“Estamos para una sola cosa, seguir militando”

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“Estamos para una sola cosa, seguir militando”

12 Octubre 2017

Por Emiliano Gareca

En estos momentos siempre me acuerdo de tantas cosas que pasaron estos años, sobre todos aquellos donde arrancaba el primer mandato de Cristina. Aquel plenario en la sede de Caseros, en ese local con cuerpo de UB y alma de milonga, donde la JP-GEN y La Cámpora se unificaron, durante ese 2008 regado por la leche derramada y cercado por los piquetes de la abundancia de las patronales agrarias. 

En aquel país, cortar las rutas no implicaba llenar de corchazos a nadie ni mucho menos lamentar desparecidos o muertos. Sabíamos que se venía jodida la mano, no le erramos. Parque Patricios ocupa un lugar imborrable en esta historia. La UB Almafuerte, la Elvio, que hermoso quilombo que era. Militancia y baile, peñas y plenarios, milonga y talleres de formación, discusión política, amores y desamores, territorio y universidad. Todo pasaba ahí. 

Me vienen a la memoria, también de aquellos años, los viajes a la patria sojera para bancar a Néstor, que iba de pueblo en pueblo militando para sostener al gobierno democrático que estaba siendo jaqueado. Me acuerdo en particular un acto en Chacabuco, donde las 4x4 nos seguían y nos amenazaban para que nos fuéramos (de Chacabuco, del gobierno y de la faz de la tierra). Chapadmalal, Rio Cuarto, Cañuelas, Ezeiza. 

La campaña del 2009 en el camión herrumbrado, la derrota con el colorado que hoy no se sabe dónde está. El hotel Intercontinental, las ratas huyendo porque olían -mal- que el barco se hundía. Pero no se hundió. Nosotros no, nosotros nos quedamos hasta el final, hasta las 4 de la mañana. Como en agosto, como hoy. Cantando y saltando, porque "en las malas mucho más". 

Néstor salió, reconoció la derrota por algunos votos y dijo "nos faltó profundizar". A los pocos días se juntó en el Parque Lezama con algunos intelectuales y se puso al hombro la reconstrucción del movimiento: de acá se sale para adelante.  Un año después se hizo eterno, pero antes se despidió de nosotros en ese acto histórico del Luna, que parió al Nestornauta. El, al lado de ella y los dos con nosotros, como en la Biblioteca Nacional después del plenario federal en el Bauen, donde nació la canción con música de los Rodríguez que dice "van pasando los años, y escuchamos a tus dirigentes, que el gobierno se cae, y al gobierno lo banca la gente".  Así fue, el gobierno no se cayó porque lo bancó la gente, el pueblo.

Las canciones militantes son algo serio, algo que nos da identidad. Las canciones dicen mucho, definen posiciones y conceptos. Saber cómo y cuándo nacieron es entender quiénes y que somos, hablan por el colectivo.  Como la estrofa de la resistencia que Carlitos le agregó a la marcha, como la de Gilda que nació en un bodegón en la esquina de Entre Rios y Brasil, como la de "Nestor mi buen amigo" que salió de la zapada en el patio de Caseros una noche de choris y mucho calor. 

Esas canciones son así, como nosotros: colectivas, se van armando con retazos aportados por los compañeros/as sin que haya un solo autor, como una sinfonía del sentimiento. Cuando Néstor se murió, fuimos a la plaza y por tres días nos quedamos ahí, para despedirnos hicimos una caravana que tardó 12 hs en entrar a la Casa Rosada. 12 hs saltando, llorando, riendo y cantando sin parar. ¿Se acuerdan que nadie quería irse? Nadie quería volver a su casa. No era miedo a estar solos, era ganas de estar con los cumpas. Queríamos estar juntos en esos días de mierda. Como ahora, en estos días de mierda. En ese momento se sumaron miles a militar, había que organizar una logística enorme y mítines para los nuevos. Me acuerdo de uno, con Ivan Heyn en la terraza de Carlitos, discutiendo al peronismo frente al zapatismo, cosas del gordo Heyn. 

Al cumplirse el mes de la muerte de Néstor hicimos una caravana por la villa 1 11 14, que terminó con una misa homenaje con el Padre Gustavo Carrara quien dispuso que, al menos por ese día, suene la marcha en vez del aleluya. Después vino el 54%, las grandes reformas, las grandes batallas. Nos tocó asumir responsabilidades de gestión, nos tocó la derrota del 2013, los patios militantes, la campaña de 2015 y acá estamos. Estamos para una sola cosa, seguir adelante. Seguir profundizando, seguir militando, seguir discutiendo.

 Las elecciones se ganan y se pierden, los proyectos políticos avanzan. Nos quieren ver tristes, desmoralizados, nos quieren desmovilizados, distraídos, enojados, deprimidos. No hay que permitirlo, hay que sacudirse rápido el polvo de un traspié electoral para volver a retomar la tarea, como Néstor nos enseñó, con su ejemplo y con el cuerpo. Como Cristina que se bancó todo y se puso la campaña al hombro. Porque al final la victoria será nuestra, porque depende de nosotros. Nos van a tirar con todo, más todavía. Nos van a querer confundir y dividir, pero no van a poder, porque acá no afloja nadie. 

Porque tenemos a Cristina, porque tenemos las canciones y las sonrisas. Tenemos el compromiso, tenemos un sueño, tenemos el amor y las banderas. Por Perón y Evita, por los 30 mil, por Néstor, por Iván, por Rolo, por Chicho, por Mariano, por Santiago y por todos los que dejaron la vida por un país mejor. Por todos ellos, nada de caras largas, nada de tristeza ni desánimo. Por ellos y por los que vienen a no aflojar, a seguir con todo. Seguimos enteros, a no engañarse, golpeados, pero enteros. El 2019 está acá a la vuelta, mañana empieza la campaña de nuevo. A lograr la unidad, con inteligencia y generosidad, como nos pide Cristina. Aquí no se acaba nada, hoy aquí, empieza todo. Hasta la victoria siempre, con alegría. Hasta el fin.