Cristina celebró el "día del militante" con un discurso de Néstor Kirchner

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Cristina celebró el "día del militante" con un discurso de Néstor Kirchner

17 Noviembre 2016

 

Palabras de Néstor Kirchner en el Encuentro Nacional de la Militancia, 11 de marzo de 2004:

Queridos amigos y amigas; compañeros y compañeras: quiero comenzar expresándoles que exactamente hace 31 años a esta hora una generación de argentinos veíamos y sentíamos que la democracia volvía a la Patria.

Me preguntaban cómo viví el 11 de marzo del 73. Me tocó ser el fiscal de mesa y recuerdo hasta hoy que había tanto miedo a la trampa y al fraude que la orden que teníamos era subirnos a los camiones que transportaban las urnas para cuidarlas hasta que se terminara de revisar el último voto. Era el 11 de marzo del 73, una generación de argentinos nos incorporábamos a la vida democrática con la fuerza y el deseo de construir un nuevo país.

Después nos tocó vivir tantas cosas, nos tocó pasar tantos dolores, nos tocó ver diezmada esa generación de argentinos que trabajaba por una Patria igualitaria, de inclusión, distinta, una Patria donde no sea un pecado pensar, una Patria con pluralidad y consenso como el que tenemos hoy aquí, que el hecho de pensar diferente no nos enfrentara sino por el contrario, nos ayudara a construir una Argentina distinta. No me quiero poner nostálgico porque es verdad que a uno le vibra el corazón y se le llenan los ojos de lágrimas cuando en ustedes ve tantos rostros que hoy no están, pero también creo que es fundamental construir una Patria con mucha identidad, con la justicia y con la memoria, para que definitivamente podamos hacer un país sólido.

Tenemos que volver a reconstruir el espacio de los militantes, de los cuadros, tenemos que volver a valorar la política y no queremos que se repita la mecánica casi empresaria de la política que tiende a acordarse de los amigos y de los compañeros para utilizarlos en cuestiones electorales.

No queremos ayudar a conjugar y a que todo el mundo nos diga que sí, a tener tropas “disciplinadas”, como se estila. Queremos tener compañeros que piensen, que nos digan la verdad, que tengan capacidad transgresora, que ayuden a equivocarnos lo menos posible. No queremos más la práctica de un culto al individualismo, a la personalidad y a la teoría del jefe. Esas teorías que tanto daño han hecho a la política argentina y han quebrado su calidad y hasta su propia moralidad los que quisieron llevarlas adelante. Tampoco queremos más generar ese desaliento de que los compañeros, los amigos; donde les toque actuar, sea la fuerza que sea, salen a trabajar políticamente y saben que cuando terminan las elecciones se cierran las puertas del ida y vuelta que deben tener aquellos que son elegidos y aquellos que ayudan a que sean elegidos.

Queremos terminar con la idea del influyente, del “vení conmigo que yo tengo conexiones” para generar el acomodo en la historia, porque eso también quebró la moral de la política, de la práctica, que tanto daño hizo. También cuando hay una masa crítica que piensa, que elabora, que participa, evita que aquellos que tenemos que ir a cumplir responsabilidades nos creamos más de lo que somos y nos olvidemos de dónde venimos y para qué venimos.

Y en esta Argentina en la que nos tocó vivir un año 2001, que nos tocó ver explotar la política, que nos tocó ver las cosas que vimos durante todo este tiempo, es fundamental poner todas nuestras fuerzas para construir ámbitos como el que hoy se empieza a construir aquí. Acá no vinimos con la ficha de afiliación, acá no vinimos a pasar listados, acá no vinimos a ver quién está presente o quiénes están ausentes, acá vinimos peronistas y no peronistas, gente de todas las ideas y de todas las fuerzas que quieren cambiar a la Argentina a sentarnos en una mesa para empezar a discutir, para empezar a pensar en conjunto, para calificar la política. Queremos nuevamente que los locales políticos no sean lugares de “trenzas”, o que no sean lugares -para definirlos con toda exactitud- donde nos juntemos solamente a tomar unos vinos o a comer asados. Queremos que los lugares políticos sean lugares de meditación, de formación, de conciencia cívica, que tiendan a consolidar una Argentina diferente. Queremos que definitivamente se termine la idea de la clandestinidad de la política, de las cosas que se hacen en la política.

