"La desigualdad hace que lo pibes se sientan atraidos por las bandas"

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"La desigualdad hace que lo pibes se sientan atraidos por las bandas"

24 Enero 2013

Agencia Paco Urondo: Contanos sobre las actividades que van a estar desarrollando estos días en Rosario.

Eduardo Toniolli: Estamos realizando una serie de actividades que tienen que ver con una movilización del Movimiento Evita junto a Unidos y Organizados, organismos de derechos humanos y otras organizaciones sociales reclamando Justicia por los compañeros baleados hace unas semanas en Nuevo Alberdi y por todos los casos de pibes que mueren en el cordón de Rosario a partir del accionar de estas bandas narco.

Después, los días viernes y sábado vamos a hacer una jornada solidaria que tiene que ver con recuperar los lazos sociales del barrio y llevar adelante actividades de construcción de infraestructura básica: zanjeo, poda, el armado de una cancha de fútbol y una plaza, etc. Son todas cuestiones mínimas que hacen a una necesidad producto de la falta de inversión del Estado, en este caso fundamentalmente municipal, generando que el espacio público termine ocupado por los narcos.

APU: Describís esa realidad social al contarnos el motivo de estas actividades, ¿Qué más nos podemos al respecto? ¿Cómo se vive allí?

ET: Es una ciudad que en los últimos años ha visto crecer enormemente la tasa de homicidios, que es un dato objetivo, y fundamentalmente entendemos que ese crecimiento se da en base a estas bandas que operan con mucha inserción territorial, producto de estrategias.

APU: ¿La contracara de esa realidad de lo barrios son los emprendimiento urbanísticos?

ET: Si, esa es una lógica muy propia de Rosario. Hay una ciudad pujante y desarrollada, la de los grandes emprendimientos urbanísticos y por el otro lado, la otra Rosario. Una y otra tienen un nexo que es el comercio de estupefacientes. Estas mafias tienen como expresión más capilar los pibes de los barrios que mueren en los enfrentamientos, pero no podrían existir sin una estructura de lavado de dinero. Si hablamos de autos de alta gama funcionando en el marco de estas bandas es porque encima de esto hay una estructura de lavado que tiene que ver con otros sectores de la sociedad que no son los que se exponen.  

APU: A partir de que te tomó publico conocimiento la relación entre un jefe de policía y las bandas narcos, ¿Cambió algo a nivel provincial o municipal?

ET: En materia de seguridad no hubo cambios sustanciales, hubo continuidad a la gestión que existía poniendo en el lugar vacante al segundo de la fuerza, Cristian Sola. No hubo una vocación por avanzar en una reforma integral de la fuerza.

APU: ¿Qué reformas están proponiendo?

ET: Venimos sosteniendo la necesidad de generar determinadas herramientas que tienen que ver  con tener controles cruzados de las fuerzas de seguridad, como por ejemplo a través de la creación de un cuerpo de policía judicial o el recorte de la potestad que guarda la policía en la provincia de Santa Fe. Todas medidas para empezar una reforma integral.

APU: ¿Qué desarrollo tiene el narcotráfico en Rosario?

ET: A falta de estadísticas específicas en el tema, tomamos como dato palpable el crecimiento de la tasa de homicidios. Si desglosamos los hechos que ocurren podemos relacionarlos directamente con la existencia de estas bandas.

APU: El otro día un especialista nos decía que el narcotráfico muchas veces ofrecía a los jóvenes posibilidades de enganchar  actividad que le deje recursos, ¿Compartís ese diagnóstico?

ET: Creo que más que producto de la exclusión es producto de la desigualdad esta atracción que generan las bandas. El mercado ofrece pautas de consumo que no toda la sociedad puede alcanzar de manera pareja, entonces aparecen estas bandas como vía rápida para alcanzar estas pautas de consumo, como una instancia de identificación, de prestigio, en el marco de un horizonte que no el mejor. Posiblemente muchos tengan hoy una posibilidad de enganchar una changa o algún trabajo informal, pero evidentemente no tienen el atractivo del acceso al consumo efectivo rápido de determinados bienes que ofrece el mercado inmediatamente.

Como no estamos en el 2001, 2002, cuando en los barrios había que palear el hambre, me parece que no es un fenómeno producto de la exclusión. Hoy hay reclamos de otras cosas, el consumo es algo a alcanzar y cuyo mecanismo para alcanzarlo no está repartido igualmente para toda la sociedad.