Un Papa que ve el sur, continuador de Francisco

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    León XIV
    León XIV, nuevo Papa
NUEVO PAPA

Un Papa que ve el sur, continuador de Francisco

08 Mayo 2025

Roma explota de alegría. El humo blanco sale de la chimenea de la Capilla Sixtina, y una audiencia diversa de creyentes y no creyentes se congrega en la Plaza de San Pedro, colmada de emoción. El esperado sonido de anuncio: Habemus Papam y el nombre sorprende a algunos, pero no para aquellos que han seguido de cerca a las iglesias los últimos años: el cardenal Robert Francis Prevost, que ha elegido el nombre de Leo XIV, es el nuevo pontífice.

Prevost representa mucho más que la continuidad del norteamericano, pues su corazón está en América Latina. Su elección es un símbolo y un acto político de alta energía dentro del catolicismo contemporáneo ¿Qué significa esto para América Latina y el sur global en su conjunto?

La elección de Leo XIV marca un paso significativo. A pesar del hecho de que el nuevo pontífice es un producto de los Estados Unidos, su larga historia en América Latina, particularmente Perú, lo posiciona como una figura cercana a las realidades sociales, culturales y pastorales del sur global del sur. En ese sentido, su voto puede interpretarse como una continuación del proceso de descentralización simbólica de Franciscos, en el que las periferias mundiales no son solo objeto de cuidado pastoral sino también participantes activos en el diseño del curso de las iglesias Este hecho no debe leerse simplemente como un cambio en el liderazgo, sino como una reafirmación de un modelo eclesial que coloca justicia social a la vanguardia, el diálogo intercultural y la elección preferida para los pobres.

Un papa de Norteamérica... pero con alma andina

Nació en Chicago, vivió y caminó durante casi dos décadas por tierras peruanas. Fue misionero agustino, formador, provincial y luego obispo de Chiclayo. Conoció la pobreza no desde el análisis, sino desde la vida cotidiana. Celebró misas en pequeñas comunidades rurales, escuchó los dolores de los campesinos, se formó en el contacto directo con el pueblo.

Continuador del Papa Francisco. Prevost fue una de las figuras de mayor confianza de Francisco. Como prefecto del Dicasterio para los Obispos, participó directamente en el nombramiento de pastores con sensibilidad social, vocación de servicio y apertura al diálogo. Su estilo es pausado, firme pero sin rigidez. Es un reformista sin estridencias, un constructor de consensos, más pastor que político.

Con su elección, la Iglesia católica reafirma el rumbo iniciado en 2013: cercanía, misericordia, servicio. "A pesar de que el mundo enfrenta grandes incertidumbres —guerras, crisis ecológica, desigualdad—, la elección de un papa que ha vivido en la periferia del mundo puede interpretarse como un acto de esperanza.

León XIV no será Francisco II. No será él mismo, pero sin duda, viene a sembrar en la misma tierra: la del Evangelio vivido, no solo predicado.

Se espera que el nuevo papa siga promoviendo una Iglesia que se proyecte hacia el mundo, sin quedar recluida en sus propios intereses. El diálogo interreligioso y ecuménico continuará siendo un pilar fundamental, al igual que la opción preferencial por los pobres, entendida no solo como una frase, sino como el eje central de su pastoral. Además, es probable que se mantenga la sinodalidad, es decir, un método de gobierno en el que las decisiones importantes se toman de manera participativa, lo que implica una Iglesia más inclusiva y menos jerárquica.

Ahora, ¿qué significa esto para el sur global? ¿Debería celebrarse la elección de un papa estadounidense? La pregunta es pertinente, dado que la historia de la Iglesia ha estado profundamente marcada por el eurocentrismo. En este contexto, la elección de un papa norteamericano podría parecer un retorno a ese poder. Sin embargo, Prevost desafía esa visión.

La selección de Prevost, con toda la carga simbólica y las expectativas que trae consigo, plantea varias preguntas sobre el rumbo que tomará la Iglesia y cómo se conectará con los márgenes del planeta. Su pasado en Latinoamérica y su familiaridad con los asuntos sociales y pastorales de allí dan a entender que seguirá la línea del Papa Francisco, pero las dudas no se disipan. ¿Podrá León XIV seguir empujando hacia una Iglesia más abierta, con menos escalones y más metida en ayudar a los necesitados? ¿Cómo hará para que su procedencia norteamericana no le impida escuchar y apreciar la variedad de voces de todo el mundo?

Aunque su nombramiento parezca indicar un mayor interés por dar voz a las regiones menos influyentes, solo el tiempo nos dirá si realmente puede poner en práctica sus ideas y dar soluciones reales a los problemas de hoy. La fe sigue viva, pero también persiste la duda, en un momento crítico en el que la Iglesia enfrenta enormes desafíos en diversas partes del mundo.