Un peronismo para otra sociedad

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    Bunker Unión Por La Patria - Paso 2023
    Foto: Noelia Guevara
DEBATES

Un peronismo para otra sociedad

04 Septiembre 2023

Cuando el mundo arrasa con todo

Con todo en tu corazón

Hay ciertas cosas que ya no están

Dame un talismán

No te diré para qué jamás

Fito Páez, “Dame un talismán”

Milei hoy es una ola que puede convertirse en tsunami. Es, diría Ernesto Laclau, un significante vacío, es una marca de época. Es una revancha del antifeminismo, una revancha del antiprogresismo, es un sálvese quien pueda, el verdadero meritócrata, pero también es rompan todo, un barajar de nuevo, un hagan algo, es la novedad ante el circo vacío de la política. Tres años de circo peronista y uno de circo cambiemita. Y también es esperanza de cambio.

Hace algunos años un funcionario del gobierno de Macri había sentenciado que debíamos acostumbrarnos a vivir en la incertidumbre, que había que disfrutar de vivir en la incertidumbre y emprender, ponerse una cervecería artesanal. Hoy, aquella barbaridad es una realidad. Incertidumbre en el supermercado y en la calle, incertidumbre en la escuela y en el hospital público, incertidumbre en el trabajo ¿Por qué negarse a una moneda sólida de una vez por todas aunque implique colonialismo? ¿Por qué rechazar un voucher si muchos ya se pasaron a la escuela parroquial o pagan un copago para poder zafar de dormir en el hospital público para ser atendidos? Rompan todo es la esperanza para una parte importante de la sociedad, si hay incertidumbre que sea para todos. Esto constituye hoy un escenario en el que orden o romper todo parece ser la contradicción principal. De un lado Massa, del otro Milei, y Bullrich encerrada, ofreciendo un mix de ambos.

Cristina a los pocos meses de asumido Macri había sintetizado el proceso en curso: “nos desordenaron la vida”. Años después su propio gobierno profundizó ese desorden. Hoy el ataque es directamente hacia el Estado, porque si éste no sirve para ordenar mejor que no exista. Hoy los derechos parecen privilegios. ¿Y qué hizo, qué propuso, qué hace el peronismo para volver a ordenar? ¿Qué hay que ordenar? ¿Cómo se milita una campaña si no hay rumbo, no hay esperanza?

¿El fin de una era?

Si uno tratara de reconstruir las propuestas, los intentos por “ordenarnos la vida” desde que el peronismo volvió al gobierno, se podrían recordar la propuesta de Martín Guzmán de tranquilizar la economía y la de Matías Kulfas de desarrollar diferentes ramas productivas, sobre todo las vinculadas a la exportación. Uno para bajar la inflación, el otro para resolver la restricción externa. Hubieron algunos avances y líneas interesantes pero entre la pandemia, la guerra en Ucrania, la inoperancia y las trabas internas, la situación empeoró. ¿Qué propuso, qué hizo el resto del espacio peronista? ¿Qué dice el kirchnerismo para frenar la inflación, para salir de la restricción externa, para combatir la informalidad laboral? ¿Y los gobernadores? ¿Y la CGT? En los únicos lugares donde aparecen propuestas es en los márgenes. En el margen académico, intelectual, aparecen una serie de economistas con el ex ministro Kulfas a la cabeza que vienen proponiendo la necesidad de un plan de estabilización macroeconómica y otro de desarrollo económico, Un peronismo para el siglo XXI se llama su libro. Y desde los sectores más precarizados e informales, como las organizaciones de la economía popular, se vienen proponiendo políticas para desarrollar, incluir y formalizar a los trabajos que representan. Desde hace más de diez años hablan de los “descamisados del siglo XXI”. Paradoja o no, ambos sectores son los que más se han criticado en la discusión de política económica, quizá por ser los únicos en proponer algo.

Esta foto del peronismo actual es la marca de su ruptura con gran parte de la sociedad y su incapacidad para enfrentar los desafíos de la etapa. Hubo una “década ganada” y una segunda década para recordarla, una década nostálgica. Para bajar la inflación los benditos acuerdos de precios, para enfrentar la informalidad los sabuesos de la AFIP, para la pobreza la tarjeta alimentar, para combatir la restricción externa el cepo y el ministerio de economía recorriendo el mundo para conseguir dólares que procrastinen la deuda y llegar al final del mandato. ¿Y la esperanza cuál es, Vaca Muerta?

Un peronismo para otra sociedad

Quedan menos de dos meses de campaña electoral. El escenario es competitivo. El pedigree de los candidatos posiciona en un buen lugar al candidato del peronismo. El miedo al abismo puede unir en el espanto y comprometer a todas las estructuras populares. Se puede llegar al balotaje, pero ¿dónde está la mística? Hoy, la ola viene con peluca, las esperanzas de que algo cambie vienen con la motosierra anarcoliberalcoservadora.

Este domingo el candidato-ministro terminó de conformar el plan “llegar”, el plan platita para todos los afectados por la devaluación. La última carta de la vieja baraja. Ahora falta el plan “esperanza”, el cómo se sale de ésta. Massa tiene la oportunidad de proponer una salida sin abismo. Pero la demanda es de cambio, algo tiene que cambiar.

Ya no se puede pensar una salida gradual de la inflación y propuestas trilladas para reducir la informalidad, o para mejorar la salud y la educación públicas. Hay una demanda de transformación del peronismo, de transformar el Estado para construir un nuevo orden social, que incluya a toda la heterogeneidad empresarial y trabajadora, que todo este tiempo vio más al Estado como problema y no como solución. ¿Una reforma laboral inclusiva? ¿Un ajuste progresivo? ¿Una reforma tributaria? Las estructuras crujen, los sindicatos ya no representan a todos los trabajadores, el Estado ya no contiene al mercado y el kirchnerismo ya no interpreta las demandas sociales. Quizá la mística pueda encontrarse en reconocer esa ausencia, y en la necesidad de imaginar una nueva comunidad organizada.