Las villas de Cristina

  • Imagen

Las villas de Cristina

10 Agosto 2016

Estamos en la Villa, la 31. Se llama ahora Barrio Carlos Mugica, en honor al mártir, pero muy pocos lo conocen por ese nombre. Está llegando Cristina, para inaugurar un estudio del canal de televisión villero.

Son muchos los que se acercan para verla, saludarla. En el canal, y en un pequeño escenario que la espera a la salida. Ella distendida, camina las calles que le decían haga en auto, saludando al pequeño remolino que se arma a su andar. Parecido y distinto al que la persiguió por Filosofía y Letras, tan sólo unos días atrás.

Algunos nenes lloran emocionados, luego de saludarla. Una nena de tres años canta en los hombros de su abuela, que la acompaña. ¿Sigo? Sale del canal y ahí sí la suben al auto, y entonces se arma una procesión detrás, de camino al escenario, bajo una fina garúa. ¿Por qué nos gustan estas historias? Vamos cruzado las calles, las casas, algunos que se asoman curiosos, pero sin conmoverse. Otros, agradecidos y felices. ¿Será porque ya lo vimos o es muy fuerte el verosímil?

El discurso en las calles del barrio, muy bueno, con pasajes importantes. “No quiero únicamente un pueblo que resista, quiero un pueblo que resista para avanzar”, o “Tengan en cuenta algo: si ustedes mismos, cada uno de ustedes no son capaces de defender las cosas que han logrado, nadie va a hacerlo por ustedes”.

Más extenso: “La democracia implica no solamente votar cada 2 años, la verdadera democracia es la que permite el acceso a los bienes sociales, económicos y culturales de todo el Pueblo, de toda la sociedad. No hay democracia si la sociedad en su conjunto no puede acceder al trabajo, al alimento, al estudio y a la distracción también”.

Escucho hoy decir que nunca fue, que por qué no iba antes. La leo a ella decir que sí, que fue, unas cuantas veces. Y de esas me acuerdo un par, en las que estuve. La primera, aunque su segunda en este barrio, fue en una misa por Mugica en 2010. Más medios que gente aquella vez, en la iglesia del barrio. Era la segunda vez en la historia que un presidente/a recorría la 31 de Retiro: había sido en el ´73 Perón el primero cuando sorpresivamente visitó al cura, que justo ese día no estaba en el barrio…

Luego fue en la 20/21, cuando inauguró la Casa de la Cultura y anunció que esa sería la sede oficial de la Secretaría de Cultura. La burocracia estatal se negó silenciosamente, y nunca cumplió la promesa. Mucha gente, baile de las colectividades que la habitan en la puerta de la Casa, recuerdo a la lista paralela del FIP que ella votó en el ´73. Años después, en el mismo barrio, recuerdo una misa por Chávez, de una emoción difícil de relatar. Ella suelta, conmovida, atenta al barrio, en la Parroquia Nuestra Señora de Caacupé.

La escucho hablar en este agosto del 2016, y se torna todo un tanto extraño. Un escenario pequeño, pero mayor que el de otras veces. Una multitud, similar a alguna otra que recuerde. La misma intensidad, hacia ella. Una emoción transmitida, vivenciada. El futuro próximo pero lejano, siempre parece, de una urbanización. Un barrio popular que se ha transformado muchísimo en estos doce años, pero con tantas falencias que duelen. Son nuestras estas villas, porque les debemos demasiado. Y ahora les vamos a deber cada vez más, claro, con el Estado neoliberal que nos gobierna.

Se va del barrio, acompañada, vivada. Es claro que deberemos volver para que esto pueda alguna vez mejorar. Justamente, por lo que no llegamos antes a realizar. Por todo aquello que nos falta, que nos faltó, que nos faltará. Entre los que aprietan, hay una anciana temerosa. La registro y trato de cubrirla, para que no la aplasten. La trato de tranquilizar pero me dice que tiene una carta para Cristina. ¿Sigo?

RELAMPAGOS. Ensayos crónicos en un instante de peligro. Selección y producción de textos: Negra Mala Testa Fotografías: M.A.F.I.A. (Movimiento Argentino de Fotógrafxs Independientes Autoconvocadxs)