Nuevos despidos en la Secretaría de Agricultura Familiar de Santiago del Estero

  • Imagen

Nuevos despidos en la Secretaría de Agricultura Familiar de Santiago del Estero

15 Agosto 2018

Por Nicolás Adet Larcher

“¿Y la ola de despidos?” se preguntaba Carlos Cejas Lescano en marzo del año pasado en su cuenta de Twitter, mientras compartía una nota de Infobae sobre empleo en Argentina. Cejas es el Coordinador de la Secretaría de Agricultura Familiar (SAF) en la provincia de Santiago del Estero y para ese entonces ya había despedido 58 personas en la delegación.

Cejas es córdobes, pero vive en Santiago desde hace un tiempo. Instalado en la localidad de Bandera un tiempo para pasar después a la capital, es uno de los referentes del PRO en la provincia, autodefinido como “de derecha” y se desempeña como martillero público. Años antes de llegar a la SAF, Cejas fue señalado por parte de algunas organizaciones campesinas por “participar decididamente del desalojo de familias campesinas y tener intereses directos con el agronegocio”.

Con ese perfil asumió en el 2016 como nuevo coordinador de la SAF y en esa misma semana anunció la posibilidad de despidos durante el mes de febrero. En ese momento, bajo la gestión del ex Ministro de Agricultura, Ricardo Buryaile, Cejas justificaba los despidos como “un pequeño granito de arena” que iba a contribuir a que “bajemos la inflación de a poco”. Dos años después, la inflación es más alta, la inestabilidad económica más impredecible y los despidos continúan.

Durante los despidos de 2016, el MOCASE, MOCASE Vía Campesina, el Movimiento Nacional Campesino Indígena, la Mesa Provincial de Tierra, el Frente Agrario Evita y la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) firmaron un comunicado exigiendo la renuncia de Cejas para pedir la elección de un nuevo delegado que cuente con un consenso por parte de los sectores productivos del campesinado. En ese comunicado, las organizaciones también denunciaron al delegado por estar implicado “directamente en el desalojo, quema de ranchos y tortura de familias de los Pje. Ahiveremos, Consuelo, Departamento Copo y varios conflictos de tierra en otros departamentos”. Según el comunicado, “estos hechos han sido constatados y están denunciados por el propio Comité de Emergencia de la Jefatura de Gabinete de la Provincia, quién hizo una presentación judicial al respecto”.

Deolinda Carrizo, referente del Movimiento campesino en la provincia había exigido la renuncia de Cejas por considerar que “no solamente reconoce la quema del rancho de los compañeros, sino que además tuvo el tupé de llamarlos no civilizados”

En estos días, Cejas se reunió con los trabajadores y las trabajadoras que todavía trabajan como técnicos dentro de la SAF (desde hace más de 20 años) y les comunicó que se está por ejecutar un

recorte del 50% de la plantilla de la secretaría. En resumen, más despidos. A ese número se le pueden sumar las 21 personas que ya habían sido despedidas a principios de este año.

Uno de los trabajadores que está en riesgo de ser despedido es el periodista Ángel Stancampiano. A la situación laboral de Stancampiano se suma su problema de salud, ya que hace no mucho fue sometido a un transplante de corazón. A través de su Facebook, publicó un mensaje que explica: “en mi caso, además de la posibilidad de perder el salario, estaría perdiendo la obra social que resulta imprescindible en mi situación de salud ya que debo tomar medicación especial por mi transplante cardíaco, de por vida”.

Las personas que trabajan en la SAF se mueven en la incertidumbre. Para fin de año, dicen, podría desmantelarse completamente el trabajo de la secretaría.

Con ese perfil asumió en el 2016 como nuevo coordinador de la SAF y en esa misma semana anunció la posibilidad de despidos durante el mes de febrero. En ese momento, bajo la gestión del ex Ministro de Agricultura, Ricardo Buryaile, Cejas justificaba los despidos como “un pequeño granito de arena” que iba a contribuir a que “bajemos la inflación de a poco”. Dos años después, la inflación es más alta, la inestabilidad económica más impredecible y los despidos continúan.

Durante los despidos de 2016, el MOCASE, MOCASE Vía Campesina, el Movimiento Nacional Campesino Indígena, la Mesa Provincial de Tierra, el Frente Agrario Evita y la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) firmaron un comunicado exigiendo la renuncia de Cejas para pedir la elección de un nuevo delegado que cuente con un consenso por parte de los sectores productivos del campesinado. En ese comunicado, las organizaciones también denunciaron al delegado por estar implicado “directamente en el desalojo, quema de ranchos y tortura de familias de los Pje. Ahiveremos, Consuelo, Departamento Copo y varios conflictos de tierra en otros departamentos”. Según el comunicado, “estos hechos han sido constatados y están denunciados por el propio Comité de Emergencia de la Jefatura de Gabinete de la Provincia, quién hizo una presentación judicial al respecto”.

Deolinda Carrizo, referente del Movimiento campesino en la provincia había exigido la renuncia de Cejas por considerar que “no solamente reconoce la quema del rancho de los compañeros, sino que además tuvo el tupé de llamarlos no civilizados”

En estos días, Cejas se reunió con los trabajadores y las trabajadoras que todavía trabajan como técnicos dentro de la SAF (desde hace más de 20 años) y les comunicó que se está por ejecutar un recorte del 50% de la plantilla de la secretaría. En resumen, más despidos. A ese número se le pueden sumar las 21 personas que ya habían sido despedidas a principios de este año.

Uno de los trabajadores que está en riesgo de ser despedido es el periodista Ángel Stancampiano. A la situación laboral de Stancampiano se suma su problema de salud, ya que hace no mucho fue sometido a un transplante de corazón. A través de su Facebook, publicó un mensaje que explica: “en mi caso, además de la posibilidad de perder el salario, estaría perdiendo la obra social que resulta imprescindible en mi situación de salud ya que debo tomar medicación especial por mi transplante cardíaco, de por vida”.

Las personas que trabajan en la SAF se mueven en la incertidumbre. Para fin de año, dicen, podría desmantelarse completamente el trabajo de la secretaría.