Licenciada en nutrición: “Quitar el IVA de los alimentos es una medida oportunista"

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Licenciada en nutrición: “Quitar el IVA de los alimentos es una medida oportunista"

21 Agosto 2019

Por Estefanía Cendón

Primera parte de la entrevista a la licenciada en Nutrición Mónica Yedvab. La especialista dialogó con AGENCIA PACO URONDO sobre la situación alimentaria en la Argentina y se refirió a la discusión sobre los alimentos que no pagarán IVA, entre otros temas relativos a la agenda alimentaria

AGENCIA PACO URONDO: ¿Qué opina respecto al anuncio del gobierno en donde un listado de alimentos, pertenecientes a la canasta básica familiar, no pagarán IVA hasta fin de año?

Mónica Yedvab: Es difícil calcular el impacto que se espera y tampoco creo que vaya a ser real. Cuando aparezcan en góndola estos artículos va a haber un balance entre la quita y el precio al que se ponga a la venta, los productores habrán subido su precio de presentación. Tampoco está claro si vamos a ver el producto libre del pago del IVA o el descuento se hará en caja. Es importante aclarar que no todos los alimentos van a devengar en la quita del 21% porque algunos ya estaban con un 10,5%.

Alberto Fernández fue claro al respecto: no hay que descontarle el IVA a todos, lo que hay que lograr es justicia social y equidad. Coincido en ese criterio, en este momento hay grupos extremadamente vulnerables a quienes la crisis los golpea más que al resto de la sociedad. El que menos gana destina gran parte de sus ingresos a la compra de la canasta básica de alimentos. Impacta mucho más en este sector cualquier modificación en los productos alimentarios que a quien tiene un ingreso mayor. Cuando se encuentra ante una situación de reducción, ya sea por falta de trabajo o porque los alimentos aumentan, utiliza estrategias de consumo que tienen un costo alimentario y nutricional.

APU: ¿Podría darme un ejemplo que muestre cómo influyen esas estrategias de consumo?

MY: Sí, cambiar la selección de alimentos. No es lo mismo comprar un kilo de carne comestible, independientemente del animal o el corte, que elegir una que tiene más grasa o el 50% de su peso son huesos. Estás pagando algo que nutricionalmente no te va a brindar lo que una carne de pulpa entera, pero el bolsillo lo siente y más aún al momento de hacer una distribución intrafamiliar. Yo hice un ejercicio para pensar, desde una propuesta diversa, cuánto necesita comer un niño en edad escolar durante una semana: tres litros de leche; un cuarto kilo de queso; tres cuartos kilos de carne; 2 kilos de hortalizas de todos los colores y formas, preferentemente de estación que son las más nutritivas; un kilo y medio de frutas; cereales y legumbres como porotos y lentejas; tres cuartos kilo de lo que puedo realizar con harina de trigo como fideos, pan o galletitas; 3 o 4 huevos por semana.

La elección de estos alimentos se adapta a la comunidad de pertenencia y los consumos disponibles en cada región. Cuando uno tiene un conocimiento acabado sobre un tema, la realidad le pega diferente. Todas las noches pienso cómo salen adelante las familias con tres, cuatro o cinco chicos a la noche a la hora de tener que darles un té, un caldo o a veces irse a dormir sin comer. 

APU: ¿Cuál es el impacto de la alimentación en el actual contexto de crisis en los niños y los adultos mayores?

MY: En los niños existe un período de crecimiento y desarrollo que es crucial para la incorporación de determinados alimentos que contienen nutrientes que el cuerpo no sabe producir, ni sintetizar. Tenemos la necesidad de incorporarlos con los alimentos y esto les va a permitir el desarrollo cognitivo, la plenitud de desarrollo corporal, la capacidad de resolver situaciones.

 Por su parte los adultos mayores tienen la necesidad de reparar, mantener y sostener muchas de las enfermedades crónicas no trasmisibles que adquirieron a lo largo de la vida comprando medicamentos, tratando de resolver cuestiones cotidianas frente al deterioro natural del cuerpo y que representa dificultades como hacer compras o levantar peso. Para reparar en el adulto, como para construir en el niño hay alimentos que son cruciales. Dentro de los seleccionados para reducir el IVA esos alimentos no aparecen y son las carnes, las hortalizas y las frutas. Existen alimentos que son llamados fuente, fundamentales, que van a aportarte nutrientes impidiendo que aparezcan enfermedades. Hay otros alimentos que son protectores, los que aportan proteínas, vitaminas y minerales. Estos protegen ese organismo que está creciendo, en el caso de un niño o joven, o ese organismo que tiene que reparar o mantener los déficits que ocurren a lo largo de la vida como es el caso de los adultos mayores. 

APU: En la lista de alimentos que no pagarán IVA: ¿Cómo es la proporción de alimentos fuente que podemos encontrar?

MY: Los alimentos que no pagarán IVA fueron seleccionados entre los que integran la canasta básica de alimentos. Esta canasta básica, a su vez, forma parte de una selección sobre el consumo que la gente realizaba, llevada adelante entre los años 1985/1986 y proveniente de la Encuesta Nacional de Hogares.

APU: Son datos desactualizados en donde no se disgregó por valor nutricional, bajo un criterio de equilibrio o diversidad alimentaria.

