25 años del caso Sebastián Bordón: “El individualismo no existe para los familiares de las víctimas”

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    Miriam Medina

25 años del caso Sebastián Bordón: “El individualismo no existe para los familiares de las víctimas”

06 Octubre 2022

Sebastián Bordón, de 18 años, estaba de viaje de egresados junto a sus compañeros y dos docentes de la Escuela de Enseñanza Media N°13 de Moreno al inicio de octubre de 1997. Luego de un desequilibrio emocional, las responsables lo dejaron en manos de la policía provincial y fue alojado en el destacamento de El Nihuil, donde pasó la noche. Al manifestar que quería regresar, le indicaron que su padre estaba por llegar para retirarlo. Según la Unidad Regional II de San Rafael, Sebastián escapó, desapareció tras golpear a Esteban Merelo, el cabo que lo vigilaba, y no pudo ser hallado por un móvil de la comisaría 38, en el que iban el oficial Daniel Gómez, el cabo Abelardo Cubillos y el agente Roberto Gualpa. 

En realidad, lo habían localizado y golpeado brutalmente y, con la complicidad del comisario Hugo Ramón Trentini, lo ocultaron en una casa vacía. Del plan de encubrimiento también participaron la parapsicóloga Amanda Ledesma y otros falsos testigos que deslizaron distintas hipótesis sobre su paradero. Fue hallado el 12 de octubre en un lugar del Cañón del Atuel ya rastrillado por vecinos que habían viajado a colaborar en la búsqueda. La autopsia determinó que había sido abandonado con vida, por lo que la inanición y falta de atención médica fueron los causantes de la muerte. El cuerpo había sido plantado y se encontraron rastros del joven en el patrullero que se había movilizado.   

A lo largo del juicio, durante cinco meses del 2000, 195 testigos declararon. Gualpa y Cubillos fueron sentenciados a diez años por lesiones graves y abandono de persona seguido de muerte. Gómez igual, pero recibió doce años por tener más jerarquía. La pena de Trentini fue de quince años por homicidio simple, mientras que Merelo y la parapsicóloga fueron condenados por encubrimiento a dos años. Las dos docentes y el director de la escuela fueron exonerados por negligencia en la realización del viaje y el cuidado de los estudiantes. También se creó el Ministerio de Justicia y Seguridad manejado por civiles. 

El comisario Trentini, al momento de poder obtener su libertad condicional, fue imputado y detenido por seis desapariciones ocurridas en San Rafael durante la última dictadura. Era oficial en un destacamento que funcionaba como centro clandestino de detención y se encargaba de fraguar documentación que aseguraba que a los detenidos se les otorgaba la libertad, por lo que fue condenado a cadena perpetua, evidenciando la continuidad de las prácticas del terrorismo de Estado. Desde 2019 se encuentra en prisión domiciliaria. 

En el marco de los 25 años del crimen de Sebastián Bordón, el pasado domingo 2 de octubre la familia del joven, La casita de Sebastián y el colectivo Madres en Lucha impulsaron distintas actividades a lo largo del día en el Barrio 3 de Diciembre-Pfizer, Moreno. AGENCIA PACO URONDO dialogó con Miriam Medina, madre del joven.

Agencia Paco Urondo: ¿Qué reflexión realiza a 25 años de los hechos?

Miriam Medina: Hemos transitado 25 años de lucha permanente y colectiva con los organismos de Derechos Humanos, madres, hijos, compañeros ex presos y la gente de nuestro barrio fundamentalmente, que es la que nos acompañó desde el principio en la búsqueda con valentía y organización. Ellos, con un baqueano que tenía caballos que fueron alquilados, lo encuentran sin vida el 12 de octubre, día que iba a cumplir 19 años.

Esa policía que golpeó, torturó, asesinó y desapareció está instalada y su modo de acción permanente no se ha modificado, están educados con una Doctrina Bullrich. No hay realmente una educación como corresponde en las fuerzas de seguridad del Estado que tenga que ver con los derechos que tenemos los ciudadanos, que no reprima la protesta social ni se ensañe con el poder de estar armados y llevar un palo. Son las cosas que hay que cambiar para que no suceda más lo que sufrió Sebastián con su vida.

Hay que hacer todo un análisis político y social de que, en 25 años, primero encontrarlo y luego los procesamientos, gracias a la lucha colectiva se pudo condenar a los homicidas. No es “me salvo yo”, sino acompañarnos. El individualismo no existe para los familiares de las víctimas. Eso lo aprendimos con la gente de nuestro barrio y la que se movilizó. Sigue habiendo mucho que transformar también en la Justicia, que es para pocos y acomodada en sus sueldos y accionar corrupto. Tiene que haber una justicia y unas fuerzas de seguridad democráticas. Que la policía se manifieste por un aumento salarial con un arma en la cintura desestabiliza la democracia, son sediciosos y corruptos.
 
APU: ¿Cuál es su análisis sobre la situación actual en materia de violencia institucional?

MM: No hay decisión política seria en cuanto a la educación de las fuerzas de seguridad. No puede haber una instrucción de tres a seis meses para nuevos policías y darle un arma para que esté todo el día, incluso fuera del horario de trabajo, utilizada para amedrentar, disparar y asesinar contra la ciudadanía, pibes, jóvenes y los privados de su libertad. El aumento de vidas que se llevan nos dice que hay que cambiar su mirada y somos nosotras las que tenemos que ir a testimoniar y plantear qué tipo de fuerzas de seguridad queremos.   

APU: Más allá del presente proyecto de ley, ¿qué medidas o cuestiones más viables considera que deberían ocurrir? 
 
MM: El proyecto de Ley Integral Contra la Violencia Institucional contempla atender fundamentalmente a los familiares de las víctimas, porque el Estado es responsable de esas fuerzas de seguridad y de atender la salud psíquica, psiquiátrica y social de estas familias. Tiene que prever educación en derechos humanos, tanto sobre la época de la dictadura como el accionar en democracia, y el tema de la portación de arma después del horario de trabajo. También tiene que haber un registro de policías exonerados por hechos de violencia institucional, tortura y gatillo fácil. 

APU: ¿Cómo conmemoraron la fecha?

MM: Hace un mes se viene trabajando con el municipio de Moreno, que nos propuso las mejoras que debía haber en el Barrio 3 de Diciembre-Pfizer. Hubo charlas con autoridades de Provincia y Nación para que se pueda hacer ahí. Se hicieron murales en paredes ofrecidas por vecinos con imágenes con significado especial, como una mujer con un bebé para el cual ofrecí fotos o el enlace de manos que fue la búsqueda. Frente a La casita de Sebastián se hizo un mural de un niño mirando hacia el jardín maternal que creamos hace veinte años en su memoria y para devolverle un poquito a la gente de nuestro barrio que se organizó y nos acompañó. También hubo artistas locales y videos de fotos del transitar de su vida. Moreno siempre luchó para ser un distrito con todos los derechos que merecemos.

El 12 de octubre vamos a San Rafael para homenajearlo en el risco donde está su cartel y la señalización, en el lugar donde lo encontramos sin vida. Seguimos de pie y luchando, para condenar a sus homicidas y a los responsables de delitos de lesa humanidad, entre ellos Trentini. Si el genocida hubiera sido condenado instalada la democracia quizás Sebastián no hubiera sufrido a manos de esos policías comandados. Seguimos luchando para que en esta patria esos hechos no pasen más y ese Nunca Más que decimos sea en serio, contundente y con las decisiones políticas de cambiar a las fuerzas de seguridad. Por eso transformamos este dolor en lucha, por eso somos las Madres en Lucha.