Por eso cuando estamos tratando de levantar esta Argentina que fue hundida y quebrada, cuando tengo que soportar que me digan verborrágico, que me digan que sobreactúo por el sólo hecho de defender a la Argentina, de decir lo que pienso y pensar que hay que levantar este país quebrado, con dignidad, con responsabilidad y racionalidad, no entiendo por qué me agreden así aquellos que condujeron la Argentina durante tantos años y nos llevaron a ese proyecto económico de hambre, de exclusión y de desocupación. ¿Por qué nos atacan como nos atacan, porqué me dicen lo que me dicen? ¡Que afronten ante la responsabilidad de la historia las cosas que hicieron, pero que entiendan que en la Argentina hay nuevos y buenos aires para hacer un país distinto!

En este país las cosas tienen que ser serias y claras para hacer un país normal y serio. El que hace las cosas bien debe ser absolutamente estimulado; el que investiga, el que estudia, el que trabaja, definitivamente el más decente y el más honesto. Y como en cualquier país serio del mundo el delincuente, el corrupto, el que no hace las cosas que tiene que hacer debe ir a un calabozo, como corresponde, para construir un país distinto.

Son valores y cuestiones que tenemos que llevar con todas nuestras fuerzas adelante. No hay que caer en la disputa corta de espacios, hay que construir la Argentina. Por eso el ámbito y espacio de hoy, en la diversidad y la pluralidad que se ha generado aquí, no tiende a consolidar el liderazgo de nadie, sino la presencia de argentinos y argentinas que quieren tener un rol protagónico en la construcción de la nueva Argentina, en la construcción de la Argentina que nos merecemos todos.

Por eso queridos amigos, compañeros y compañeras, nosotros tenemos que tomar la lección de la historia, debemos entender que el concepto de solidaridad y pluralidad es central, pero también debemos entender que tenemos que informarnos y prepararnos para poder conducir con todas nuestras fuerzas y capacidad este pequeño país. Claro que venimos de una situación límite, pero es hora también de que en la Argentina tengamos clara memoria de las cosas que nos han pasado, pero no desde el patrioterismo vacío, sino que desde el sentido de Patria, lleno de dignidad, de justicia y de inclusión, podamos decir que lo que los argentinos pretendemos es tener una Patria, un hogar y una bandera que nos cobije a todos y nos dé aunque sea un poquitito de posibilidades para poder realizarnos.

Tenemos que dejar de sentir vergüenza de las cosas que defendemos, nos quieren hacer sentir a veces que son posturas que deben ser “revisadas” en nombre de la supuesta racionalidad. ¿Qué es la racionalidad, amigos y amigas, compañeras y compañeros? ¿La racionalidad es bajar la cabeza, acordar cualquier cosa pactando disciplinada y educadamente con determinados intereses, y sumar y sumar excluidos, sumar y sumar desocupados, sumar y sumar argentinos que van quedando sin ninguna posibilidad? ¿O la racionalidad es trabajar con responsabilidad, seriedad, con fuerzas para abrir las puertas de la producción, del trabajo y del estudio para todos los argentinos? Yo quiero adherir a este tipo de racionalidad, es la única racionalidad viable que nosotros tenemos para poder realizarnos.

También, queridos compañeras y compañeros, tenemos que hacer un esfuerzo muy grande pero les puedo asegurar que es absolutamente posible continuar en la senda de crecimiento que la Argentina ha entrado. Claro que vimos y estamos en el segundo escalón del infierno, yo no me enamoro de los números, pero también es cierto que cuando vemos que baja el desempleo, cuando vemos que crece la Argentina, cuando vemos que crece el consumo nos empezamos a estimular y es posible construir el país que nosotros soñamos permanentemente, lo podemos transformar en realidad. Claro que hay asignaturas pendientes por doquier, pero también asumamos de dónde partimos, un país que lo llevaron a deber 174 mil millones de dólares. No hay otro país en el mundo que lo hayan endeudado así. Y los que lo endeudaron, los que fueron símbolos intelectuales de ese endeudamiento todavía nos quieren decir qué es lo que tenemos que hacer. ¡Por Dios, argentinos y argentinas, reaccionemos y tengamos buena memoria!

