Argentina: goleada, récord de Messi y pase a la semifinal

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Argentina: goleada, récord de Messi y pase a la semifinal

19 Junio 2016

 

Por Matías Fabrizio

Con contundencia, con un poco más de buen juego que en partidos anteriores, y fundamentalmente repitiendo esos ataques feroces a pura velocidad, Argentina apabulló a Venezuela con un 4-1 que no dejó dudas, más allá de algún acercamiento de la Vinotinto en el primer tiempo. La Selección se metió en semifinales, donde jugará el martes ante Estados  Unidos.

Argentina arrancó a jugar con personalidad, para imponer condiciones, para marcar diferencia desde el comienzo. No fue fácil, porque Venezuela propuso un marca férrea desde el vamos, muy física. El equipo de Gerardo Martino logró ese dominio desde la posesión, con Lionel Messi retrasado para jugar junto a Ever Banega como armadores y lanzadores, pero la llegada limpia al área no se daba. En esa lógica de doble comando, Marcos Rojo y Gabriel Mercado se posicionaron como extremos, no para llegar por sorpresa sino para ser opciones para la descarga y continuar con la tenencia.

Los dos delanteros, Gonzalo Higuaín y Nicolás Gaitán, se vieron beneficiados con este juego que nacía de atrás. Encontraron espacios para moverse y el Pipa tuvo por fin un primer tiempo como el que hace rato se debía. Peligroso, preciso con la pelota, astuto para encontrar el hueco. Así, metió el pique justo para recibir un pase exquisito de Messi en el primer gol y encontró una pelota suelta en la defensa venezolana para marcar el segundo. Jugando como hoy, como contra Bélgica en el Mundial, es de los mejores 9 del mundo. No hay cinco o seis mejores que él. Ojalá lo sostenga en el tiempo, porque con él, Argentina es ampliamente mejor equipo.

Venezuela no se quedó en la marca dura en el inicio de la jugada, sino que también con la pelota intentó y algo hizo. La presión del cuadro celeste y blanco no estuvo, al menos no en la zona de gestación del rival, en mitad de cancha o incluso más allá. La Vinotino tenía lugar para venir, y ahí Salomón Rondón, que arrancaba muy solo, encontraba compañía. Sergio Romero mostró la chapa en un par de oportunidades, con atajadas que valieron goles. Cometió un penal, pero cuando Luis Manuel Seijas lo quiso sorprender picando la pelota, Chiquito se quedó parado y la embolsó como si estuviera peloteando con un sobrino.

Con el correr de los minutos en la segunda mitad, Argentina empezó a encontrar más espacios. Eso llevó a que los ataques arranquen más atrás, y con velocidad: a veces un arranque de Messi, a veces un lanzamiento largo para buscar a Gaitán. También llegaron las patadas, los venezolano no encontraban por ningún lado forma de parar a los argentinos, que se aprovechaban de lo quebrada que estaba la Vinotino.

A los 60' llegó el tercero, el decisivo, el del récord de Lionel. Pelota recuperada, pared supersónica entre los zurdos y gol del 10. El máximo goleador, junto al gran Gabriel Omar Batistuta. Como se decía en esta misma columna en partidos anteriores, cuando el gol 54 se hizo esperar: tarde o temprano Messi será el top scorer en soledad, el de más partidos jugados, el de más partidos como capitán. El más todo.

Ante la ausencia de Di María, con Agüero en bajo nivel, con Higuaín reapareciendo recién ahora, Messi encontró un buen socio en Gaitán. Uno que juega a máxima velocidad, que habla el mismo idioma, con algunas similitudes con el propio Lío, pero a la vez con ciertas diferencias (el ex Boca no es generador, es para el mano a mano) que los hacen perfectamente combinables. Un pequeño acierto del Tata Martino, que cierra un viejo anhelo del Coco Basile, el DT que puso a Gaitán como delantero cuando en sus inicios era más bien volante, de verlo jugar con el mejor de todos.

Rondón de cabeza y Erik Lamela, con complicidad del arquero Dani Hernández, definieron los números para la estadística. El zurdo del Tottenham, Sergio Agüero y Lucas Biglia ingresaron en la segunda mitad para sumar sus minutos, y tocar con Messi y Augusto Fernández. El descuento venezolano no tuvo cabida para preocupar porque el gol de Lamela llegó al instante. Le sobró un rato el partido, y Argentina demostró que cuando abre el marcador y puede jugar a su ritmo, es muy difícil de parar. El martes será la semifinal ante el local, Estados Unidos, un equipo sin grandes figuras pero con varios jugadores de buen nivel, con buen toque. ¡Vamos!