Dengue: una persona contó su experiencia con la enfermedad

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Dengue: una persona contó su experiencia con la enfermedad

30 Marzo 2016

Por Lucas Pereyra

Durante la tercera semana del mes de marzo fui una de las tantas penosas víctimas del virus del dengue transmitida por su vector, Aedes aegypti. De los síntomas, sabemos que se trata de fiebre alta, dolor en las articulaciones, ardor en los ojos y una erupción cutánea (siempre que hablamos del serotipo I, el más leve).

Es muy frecuente que en una primera instancia, uno relacione esta sintomatología con una gripe propia del fin del período estival y el ingreso a temperaturas más bajas. Sin embargo, todavía deberemos soportar un pico alto de infección del virus dengue hasta, por lo menos, mediados de abril.  Ante esos síntomas, es fundamental ver un médico para realizar estudios de laboratorio sistemáticos que controlen el conteo de glóbulos blancos y plaquetas.

La política de salud pública del gobierno nacional es bastante endeble y librada al azar de lo que puedan informar los medios de comunicación. Se está hablando de que las estadísticas oficiales que maneja el Ministerio de Salud habría que multiplicarlas por diez o hasta por cien. Según médicos de clínicas privadas (Santa Isabel y San Camilo), hay entre 80 y 100 casos por día de infectados con dengue en cada hospital y clínica de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Estamos frente a un delicado caso de epidemia que se está dando en espacios urbanos, donde el conglomerado de gente es mayor y donde el mosquito aprovecha lo que uno olvida.

La hembra Aedes Aegypti (AA) llega a poner hasta 20 huevos con una estrategia de diseminación formidable que consiste en dejar esos huevos en distintos lugares, lo cual hace difícil la tarea de control. Para poder generar sus huevos, las hembras necesitan succionar sangre humana. El saneamiento básico y la conciencia de la población es fundamental al evitar juntar basura y chatarrerío que pueda acumular agua, ya que solo se necesitan 15 días para que se forme un criadero.

Es importantísimo que haya campañas publicitarias en los medios con información adecuada. Generalmente, se empieza a hablar del dengue en diciembre, pero para esa fecha ya estamos complicados, es tarde. De allí que sea sustancial la limpieza y prevención en invierno, ya que durante este período los huevos permanecen en los recipientes. La fumigación no es prevención. Solo sirve para cuando el mosquito ya está infectado y es necesario eliminarlo. Lo importante es hacernos cargo de la limpieza en nuestro hogar, pero esto debe ser fomentado con campañas gubernamentales que ayuden a la población a tomar conciencia.

Tips para la prevención del dengue:

  • Eliminar todos los recipientes que estén en desuso y puedan acumular agua (cestos, canastos, neumáticos, recipientes, etc.).
  • Cambiar el agua del bebedero del perro todos los días y de los floreros tres veces por semana.
  • Limpiar canaletas y desagües con agua hirviendo o lavandina.
  • Mantener limpias las piletas con cloro y vaciar el agua del portamacetas.

Tratamiento contra el virus del dengue:

  • Es fundamental ver un médico que nos dará las indicaciones apropiadas con sus respectivos controles.
  • Estudios de laboratorio de forma sistemática cada 24 o 48 hr, donde se hará hincapié en el conteo de glóbulos blancos y plaquetas hasta que estén en parámetros normales.
  • Tomar abundante líquido. Es muy importante mantenerse hidratado.
  • Tomar Paracetamol cada 8 horas. En algunos casos, nos pueden dar una inyección de ketorolac para paliar la fiebre elevada.
  • Inyección de decadrón para aliviar la erupción cutánea.

¿Enfermedad de pobres?

Siguiendo a Nicolás Schweigmann, profesor e investigador de la UBA experto en el estudio de mosquitos, el dengue no es una enfermedad de los pobres. Desde los medios se ha tratado de identificar a la diseminación del dengue con las villas y la población de bajos recursos. Esto es absolutamente falso y la prueba de ello es el famoso caso de la calle del dengue en Vicente López donde se infectaron 8 personas en una misma manzana. Estamos haciendo referencia a una zona de clase media alta que permite refutar que el dengue es una enfermedad de la pobreza. Cuando de los medios se dice: “Hay dengue en las villas”, Nicolás Schweigmann ironiza respondiendo: “Sí, dengue hay en las villas: Villa Ortúzar, Villa Pueyrredón, Villa Urquiza, Villa Devoto”[1].

Para terminar, es importante destacar que una vez curado del dengue, la persona ya no transmite. Durante un tiempo, uno estará inmunizado contra los cuatro serotipos de dengue. Luego, tendrá inmunidad contra el serotipo I. Sin embargo, esto puede ser una ventaja aparente. Puede suceder que en el próximo brote, una persona sea infectada con el serotipo II y esto genera una alteración en el sistema inmunológico que puede agravar la enfermedad hacia la llamada “dengue grave” antes conocida como “dengue hemorrágico”.

Es necesario insistir y hacer énfasis en los cuidados que deben hacerse una vez terminado el período estival. La prevención es la piedra angular de la lucha contra el dengue. Toda la población debe comprometerse y tomar conciencia sobre esta enfermedad. La política de salud pública debe ser contundente y eficaz. Las campañas en los medios deben tener información correcta que ayude a la población y la comprometa a hacerse cargo para evitar que los mosquitos prosperen en la primavera próxima.

[1] ROCCA, G. (18 de marzo de 2016). “Mitos y verdades sobre el dengue”. NEX CIENCIA. [Consultado el 29 de marzo de 2016] Disponible en: http://nexciencia.exactas.uba.ar/dengue-mosquitos-aedes-aegypti-zika-chikungunya-prevencion-nicolas-schweigmann