“Entraban dos o tres, nos golpeaban, se retiraban e ingresaba otro grupo y así durante mucho tiempo"

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“Entraban dos o tres, nos golpeaban, se retiraban e ingresaba otro grupo y así durante mucho tiempo"

06 Octubre 2016

Por Daniel Dussex

La noticia publicada en el matutino local informaba que habían sido aprehendidos dos violentos delincuentes en San José del Rincón, una localidad costera cercana a la ciudad de Santa Fe. Nada decía de las circunstancias en las que éstas detenciones se habían producido, sólo indicaba con lujo de detalles las características del arma secuestrada “un pistolón calibre 14 con dos caños superpuestos y cargado con un cartucho en el interior”, como si fuera el calco de un parte policial.

La realidad fue muy distinta. Esto quedó claro en la conferencia de prensa realizada en la sede del Partido Justicialista cuando Iván Franco, militante del Movimiento de Unidad Popular, acompañado por dirigentes de ese nucleamiento y la abogada Lucila Puyol pusieron de relieve que se trató de un claro hecho de violencia institucional.

Iván denunció, tal como fue presentado ante el Ministerio Público de la Acusación, que el día domingo 25 de septiembre a la madrugada se encontraba en una vivienda vecina cuando llegaron dos camionetas policiales que frenaron en la puerta de esa casa y se bajaron alrededor de diez policías que ingresaron al patio de la misma. Uno de los policías abrió el portón y sin exhibir orden de allanamiento, irrumpió alumbrando el lugar con una linterna y diciendo en voz  alta que había hallado un arma. De inmediato entran otros efectivos gritándole “tirate al piso”.

Ante esta situación, Iván les dijo que no era el dueño de la casa, sólo un vecino y que no entendía nada de lo que estaba pasando. Apuntándolo con un arma larga es tirado al piso y esposado con las manos en la espalda. El joven pidió a los uniformados que se identificaran y como única  respuesta recibió un primer golpe en la cabeza. El resto de los policías ingresaron al interior de la vivienda rompiendo a patadas la puerta y despertando a gritos a todas las personas que estaban allí, al tiempo que las apuntaban con sus armas.

Iván Franco denunció que la policía lo subió a una de las camionetas junto a Emiliano Mendoza, el amigo con quien estaba conversado minutos antes en el patio y al que se llevaron a golpes del interior de la vivienda. 

Los jóvenes fueron trasladados al Destacamento Policial de Colastiné Norte, perteneciente a la ciudad de Santa Fe, en lugar de ser llevados a la Comisaría 14 de San José del Rincón como hubiera correspondido. Allí comenzó el infierno para ellos. Iván estaba aterrorizado porque había visto cómo lo bajaron a golpes a Emiliano. Los encerraron en el baño de la comisaría y comenzaron a pegarles sin piedad. A Emiliano le desfiguraron el rostro a puñetazos. Los pusieron con las manos contra la pared e ingresaron policías de a grupos para golpearlos. “Entraban dos o tres, nos golpeaban, se retiraban e ingresaba otro grupo y así durante mucho tiempo que no puedo precisar. Los dos estábamos esposados con las manos en la espalda, parados, la cabeza contra pared; a mí me golpeaban en el rostro pero sobre todo en la cabeza con golpes de puños y objetos contundentes. A Emiliano lo golpeaban por todo el cuerpo. Entre los policías que nos golpeaban puedo identificar a uno que era alto, de contextura normal, no gordo, de tez morocha, era del Comando Radioeléctrico porque me decía que en Rincón mandaban ellos que cada vez que los veíamos teníamos que agachar la cabeza; me daba mucho miedo por la forma en que se expresaba, era el más tenebroso, me decía: que me daba 7 minutos o me iban a desfigurar como a Emiliano, que piense dónde estaban las armas, que no diga otra cosa que no sea eso; esto porque yo había intentado explicarle que no entendía lo que pasaba y que no tenía conocimiento de ningún arma. Luego, saca de su bolsillo el celular personal y le toma una foto al rostro desfigurado de Emiliano; cuando me dice que mire a la cámara porque me va a sacar una foto, yo le digo: ¿por qué? y ahí ingresa otro policía más bajo, de contextura robusta, creo que con gorra y me golpeó en la cara y me dijo que ellos nos iban a sacar todas las fotos que querían. Después de un tiempo que no puedo precisar, este policía macabro me lleva al calabozo, luego lo traen a Emiliano, estaba shockeado, llorando, muy convulsionado.”

En la tarde del lunes Iván es dejado en libertad, no así su amigo a quien acusan de tener antecedentes. Fuerte fue la sorpresa de él cuando al llegar a su casa se entera que algunos medios de comunicación estaban difundiendo que habían atrapado a dos frondosos delincuentes, según las iniciales con las cuales eran identificados en la crónica periodística, él era quien portaba el arma. El hecho no terminó allí, Iván continuó siendo hostigado con seguimiento policial de un patrullero en varias ocasiones.

Cabe señalar que Iván Franco es miembro de la conducción del MUP de la Ciudad de Santa Fe y Presidente de la Cooperativa PUFI-Limitada. Al conocerse el hecho numerosas organizaciones políticas y de organismos de derechos humanos nucleadas en el Foro Contra la Impunidad y por la Justicia repudiaron públicamente este episodio de violencia institucional, uno más de los denunciados en esta provincia.

Una Santa Fe en la que sus autoridades ahora se jactan de haberse blindado con fuerzas federales para combatir el delito, y que no se animan a denunciar públicamente lo que ocurre con quienes vistiendo uniformes se envalentonan con los más débiles: siempre jóvenes, de tez morena y pertenecientes a sectores populares.