por lo que cantar ahí es como devolver un poco de amor a todo ese odio. Estoy muy contenta, el 1 de noviembre va a ser un día soñado, por más que sea un rato, un tiempo corto. Siento que va a ser una de las experiencias más lindas que me van a tocar vivir.

APU: Realizaste recientemente tu primer show, ¿alguna vez pensaste que ocurriría? ¿Qué sensaciones tuviste?

AS: Nunca pensé que podría llegar a suceder, que fuese posible. Nunca me lo imaginé ni le di el lugar. Lo mejor que podría estar haciendo es vivirlo, aprovecharlo y disfrutarlo, que es lo que estoy haciendo día a día viendo cómo se dan las cosas, cómo crece y cómo crezco yo. Todo lo que aprendí en La Voz es increíble, estoy agradecida con la gente de Telefe y del programa porque me enseñaron mucho, y ahí una empieza a pensar en grande. Antes de La Voz, mi primer show era impensado, si me lo decías no lo creía. Hoy en día reconozco la exposición que me dio y la capacidad de creer en lo que hacía, porque una no se lo cree hasta que te lo muestran. Me dio la posibilidad de este show y quiero seguir aprendiendo y continuar dando lo mejor de mí cada vez que me subo a un escenario.

Las sensaciones fueron increíbles, a diferencia de lo que me venía pasando en La Voz que terminaba de cantar y cuando llegaba a mi casa se me iba un poco. Gracias a la adrenalina y la exposición, la información no me bajaba. En mi primer show sentí todo muy a flor de piel, me acuerdo todo. La sensación de subirme al escenario y que me aplaudan, de estar viendo a gente que no conocía, carteles o a mi familia, que no me habían podido ver todos porque a La Voz podía llevar poca gente. Lo que más sentí fue alegría y orgullo por lo que estaba logrando. En general no me suelo dar buena devolución, soy muy autocrítica y no lo hago, pero esta vez creo que realmente fue algo hermoso y que disfruté demasiado. 

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APU: ¿Qué rol tuvo tu familia en todo este proceso de crecimiento y camino hacia un mayor profesionalismo?

AS: No me alcanzarían las palabras para agradecerle a mi familia. Todos y cada uno de ellos, mayormente mi hermana que se ocupa siempre de todo y que está llevando la posta con la organización siendo mi manager. Mi familia siempre me acompañó a todos lados, desde mis hermanos hasta mis papás, y ahora mis sobrinas. Disfrutan mucho el cariño de la gente, a mi mamá veo que se le ponen los ojos llorosos, y a mi papá también. Me acompañaron siempre y creo que son los padres ideales para esto y para todo. Con el fútbol son iguales, me bancan con las decisiones que tomo, en lo que hago y lo que digo. Tengo una familia increíblemente hermosa y estoy muy agradecida de todo lo que están haciendo.

APU: ¿Cuáles son tus proyectos a futuro? Entre tu carrera de futbolista y la de cantante, ¿hay una prioritaria? 

AS: En este momento es la música, siento que estoy disfrutando más cantar y que en las condiciones en las que estamos en el fútbol es muy difícil crecer. La idea es llegar a más gente, sacar mi propia música, algún álbum, hacer shows y conocer más personas. El fútbol puede ir y venir, pero siento que lo que me está pasando con la música es una chance en mil. Era muy difícil, impensado. Viví un sueño y una realidad paralela durante un tiempo y quiero seguir así porque me hace muy feliz.

APU: ¿Qué le dirías a la Aimel de 10 años? ¿Qué consejo le darías?

AS: Le diría que se tome todo con más calma que, de alguna u otra forma, las cosas terminan llegando. Siempre fui muy exigente y quizás terminaba sin disfrutar muchas cosas por eso. Una exigencia que yo misma me ponía. Le diría que disfrute, que nada es para tanto y que termina pasando rápido. Le diría que viva, nada más.