Presupuesto Participativo: democratizar la Democracia, por Leonardo Farias

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Presupuesto Participativo: democratizar la Democracia, por Leonardo Farias

11 Febrero 2021

Por Leonardo Farias*

Desde hace casi tres décadas el Presupuesto Participativo (PP) se ha consolidado en el mundo como una herramienta de gestión gubernamental. En términos generales los PP son procesos en los que la ciudadanía decide de forma directa a que destina una parte del presupuesto municipal y/o local.

Las múltiples crisis que afectaron a las sociedades modernas, la falta de respuesta de las democracias representativas y el fracaso de políticas neoliberales, entre otras razones, dio paso a nivel masivo a los PP que incluyen a la ciudadanía como protagonista en el ejercicio de gobierno. Con diversos enfoques metodológicos, procedimentales y de marco normativo, en la actualidad existen más de 7600 ciudades con PP a nivel global. Europa, Latinoamérica y el Caribe presentan la mayor cantidad de experiencias con más 3600 y 2700 respectivamente.  En un nivel inferior le siguen Asia con 870, África con 400 y llamativamente atrás Norte América con tan solo 80 experiencias de PP.

La historia nos cuenta que hubo una primera experiencia aislada en el Pueblo de Grottammare en Italia en el año 1994; que desde el año 1998 en las ciudades de Esslingen y Rheinstetten en Alemania se comenzó a trabajar y durante el año 2000 las ciudades Rubí y San Feliu de Llobregat en España  fueron pioneras en ese país y se multiplicaron en el mundo las experiencias en ciudades tanto pequeñas como medianas y grandes. Con la creación de redes nacionales e internacionales, el PP se ha convertido en parte de un movimiento social y político en defensa de la democracia participativa. “Democratizar la democracia”, son palabras utilizadas en Porto Alegre (Brasil) donde se da el proceso más dinámico de la región. Allí se ha creado una verdadera democracia participativa, es decir un sistema que completa la democracia representativa con elementos de democracia directa.

En Argentina las experiencias no son pocas. Todos los años más de 60 ciudades llevan adelante, con sus particularidades, el PP. Ciudades pequeñas y grandes eligen, año a año, en que gastar una parte del presupuesto y elaboran proyectos para poner en práctica en sus barrios. Son exitosas experiencias de participación ciudadana de elaboración de presupuestos en más de 60 localidades a lo largo y a lo ancho de todo el territorio. Podemos citar por ejemplo Rosario, Villa María, Mendoza, Municipio de Morón, así como también en la hermana ciudad de Montevideo en Uruguay.

En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el PP aún es una asignatura pendiente. En el año 2001 la crisis política, económica y social que estalló en la Argentina generó fuertes movimientos sociales que pedían la salida de la dirigencia política del poder y la ciudadanía se involucraba en las cuestiones públicas. Por aquel tiempo la consigna “que se vayan todos” era la premisa más popular del país. Mientras tanto en muchas ciudades hombres y mujeres, vecinos y vecinas querían saber y ser parte de la administración del presupuesto local. Así fue como comenzaron las primeras incursiones en materia de PP en nuestro país, más allá de experiencias previas que venían madurando. En Rosario por ejemplo, al mismo tiempo que en Buenos Aires -podríamos decir a comienzos del 2002- se empezó a practicar la participación en el tema presupuestario pero al cabo de un par de años los porteños no pudieron lograr poner en marcha este mecanismo como si lo hizo la Ciudad de Rosario que hasta el día de hoy practica por Ley la elaboración del PP.

Desde aquel tiempo de ebullición hasta hoy, en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, existen presentados más de 50 proyectos que hacen referencia al PP y nada aprobado, nada en marcha, ni en vías de hacerlo. La Ciudad, gobernada por el neoliberal partido del PRO y la coalición Juntos Por el Cambio impiden ampliar la democracia en esta orilla del Rio de la Plata. En los últimos tiempos las legisladoras porteñas María Rosa Muiños y Paula Penacca -ahora Diputada Nacional- impulsaron dos proyectos que  fueron rechazados por los legisladores de Juntos Por el Cambio y perdieron estado parlamentario. 

Pero lo más importante de mencionar, cuando decimos que el PP es materia pendiente de la Ciudad, es que la Constitución del distrito sienta sus bases en la democracia participativa. Por esta razón, la Diputada Penacca comienza la fundamentación del proyecto diciendo que éste está “inspirado en el concepto de democracia participativa que se menciona en el artículo 1º de la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires, al igual que su artículo 52 que versa sobre el carácter participativo del presupuesto de la Ciudad, y los artículos 127, 128, 129, 131, que rigen el funcionamiento de las comunas”. Ambos proyectos también citan la experiencia de Porto Alegre como un camino a seguir ya que “han sido reconocidos mundialmente por organismos como las Naciones Unidas que a través de su Programa de Gestión Urbana (Sección América Latina) ha definido este sistema como una de las mejores prácticas de gestión urbana del mundo.”

La Constitución porteña es una de las más notables y moderna observan los especialistas del Derecho Constitucional pero sin dudas, y esto corre por cuenta de quien escribe, una de las más vapuleadas y pisoteadas que debe existir en estos tiempos.

Por último, también vale decir que toda la ciudadanía se moviliza ante los avasallamientos del Gobierno Porteño. Pues así lo hizo durante el mes de enero con más de 7000 inscriptos para decirle no a la privatización de la costa del Rio de la Plata. En definitiva y mientras el PRO gobierne Buenos Aires deberá ser la Ciudadanía, a través de la participación pacífica y democrática, quien logre torcer el rumbo del proyecto neoliberal vigente para poner a la Ciudad más rica de la Argentina en sintonía con su Constitución y con la evolución de la sociedad que el mundo propone para mejorar la democracia.

*Director del CESDET