"No soy un pintor militante sino un militante pintor"
Por Yael Crivisqui
Jorge Eduardo Bellini (8 abril de 1949) es arquitecto, pintor y muralista. Militó en Juventud Peronista - Montoneros. Vivió Canarias, Barcelona e Italia. Actualmente, está casado con Nerina Beatriz Canzi (1958) quien es profesora de Bellas Artes; ha sido y es, además, compañera de militancia. Jorge se define como “militante del Proyecto Nacional de Gabriel Mariotto y Cristina Fernández”.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Es inevitable preguntarle cuándo es que decide comenzar a pintar y dibujar a personajes emblemáticos de nuestra historia, y además juntándolos, ya que muchos no alcanzaron a conocerse?
Jorge Bellini: Empezamos a pintar murales en Italia. Nos fuimos en el año 90 apenas asumió Carlitos (por Menem, ex presidente argentino). Había estado ya en Roma y Barcelona en el 78-82 por razones que muchos compañeros conocen y después volví con las Malvinas. En esos años “democráticos” sucedían cosas muy desgraciadas como La Tablada, que me hicieron pensar que no había nada que hacer aquí y que la teoría de los dos demonios se había reinstalado en democracia gracias a la torpeza política y a la trampa. Torpeza e ingenuidad por parte de los compañeros y trampa desde el poder (gobierno radical de Alfonsín y Coti Nosiglia). Pero estoy fuera de tema.
APU: Estábamos en que nos contaba sobre su paso por Italia, en los años noventa.
JB: En nuestra etapa italiana 90-93 pintamos comercialmente (por suerte) lo que se llama la técnica del trompe l`oeil (imitación de la realidad de manera escenográfica, trampa visual o trampantojos). En Barcelona repetimos ese laburo y finalmente en 2006 regresamos a la Argentina. Regreso deseado, por cierto, en esta etapa democrática de verdad y casi imposible de imaginar en término de logros buscados y peleados. Al volver nos dedicamos también a pintar murales. Pero ya sea por nuestra poca voluntad comercial o por incapacidad para instalarnos terminamos buscando recursos en la actividad laboral dependiente.
La pintura de personajes surge como un pedido de compañeros con los que trabajaba y aún trabajo. Gabriel Mariotto era decano de la facultad de Sociales e interventor del Comfer (hoy AFSCA), y por una consulta acerca de si “me animaba” a pintar en el centro cultural Mugica de Banfield un mural con personajes de nuestra historia (obviamente con una impronta decididamente peronista ,no excluyente), le respondí que sí. Lo hice y fue el primero de una serie que luego se agrandó en la misma facultad para reflejar en esos grupos de personajes de nuestra historia agrupados en conjuntos que responden más a la interpretación de su simbolismo y potencia ideológica que a la composición artística, que por otra parte siempre me fue esquiva.
APU: ¿Cuando los pinta, se imagina alguna historia, alguna charla entre ellos?
JE: Claramente. Existen diálogos entre los personajes y sobre todo quise que tuvieran en la pared esa oportunidad de estar compartiendo con el observador interpelado como diciendo: ¿y vos compañero?
APU: Hay un mural que hizo en la Universidad de Lomas de Zamora, en la Facultad de Ciencias Sociales (Buenos Aires), donde pintó a Rodolfo Walsh, Evita y Discépolo juntos en la fuente. Y en particular me pasa que al verlo siento que el artista plasmó una impronta artística en el campo de la cultura popular muy importante, teniendo en cuenta además donde está realizado el mural. ¿Cómo lo siente usted?
JE: Más con artesanía que con arte. Junté a Cooke con el Che y Perón, a José Hernández con Roberto Arlt; y agregué a algunos compañeros fallecidos en este tiempo tratando de que fuese una galería. Muestra de la potencialidad revolucionaria de nuestro pueblo.
APU: Y si hablamos de arte y cultura, es indispensable preguntarle: ¿Cómo ve la designación de Teresa Parodi como Ministra de Cultura?
JE: La designación de Teresa Parodi al frente del creado Ministerio de Cultura merece un aplauso por la evidencia palpable de un gobierno (el de Cristina, claro) que busca la excelencia en la gestión y el reconocimiento del compromiso político de los compañeros. No es fácil supongo en ese espacio tan competitivo y lleno de “egos”, que es el de la actividad artística, aguantar el desgaste de los especuladores y sanguijuelas del “ambiente”, para sostener un proyecto colectivo.
APU: ¿Ha sido militante en su juventud? ¿Se puede trazar alguna analogía de esa época en cuanto a la militancia artístico-cultural con esta última década?
JE: Siempre he sido militante. Con los altibajos que la realidad impone, sea por la falta de un trabajo o por la distancia. Jamás creo haber rehusado el compromiso que las propias ideas nos indican. Fui trotskista en el 68, JP en el 69 y desde allí mi compromiso con los Montoneros jamás dejó de ser algo madurado y presente con todo lo que conlleva, sin mezquinar nombres estoy con Mario Firmenich, María Martínez Agüero (su esposa), y son mis referentes hoy y ayer. En el ámbito local, apoyo a Gabriel Mariotto.
La pintura puede mostrar un camino en la militancia pero no soy un pintor militante sino un militante pintor. En los 70, la militancia empezaba cuando íbamos a trabajar, seguía en el estudio y en el barrio. Hoy, tal vez, las formas virtuales nos hacen creer que estamos más allá de tocar la realidad para poder interpretarla. Tal vez resulte anacrónico pero el calor de un pincel no puede ser reemplazado por la velocidad del “mouse”.
APU: He visto que trabaja artísticamente con su esposa, cuénteme de ella…
JE: Claro, Nerina es una gran ilustradora y pintora. En general hemos trabajado juntos en murales comerciales y esto también se puede ver en nuestra página. Pero como no tenemos obras para la venta lo nuestro es tarea decorativa con un soporte inamovible: la pared. En el caso de Nerina, con la que coincidimos también en la mirada política, ella está en un trabajo que se puede llamar acercamiento al mundo editorial (libros ilustrados), y yo hoy pinto mural callejero con la ayuda y participación de compañeros militantes del Proyecto Nacional.