“El 20N expresa la pérdida de hegemonía del kirchnerismo”

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“El 20N expresa la pérdida de hegemonía del kirchnerismo”

01 Febrero 2013

APU: Estuvimos charlando con Horacio González, Eduardo Grüner, con Jozami la semana pasada, en el marco de proponer un balance sobre lo que fue 2012 y pensar las perspectivas para este año. ¿Si tuvieras que decir cuál fue el hecho político más importante del año pasado, cuál elegirías?

CC: Creo que, sin ninguna duda, el paro general del 20 de noviembre porque marca el inicio de una tendencia de enfrentamiento y de un proceso de ruptura entre amplios sectores de ña clase trabajadora con el Gobierno Nacional. En ese sentido, es un fenómeno que expresa claramente lo que se ha llamado la pérdida de hegemonía del kirchnerismo del 2012 y que muestra un enfrentamiento de quienes habían votado a Cristina en octubre y ahora salieron a las calles o no fueron a trabajar ese día, no sólo en los gremios cuyos dirigentes convocaban al paro sino también en aquellos sindicatos en que los dirigentes llamaron a no parar. Desde el punto de vista de la izquierda es el hecho más importante que hubo en 2012.

APU: Eduardo Grüner decía algo parecido y hablaba de un agotamiento, del comienzo del fin, si se quiere, del proyecto kirchnerista. ¿Cómo lo ves?

CC: Creo que lo que hubo fue el fin de una etapa, en el sentido de que el mismo Gobierno hizo campaña con el slogan “Nunca menos” y ya en el discurso de asunción de Cristina hubo un ataque importante a los docentes y a los sindicatos en general y durante todo el año, una política de que los asalariados paguen el precio del ajuste mediante dos vías fundamentales: el crecimiento de la inflación, que dejó por detrás de los niveles inflacionarios los aumentos salariales y, también, sacando una tajada mayor al no haber aumentado en todo el 2011 el mínimo no imponible. Mientras los discursos atacaban los ajustes que se hacían en Europa y en otros lugares del mundo, producto de la crisis capitalista, acá se hacía una forma de ajuste sobre el bolsillo del trabajador que es lo que explica este paso a la oposición de la clase obrera donde, más allá de las intenciones y objetivos propios que tiene Moyano, que fue un aliado del Gobierno durante 8 años, lo que hay es un descontento de los trabajadores que tienen más aspiraciones, que no están conformes con lo que están, que no quieren retroceder de lo que tienen y al contrario, los que están peor quieren estar mejor y los que están mejor quieren estarlo más y entonces choca con las políticas de contención o aún avanza contra las conquistas logradas en estos años por la clase trabajadora enfrentando al Gobierno Nacional y por eso les cuesta tanto a los dirigentes sindicales oficialistas tener algún discurso de legitimidad.

APU: ¿Ves que es un planteo de toda la clase obrera? ¿Se puede proponer ese esquema?

CC: Creo que hay importantes franjas de los trabajadores que están en esa dinámica. Es un proceso, no digo que hay ya una ruptura generalizada de los trabajadores con el Gobierno, incluso muchos de los que están descontentos posiblemente voten las listas oficialistas en octubre pero sí que hay un proceso donde las cosas ya no son como eran y donde la política gubernamental muestra desorientación. El Gobierno había pactado con Moyano durante 8 años, rompió ese acuerdo y ahora es una coalición que no tiene el acuerdo de una fuerte central de los sindicatos, no hay una corriente cristinista en el movimiento obrero o la hay muy débil, el sector de Yasky se podría ver en esa forma porque los “Gordos” tienen su propio juego también y es el inicio de un proceso de mayor descontento y de pase a la oposición de sectores importantes de la clase trabajadora, no de la totalidad, obviamente, pero sí de un sector muy extendido que va mucho más allá de lo que habíamos visto en los años anteriores.

APU: ¿Cuál es tu balance de los cacerolazos del 8N, de las movilizaciones de determinado sector de la sociedad?

CC: En ese caso expresaron un descontento de las clases medias que, más allá de lo difuso de cómo las demandas fueron presentadas, era una crítica que se expresaba por derecha al Gobierno, al revés de lo que fue el 20 N, de sectores que mayoritariamente no habían votado por Cristina. Sí pudo haber alguno de lo que se llamó el voto cruzado, los que votaron Macri en la elección para Jefe de Gobierno porteño y Cristina para Presidenta ella Capital pero no es el sector fundamental. Lo clave eran sectores que estaban en la oposición, se envalentonaron de alguna forma y pasaron a la acción. Es una protesta que no tiene canalización directa o inmediata que tendió a diluirse en el estado de ánimo de las clases medias donde se apoyan sectores de la derecha para tratar de conseguir una posición decisiva del Gobierno Nacional y también la posición interna que tiene Cristina en el propio Frente Para la Victoria. Los que salieron como voceros fueron, Macri, la derecha radical. Aunque Binner trató de montarse sobre ese fenómeno, sobre ese descontento de la clase media, después apareció el gran actor de la vía política que es TN y ese tipo de protesta quedó en un lugar secundario porque lo que se puso en el centro son las demandas que golpean, no a las franjas más acomodadas que tienen permeabilidad social como la que se manifestó en los cacerolazos, sino la contundencia del paro nacional del 20 de noviembre.

