De la mano de Aznar, el latiguillo de la “corrupción populista” llega a El Salvador

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De la mano de Aznar, el latiguillo de la “corrupción populista” llega a El Salvador

26 Abril 2016

 

Por Diego Kenis                                             

Luego de su paso triunfal por el Congreso brasileño, la campaña electoral argentina y las movilizaciones opositoras venezolanas, el latiguillo golpista que entroniza a la corrupción como el principal problema político de Latinoamérica tendrá hoy martes 26 otra cita en El Salvador, por cuenta de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) que organiza una jornada a desarrollarse este mediodía (las 16, 30 en la Argentina) en el paradójico hotel que la cadena Sheraton posee en la avenida de la Revolución de San Salvador.

La intención de vincular a los delitos contra la administración pública con los gobiernos progresistas latinoamericanos queda expuesta en el título mismo del encuentro, “El Salvador libre de corrupción: honestos vs. corruptos”, y en la principal de sus disertaciones, encabezada como “Corrupción y populismo”.

Su insólito expositor será el ex presidente del gobierno español José María Aznar, recientemente multado por irregularidades fiscales y aún líder del gobernante Partido Popular, salpicado en la península por múltiples denuncias de corrupción. La distancia entre la prédica y su actor verifica los casos precedentes. Si muchos de los legisladores brasileños que votaron el juicio político a Dilma Rousseff están manchados de denuncias y sospechas, como el domingo subrayó El País de España, el gobierno argentino de Mauricio Macri recogió su caudal electoral de la campaña mediática contra el kirchnerismo por supuestas “rutas del dinero K” que no acaban de comprobarse, al contrario de las cuentas offshore del presidente y sus familiares, amigos, socios y funcionarios.

A través de su secretario técnico, Roberto Lorenzana, el primer mandatario salvadoreño Salvador Sánchez Cerén anunció que no asistirá a la disertación de Aznar. La invitación al ex presidente del gobierno español “a dar charlas en contra de corrupción, eso es como una bofetada en el rostro de salvadoreños”, dijo el vocero presidencial, que calificó al evento como “muy cuestionado”.

Lo es. Aznar “es el sujeto que traen a darle clases, a hablar de ‘anticorrupción’. Han traído al ladrón a enseñarles a ser ladrones”, afirmó el diputado Blandino Nerio, del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), mientras la Red Salvadoreña de Solidaridad con Venezuela expresó su “total y absoluto rechazo” a la visita de Aznar, a quien consideró un “ejemplo vivo de la corrupción pública” y “miembro del Club de Madrid, círculo exclusivo de ex presidentes desempleados que, con declaraciones rimbombantes y visitas escandalosas, forman parte activa del plan de desestabilización contra los gobiernos progresistas”, entre los que mencionó el caso venezolano. La entidad vinculó la iniciativa de ANEP con una “campaña que la derecha empresarial salvadoreña mantiene en contra del gobierno del FMLN”.

El perfil de los defensores que Aznar halló en San Salvador parece confirmar el diagnóstico de la Red. El partido derechista Alianza Republicana Nacionalista, nacido en 1981 de la reunión entre empresarios terratenientes y militares responsables de crímenes de lesa humanidad, respaldó a Aznar. “Será la Justicia española quien tenga que juzgarlo, si existen actos de corrupción”, lo excusó la diputada Martha Evelyn Batres. 

Por su parte, diversas organizaciones sociales y políticas salvadoreñas, encabezadas por el Movimiento 5+, suscribieron un documento en que denunciaron al evento como “una treta política, enmarcada en la estrategia de sostener falsedades con el afán de desgaste hacia el actual Gobierno” de Sánchez Cerén. Además, anticiparon que de las conclusiones de la jornada se desprenderá el énfasis colocado sobre el control del gasto público y no sobre la fiscalidad, priorizando el recorte sobre la recaudación impositiva.

Como cierre del escrito, las organizaciones sociales firmantes detallaron cinco puntos, que incluyen el rechazo a “la hipocresía y demagogia” del doble discurso empresario y el repudio a la presencia y presentación “como una persona digna” de “un personaje totalmente descalificado para hablar de ética” como Aznar, al que declararon persona no grata por su acompañamiento a la política bélica estadounidense.

Finalmente, el comunicado exige “mayor responsabilidad” a la clase empresaria salvadoreña y llama a las organizaciones sociales a “mantenerse vigilantes y a combatir las maniobras con las que acechan los sectores conservadores del país, que a toda costa quieren desprestigiar la actual gestión del gobierno salvadoreño, generando un desgaste y tensionamiento innecesario, que solo se justifica en su pretendida intensión de recuperar el control de las instituciones estatales en favor de sus intereses económicos y de clase, tal como lo han hecho por décadas”. Una descripción acabada y perfecta, que podría utilizarse hoy en casi todos los países de la otrora primaveral Patria Grande de América Latina.