Chaco: llegan tres cazabombarderos para cuidar el espacio aéreo
En Diario Norte l Tras la llegada a la capital chaqueña de los tres cazabombarderos A4-AR Fightinghawks de la Fuerza Aérea Argentina, el jefe del denominado operativo “Fortín II”, brigadier Jorge Antelo, destacó las excelentes prestaciones que ofrece el Centro de Vigilancia Aeroespacial de Resistencia, con infraestructura única en todo el norte argentino que permite proteger a los aviones y operar en conjunto con el radar tridimensional.
Las aeronaves son utilizadas como “caza interceptora” de vuelos irregulares, una de las funciones asignadas por el Plan Escudo Norte, operado por fuerzas de seguridad y en colaboración con recursos de las fuerzas armadas. Estos aviones, al igual que otra multiplicidad de recursos tecnológicos y humanos, están destinados a la vigilancia y control del aeroespacio en toda la frontera norte del país.
Destinados a Resistencia en el marco del operativo “Fortín II”, una de las “patas” del Escudo Norte, forman parte de un plan vigente desde mediados de 2011 para combatir el narcotráfico, contrabando y trata de personas, pero también en las más rigurosas medidas dispuestas por el gobierno nacional para controlar las importaciones.
Un año más
“El plan que se inició el 20 de julio, y tenía como fecha de finalización el 31 de diciembre, fue extendido por un año más en función de la alta efectividad que ha tenido, tanto en la tarea concreta de la fuerza en la vigilancia y control aeroespacial, como en el apoyo de información que le brindamos a las fuerzas de seguridad que intervienen en el Escudo Norte”, subrayó el brigadier Antelo, jefe del Estado Mayor de la Fuerza de Tareas Conjuntas de Control Aeroespacial “Fortín II”.
Junto a él y en compañía del vicecomodoro Fernando Mengo, jefe del Grupo 5 de Caza, y del comodoro Nelson Barrionuevo, jefe del Centro de Vigilancia Aeroespacial Resistencia, NORTE recorrió los hangares donde permanecen los tres A4-AR Fightinghawks que la Fuerza Aérea destina al operativo.
Todos valoraron “la unión y la sinergia positiva” lograda entre las distintas fuerzas afectadas al denominado Plan Escudo Norte y a las intervinientes en los operativos “Fortín I” y “Fortín II”. “Esto ha llevado a que se haya prolongado la tarea por un año más”, ponderó Antelo.
“Inicialmente, el grupo de tareas realizaba este mismo trabajo pero concentrado en la zona aeroespacial de defensa nordeste. Pero el decreto de la presidenta amplió a toda la zona norte el área de operaciones”, recordó el jefe militar. Así dijo que la movilidad de los medios aéreos permite la rotación en distintos puntos de la región, por eso durante un tiempo las operaciones se concentraron en Santiago del Estero, anterior escala a Resistencia.
Infraestructura de excelencia
La rotación no sólo se acota a los lugares de operación sino también a los medios, ya que la Fuerza Aérea no sólo puso a disposición los “Caza” A4 sino también los aviones Mirage, Pucarás, Tucano y Pampa. “En este momento estamos aprovechando las excelentes facilidades de infraestructura, tanto el aeródromo como el Centro de Vigilancia”, ponderó Antelo.
Destacó al respecto los “hangaretes” que dispone el Centro de Vigilancia para proteger a los aviones y toda la tecnología incorporada al lugar. “Resistencia es hoy uno de los lugares más aptos para ser cabeza de la operación. Es un ejemplo para algo que quizás se debe desarrollar también en otros lugares”, indicó, al tiempo que ponderó también “el apoyo del gobierno provincial y de toda la comunidad chaqueña”.
Casi un centenar de personas
Junto a las aeronaves que el lunes aterrizaron en la capital chaqueña, llegó una dotación de 90 personas, entre personal técnico de asistencia y pilotos pertenecientes al Grupo 5 de Caza de la Quinta Brigada Aérea ubicada en Villa Reynolds, San Luis. “Cumplimos una misión específica de la Fuerza Aérea y como un elemento más del control del espacio aéreo”, reveló ante NORTE el vicecomodoro Fernando Mengo, jefe del Grupo.
Explicó así que la misión es despegar tras una orden y efectuar la intercepción del tránsito aéreo irregular. “Estas naves tienen como particularidad el reabastecimiento en vuelo y nos permiten estar mayor tiempo en el aire y tener un mayor alcance”, precisó.
Así funciona el operativo
“Es un operativo de vigilancia y control del aeroespacio. La vigilancia es permanente”, reveló el brigadier Antelo. En ese orden describió el ciclo de identificación de aeronaves y el cumplimiento de las normas de vuelo obligatorias. Si del análisis surge alguna imperfección, se envían los aviones para realizar una identificación visual. Para cumplir esa misión, los Cazabombarderos A4 disponen de una gran capacidad que permite, desde la base de operaciones (en este caso Resistencia), abarcar toda la franja norte.
“La vigilancia es permanente, durante las 24 horas del día, y en determinados momentos se complementa con la capacidad interceptora de los aviones”, remarcó el jefe militar. Tras cumplir el protocolo de intercepción de una aeronave que transita en forma irregular el espacio aéreo, la información es enviada a las fuerzas de seguridad que conforman el Escudo Norte para que dispongan los medios para actuar.
De acuerdo con el procedimiento, una vez dada la orden de despegue el avión realiza una aproximación desde atrás (para no ser vistos), tomar fotos del avión intruso, registra su matrícula y luego, mediante señas de interpretación internacional, se le pide identificarse. En algunas oportunidades se le muestra de cabina a cabina un cartel con la referencia 12,5 Mhz en la que el piloto interceptado debe colocar su radio para recibir instrucciones.
“Nosotros no determinamos si el vuelo es ilegal. Verificamos si cumple con la normativa de vuelo, por eso lo llamamos irregular. Y frente a una situación de estas características, enviamos la información a las fuerzas de seguridad”, precisó Antelo. Al respecto, Barrionuevo dejó claro que los reglamentos aeronáuticos establecen en detalle qué debe hacer un piloto cuando es interceptado por un avión de combate, ya que este tipo de aeronaves llegan sólo hasta la identificación del presunto vuelo irregular. “Nuestra función es identificarlos, verificar hacían dónde se dirige y tratar de comunicarnos”, enumeró.
Sin derribe
La acción de los aviones destinados a la identificación de vuelos irregulares llega sólo hasta la individualización y el intento de comunicación con el piloto al mando de la aeronave en cuestión. “Actuando en el área de defensa, se pueden tener reglas de empeñamiento, es decir, una regulación en el uso de la fuerza cuando el Estado libera -en el ejercicio de la soberanía del aeroespacio- el uso de la fuerza para asegurar el control.
No es este el caso porque lo que estamos haciendo ahora es el mantenimiento del control de aeroespacio”, contrastó Antelo. Destacó luego la afectación de todos los recursos del Estado (fuerzas de seguridad en el Plan Escudo Norte y fuerzas armadas en los operativos Fortín I y II) para incrementar la vigilancia y el control del espacio terrestre, fluvial y aéreo de jurisdicción nacional en las fronteras nordeste y noroeste, con el objetivo de combatir tres flagelos: el narcotráfico, el contrabando y la trata de personas.