Bolivia, el peronismo que no fue

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Bolivia, el peronismo que no fue

18 Noviembre 2019

Por José Cornejo Pérez* | Foto Paula Conti 

Gualberto Villarroel nació en Villa Rivero, departamento de Cochabamba, Bolivia. Comenzó sus estudios militares en 1913, año que Juan Perón los terminaba. Ambos se recibieron con el cargo de subteniente. Villarroel combatió en la Guerra del Chaco, entre Bolivia y Paraguay y fue condecorado como héroe militar. Ascendió a capitán en 1935, Perón había alcanzado ese cargo 11 años antes, en 1924. 

El argentino participó del golpe de junio del 1943. Villarroel lideró un golpe en diciembre de 1943. En agosto de 1944 fue electo presidente de Bolivia, uno de los más jóvenes de su historia. A Perón le tomaría tres años más, fue en febrero de 1946. 

La revolución juniana, la del GOU y de Perón estableció un gobierno nacionalista que terminó con la década infame y el entreguismo económico. Villarroel derrotó a “la rosca”. La rosca era un círculo de magnates mineros que saqueaba Bolivia. Perón potenció a los sindicatos y Villarroel los legalizó. El boliviano terminó con la mita, un modo de servidumbre indígena que había impuesto la colonia. 

Perón gobernó una década, hasta el golpe de septiembre de 1955. Villarroel no. En julio de 1946, una turba de clases medias y altas entró al Palacio presidencial. A este edificio se lo conoce como Palacio Quemado, por otros conflictos de la historia boliviana. La multitud pasó delante de las fuerzas de seguridad, que no pudieron o no quisieron defender al presidente. Los blancos golpearon a Villarroel hasta matarlo, y luego lo colgaron en la plaza Murillo, frente a la casa de gobierno.

Tuvieron que pasar 60 años para que Bolivia tuviera un gobierno como el que llevó adelante Juan Perón en Argentina. Recién en enero de 2006, con la victoria de Evo Morales y Álvaro García Linera, se iniciaría una década de derechos y conquistas comparable a la década peronista.

Cuando Evo Morales asumió su segunda presidencia en 2010, fue al centro religioso preincaico de Tiwanaku. Lo mismo que había hecho en 2006. En esta segunda oportunidad recitó “No soy enemigo de los ricos pero sí más amigo de los pobres”. ¿De quién era la frase? De Gualberto Villarroel.

Si las fuerzas armadas o de seguridad no velan por el orden constitucional, la democracia corre peligro. Si en un país vecino hay un quiebre institucional, toda Sudamérica está en riesgo. Por eso es tan importante que el presidente electo Alberto Fernández y la Cámara de Diputados de la Nación hayan denunciado golpe de estado en Bolivia. Golpe de estado en Bolivia. Y por eso también nos enorgullece compartir la radio con la madre de Plaza de Mayo, Taty Almeida.

* Director de Agencia Paco Urondo. Titular de la cátedra Géneros y formatos de la FPYCS-UNLP.