Corte de Famatina: la situación 6 meses después

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Corte de Famatina: la situación 6 meses después

19 Junio 2012

Por Enrique de la Calle I El 3 de enero cientos de habitantes de Famatina, ubicado en el oeste de La Rioja, iniciaron un corte en Alto Carrizal. Se oponen a que la canadiense Barrick Gold explote el cerro (para extraer oro y plata), que abastece de agua a la zona. En el pueblo viven 6500 personas: según los responsables del piquete, alrededor de 400 participaron de las primeras interrupciones.

La oposición del pueblo sumó adeptos con el correr de los días: llegaron jóvenes desde diferentes puntos del país, quienes acamparon en la zona, y hasta los medios principales nacionales centraron sus miradas en el conflicto. Antes, una Asamblea vecinal denunció aprietes y amenazas.

Así las cosas, el gobernador de La Rioja, el peronista Luis Beder Herrera, debió ceder a los reclamos. Actualemente, el camino que va al cerro se encuentra cerrado y no hay novedades sobre la empresa. Por su parte, el mandatario provincial ha evitado pronunciarse sobre el tema. Todo parece indicar que los vecinos ganaron tiempo.       

Seis meses después    

Medio año después del inicio del corte, LA PACO URONDO recorrió la zona y charló (prefirieron hacerlo en off) con los dos grupos que mantienen el piquete. Por un lado están los vecinos de Famatina. A metros, acampan una veintena de jóvenes que llegaron desde diferentes lugares. Mantienen un objetivo en común (enfrentar a la minera) aunque son evidentes las diferencias entre ellos. 

Los primeros en cortar el paso a los autos que circulan son los lugareños. Hacen guardias de 6 horas en grupos formados por 5 o más personas. Cubren las 24 horas del día. Y lo vienen haciendo desde enero, lo que da cuenta de la legitimidad de su lucha y de su capacidad organizativa. "Si pasa algo estamos comunicados por teléfonos. Ante una alarma, viene todo el pueblo", afirman. Una asambleísta fue judicializada por el reclamo. 

¿Cómo está la situación ahora?, pregunta LA PACO. "No sabemos, no pasa mucho. El gobernador se llamó a silencio. Él creyó que con la victoria que tuvo en octubre podía avanzar. Pero se encontró con que todos los riojanos se oponen a la minería en el Famatina", responden. ¿Puede ser una solución llamar a un plebiscito? "Podría ser. Pero pasa que acá el Gobierno controla mucho, porque mucha gente depende del trabajo en el Estado o de los planes sociales", sostiene el único hombre del grupo que está en la guardia. Es un productor de la zona: "con la mina, nos quedamos sin agua en toda la zona, es la muerte de los productores", dice. Tanto la empresa como el gobierno provincial no intentaron ningún puente de comunicación con los vecinos. 

La principal crítica es que la explotación consumiría mucha agua, lo que restringuiría su acceso en la región. Por eso, los vecinos se oponen a cualquier alternativa, como podrían ser extracciones en pequeña escala. No hay punto de negociación: la consigna es "el Famatina no se toca".

Los que acampan

El segundo grupo de piqueteros está formado por alrededor de 15 jóvenes. Algunos son de la zona (de Chilecito, ubicado a 30 kilómetros), otros de puntos más alejados. Incluso alguno es uruguayo. Están acampando desde enero: ahora deberán enfrentarse a la inclemencia del viento Zonda. ¿Cuáles son las diferencias con el otro sector? "Somos hermanos, estamos en la misma lucha contra la minera. De hecho nos damos una mano entre nosotros cuando lo necesitamos. Hay discusiones de forma, no mucho más.", afirma uno de los chicos. La distancia generacional parece ser la primera diferencia fuerte entre los grupos.

Cuentan cómo fueron los aprietes: "Vinieron unos tipos a querer pasar, mandados por el gobernador y la minera. Se hicieron pasar por trabajadores de la mina. No los dejamos pasar. Estamos acostumbrados a esas movidas", dice. ¿Cómo sigue el tema? "Parece que Beder Herrera le dio 120 días a la empresa para que ingrese a la mina. No hemos visto movimientos, pero ellos tienen mucho poder. Quién te dice que no tienen algún infiltrado entre nosotros", alerta el joven. También se oponen a un plebiscito que defina la cuestión "porque muchas familias riojanas dependen del empleo estatal". Es llamativa esa desconfianza de ambos grupos a que el pueblo riojano o de los departamentos afectados opine sobre el tema mediante el voto.   

En el alambrado que acompaña el camino obstaculizado, decenas de carteles repudian a la mina. Es común ver pintadas en el mismo sentido en  Famatina y en Chilecito. Por ahora, la calma sólo es interrumpida por el rugido del Zonda.