Con sus dirigentes a la cabeza

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Con sus dirigentes a la cabeza

01 Noviembre 2016

“El despliegue de fuerzas de seguridad fue una provocación (como tantas otras). (…) Los gendarmes rodearon la camioneta de Madres con los uniformados en muestra de torpeza, estupidez y provocación. (…) La ministra de Seguridad afirmó que el operativo "salió perfecto". Golpes, palazos y hasta la denuncia de una diputada por agresiones. Después me enteré que bajaron a militantes del Tren Mitre por cantar. Sólo a Macri se le puede ocurrir poner a alguien como Patricia Bullrich al frente de las fuerzas de seguridad”.
Cristina Fernández de Kirchner

Forcejeos, disputas, agresiones. Todo el día habían estado agitando ese enfrentamiento, la posibilidad de un conflicto con quienes se acercaron a bancar a Cristina en Comodoro Py. Diríamos ellos allí en presencia, tanto Gendarmería cono PFA, como así también los otros ellos, en ausencia, desde los medios.

En medio del forcejeo, cuando está por irse en su automóvil, cuando las fuerzas represivas comienzan su accionar contra militantes y dirigentes, la veo bajarse y encarar hacia el foco del conflicto. De golpe, la intensidad de la escena cobra otros bríos y arranca una marea que duraría unas cuantas horas más, finalizando en la puerta de su casa en Capital. Una procesión espontánea, de un colectivo siempre mutado/mutante.

Cubrir la noticia es también cubrirla a ella, acompañarla, defenderla. De un quienes extenso, ambiguo, extraño. Que surge de los mismos periodistas que la intentan agredir con preguntas falaces y al borde del maltrato; de ese Partido Judicial que reacciona engrosado ante su intento de democratización; de estos gendarmes y policías, que pudieran dañarla.

Ella allí, exponiendo su cuerpo, abisma la escena, y nos interpela en nuestro rol; por caso, de periodistas y militantes. Comienza un acontecer caótico e intenso, donde lo que sería un acompañamiento se torna reconstrucción de sentidos, de pertenencias, de cuerpos vueltos a la acción.

Ya hemos dicho que Ella salta por sobre los decorados de la política. Ese instante de decisión, de Conducción, es el necesario para encauzar esa fuerza dispersa que somos, en un acto arrojado hacia un fin. Esta vez contra el accionar de esas fuerzas represivas, para impedir la represión que gustosos estaban por dar/observar/televisar. Las mismas fuerzas a las que hace menos de un año, se conducía.

Una energía dispuesta, que somos, y que precisa de sus directrices para tantas otras causas, necesidades, urgencias. Y que en la unidad ante su Conducción, se encuentran sindicatos, organizaciones políticas y sociales, autoconvocadxs, resistentes del/con aguante, curiosxs, perdidxs. Unidad de acción espontánea, conducida, organizada. Movimentismo, autocelebratorio pero vuelto acción. “Qué quilombo se va a armar”, se grita y se vivencia, se torna experiencia hecha carne.

Y Ella, que continúa abismándonos, inquiriéndonos, exhibiéndonos, al exhibirse. Si Ella allí, ¿nosotros dónde? Si Ella así, ¿nosotros cómo? Si Ella ahora, ¿nosotros cuándo?

RELAMPAGOS. Ensayos crónicos en un instante de peligro. Selección y producción de textos: Negra Mala Testa Fotografía: ES Fotografía