MY: El criterio era calórico y proteico. Desactualizada en términos del impacto que tiene en lo que la gente elige, hablamos de 1985, hoy no tiene representatividad. Está bien pensar en términos energéticos, pero al interior de esto hay otras condiciones por mirar. Con las calorías no alcanza. Hoy dentro de las problemáticas nutricionales de nuestro país, cuando hablo de malnutrición me refiero a aquellos que les falta y a las personas que tiene por demás. ¿Cómo se va a diluir el impacto de este proceso en el que las personas no comen lo que deberían comer? Estamos teniendo un problema grave, que también es mundial, en donde casi el 60% de los habitantes de la Argentina padecen de sobrepeso y obesidad. Una persona obesa puede estar anémica: conviven una situación de malnutrición por déficit y por exceso. Estas personas con un exceso en su peso corporal, ante una carencia alimentaria van a reducir el peso, pero van a incrementar sus déficits nutricionales. 

APU: ¿Qué análisis puede hacer en particular de los alimentos que no pagarán IVA?

MY: Hoy la población vulnerable probablemente esté seleccionando alimentos más básicos, por lo que me parece bien que esté presente en la lista el aceite y los huevos. La leche también integra la lista, pero ya no gravaba con el IVA por lo que no va a modificarse mucho su precio. El pan está presente, pero el pan rallado me parece superfluo. Pudiendo elegir mejor y seleccionando a quién dirigirlo hubiese tenido un impacto más eficiente.

El yogurt es un alimento nutritivo, pero es mucho más costoso que la leche. Hubiese elegido la leche con una mayor reducción de precio ya que es un alimento que aporta nutrientes esenciales a lo largo de toda la vida, no sólo en la niñez. Es uno de los principales alimentos con calcio de mejor biodisponibilidad. El adulto mayor que tiende a tener osteoporosis pierde proteínas, masa ósea y, en consecuencia, la presencia del calcio en su alimentación es importante. Nuestras necesidades varían con las edades.

APU: En el listado de los alimentos que no pagarán IVA se mencionan las conservas de frutas, hortalizas y legumbres. ¿Cuán saludables son? ¿Aportan ventajas?

MY: Al no haber una articulación de fondo con grupos poblacionales que están interviniendo fuertemente en la producción, esto es una forma de que aparezcan estos alimentos. Algunas ventajas es la manipulación, que se puedan trasladar y ofrecer en lugares alejados. Desde el punto de vista nutricional, en general el contenido de sodio y azúcar es elevado en las conservas.

APU: Un diabético queda fuera de este consumo, por ejemplo.

MY: Para un diabético no es una alternativa utilizar las conservas. El azúcar tampoco lo hubiese incluido en el listado que no paga IVA. Lo contradictorio es que en este momento la Secretaría de Salud está llevando fuertes campañas para trabajar la problemática del sobrepeso y obesidad, intentando reducir los alimentos ultraprocesados que tienen mucho sodio o azúcar. También es real que hay muchas mamás que no cenan y toman mate con azúcar por la noche. De lo cultural no hay nada que reprochar, pero esa mamá debería tener alternativas para elegir lo que quiere comer y alimentarse sanamente y en plenitud. 

APU: ¿Cómo calificaría, a nivel nutricional, el criterio con el que se sostuvo los Precios Cuidados durante esta gestión?

MY: El programa de Precios cuidados quedó en una cuestión normativa, palabras. Recorriendo góndolas, la mayoría de los que inicialmente estaban en ese listado, era difícil encontrarlos. Los supermercadistas grandes, medianos o chicos salvan la situación contestando que ciertos productos no están en stock, pero no es suficiente la respuesta. La alimentación es un acto complejo en donde lo biológico es importante, pero no es lo único que define qué comemos: esto se asocia a la cultura, su historia, las disponibilidades que tiene un país. Si vivimos en un país que produce alimentos, pero el consumo interno no tiene disponible alimentos baratos que nos permitan desarrollarnos algo no está bien. Si hay disponibilidad luego se piensa en el acceso.

No hubo una priorización nutricional en el Programa de Precios Cuidados: había bebidas alcohólicas y bebidas azucaradas, como gaseosas. Este programa responde más a acuerdos con productores que a una visión concreta de acompañar a las familias ante la crisis, no entendería si no por qué el azúcar está en el listado. Se podía hacer más con menos, redistribuyéndolo entre la población que más lo necesita. Deberíamos pensar si el modelo productivo que tenemos es el que necesitamos como país, si las medidas de equidad social y justicia son las que realmente se están llevando adelantes, si la población vulnerable tiene lo que necesita y cómo será esto de acá a los próximos años. De esta forma no alcanza, son parches.

APU: ¿Qué reflexión merecen las recientes medidas que buscan “llevar tranquilidad” a los argentinos en términos alimenticios?

MY: Quitar el IVA de los alimentos es una medida oportunista, no oportuna. El impacto está generalizado en toda la población y hoy toda la población no se encuéntrala misma situación. Tenemos que ser claros en cómo llegamos a una redistribución que impacte, sobre todo, en aquellos que más lo necesitan. Para eso hay que pensar un país justo en dónde todos estemos incluidos, no sólo aquellos que se benefician.

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