APU: Sobre el cierre del año, hablando de tres sectores diferentes, hubo una movilización multitudinaria del propio oficialismo, mostrando su fuerza y su capacidad de movilización en el 9D ¿Cómo ves la posición del kirchnerismo de cara a este año electoral?

CC: El kirchnerismo se está jugando la sucesión, ya en el 2013, una cosa es decir que hubo una pérdida de hegemonía y otra cosa es que se haya derrumbado que no es así. Mantiene un 30, 35 % que no es nada desdeñable que es lo que ha construido el kirchnerismo como fuerza propia. Ahora el gran problema que tiene es que le den los números para una re reelección de Cristina para modificar la Constitución. Por ahora no tiene ningún candidato potable del riñón por lo tanto, la perspectiva de un pacto con Scioli donde el kirchnerismo tenga veto para retener una cuota de poder es una probabilidad política.

Verdaderamente no sé lo que va a cuajar pero sí, vamos a ver rigideces internas en la coalición oficialista donde se está esgrimiendo cómo se va a dar una sucesión del 2015. En tanto, por el momento lo más probable es que siga como la primera fuerza política del peronismo, si es que no hay saltos en los niveles de crisis porque vivimos una etapa de mucha inestabilidad en la escena internacional y todo lo que vemos como probable puede cambiar bruscamente. Siempre hay que tener esa visión y el sistema económico en argentina presenta muchas grietas. El crecimiento que ha sido de 3 ó 4 %, una inflación entre el 25 y el 30 % es decir que tiene variables muy críticas, nada se acelera, todo es un pronóstico y si alguna de esas variables entra en una crisis mayor, los tiempos van a ser otros.

APU: Ese 35 % de apoyo ¿En qué sector de la sociedad lo ubicarías?

CC: Creo que hay un sector popular que sigue apoyando al gobierno, hay sectores de franjas medias que también son parte del kirchnerismo, sectores aliados que es compartido con el aparato del PJ más tradicional en la Provincia. La fuerza de los gobernadores, los intendentes que son parte del oficialismo pertenecen en general a lo que el propio kirchnerismo llama el pejotista tradicional. Una cosa es Cristina montada en un bloque determinado, otra es sin ese bloque, por eso hay una instancia de cómo se van a dar esas alianzas pensando en las elecciones del 2015.

APU: ¿Cómo ves al FIT en ese marco en este año electoral?

CC: Esta situación de la clase obrera es muy positiva para quiénes estamos tratando de organizar a los trabajadores en agrupaciones antiburocráticas, le disputan todos los días a las patronales y a la burocracia el poder en la fábrica de los gremios. Este año hubo varias elecciones sindicales donde hubo un incremento de listas presentadas por la izquierda, en algunos casos con muy buenos resultados como el gremio de la alimentación y el de los gráficos con el 40 %. Elecciones ferroviarias donde no pudo haber listas nacionales por las dificultades y trabas pero en las listas sindicales donde ganó la seccional del Sarmiento. Es beneficioso desde el punto de vista de los que queremos organizar la clase obrera que no meramente vemos la participación en el terreno electoral, sino que queremos construir una fuerza militante de los trabajadores y lograr un papel de dirección en los sindicatos.

Desde el punto de vista electoral nosotros, el PTS tenemos la voluntad de continuarlo. Creemos que va a ser una buena posibilidad pelear por conseguir Diputados Nacionales, creo que esa posibilidad está abierta en la Provincia de Buenos Aires y en Capital Federal. También conseguir Senadores Provinciales en estos dos distritos. Hay que ver en Córdoba cómo se da la configuración electoral más general pero me parece que se puede tener una buena elección aumentando la que tuvimos en el 2011. Tenemos confianza que se puede ampliar en una elección legislativa el espacio político de la izquierda anticapitalista y utilizar la elección para llevar la idea que la superación del kirchnerismo no tiene que ser por derecha, sino por una variante de izquierda anticapitalista. Hay que construir una izquierda de la clase trabajadora y esa es una de las consignas que vamos a plantear y adelantar en lo que va a ser la campaña del 2013.