Cuando veo que algunos se desesperan por tratar de mostrarse y existir en la vida política o haciendo oficialismo cerrado o haciendo oposición por oposición para figurar en los diarios, digo ¿no se dan cuenta, no caminan la Argentina? Cuando vamos barrio a barrio, provincia a provincia, vemos miles y millones de compañeros, de hermanos y hermanas argentinas que nos miran con lágrimas en los ojos, en el olvido a que han sido sometidos. ¿Por qué no dejamos de jugar a la política corta y escribimos la historia grande de una Argentina que nos contenga a todos?

Nosotros tenemos que ser el punto de inflexión de esa Argentina vacía y sin contenido, de esa Argentina donde el que más triunfaba era el más sinvergüenza y tenemos que construir la Argentina donde el obrero vuelva a ser el respeto central de nuestras acciones, el que estudia pueda ser valorado como corresponde, el que investiga – el investigador- vuelva a ser tener el lugar que merece. Que podamos, como cuando éramos chicos, mirar a nuestros padres y ver el símbolo del esfuerzo y del trabajo, y ellos sentirse orgullosos de que con su esfuerzo y trabajo lograron que la generación que viene esté mejor que la que se va. Eso es cuando un país empieza a cambiar, no como nos pasó hasta ahora en la Argentina y que estamos tratando de revertir, que la generación que viene está peor y se tiene que ir a acurrucar en la casa del viejo para poder sobrevivir y tener un techo. ¡Hay que dar vuelta a la historia y yo sé que con ustedes vamos a tener la posibilidad de hacerlo!

Claro que uno puede tener posturas y determinadas consignas que pueden ser muy lindas, pero lo que yo aprendí durante toda mi vida de militante es que lo importante es poder ir llevando paso a paso nuestras ideas para poder concretarlas. Yo lo que no quiero es mentirle al pueblo argentino, no quiero hacer un manoseo más de la credibilidad de nuestra Argentina y les voy diciendo paso a paso lo que vamos haciendo, pero no me van a ver a mí tratando de mostrar un proyecto grandioso para después defraudar a todos. Prefiero ir construyendo con todos ustedes día a día la nueva Argentina, pero sin caer en promesas vanas y vacías. Nos decían cuando nos tocó empezar a gobernar: “diez días y se cae, quince días y se cae”, rogaban que nos cayéramos y que no pudiéramos funcionar. Ahora dicen que nos vamos a caer a fines del 2004 o del 2005, y mañana no sé cuándo dirán. Yo digo por qué, si el éxito de la Argentina va a ayudar a cobijarnos a todos los argentinos.

Lo mismo cuando vamos logrando acciones, vamos logrando inversiones y dicen “pero no hay un proyecto a largo plazo”. Salen con lentes, con cara de serios, con corbata, queriendo mostrarse como si fueran grandes pensadores de la vida nacional. Qué razón tenía Jauretche en su libro “Zonceras Argentinas”: creen que porque se juntan cinco, ponen cara de serios, se colocan anteojos, cara de pensadores y dicen hay que hacer con la Argentina esto y esto. Nosotros los conocemos porque lo vimos, nos dijeron durante toda la década del 90: tengan paciencia, esperen que el vaso va a derramar. Derramó en hambre, en exclusión, en olvido, queridos amigos y amigas. Por eso nosotros desde acá venimos a convocar al amor, a la convivencia, hay que abrir todas las compuertas y hay que buscar que la Argentina en la diversidad y la pluralidad pueda construir el destino que necesitamos. Es absolutamente factible, día a día vamos a seguir mejorando, día a día recorreremos nuestro país, día a día nos arrimaremos y trabajaremos palmo a palmo con aquellos hermanos y hermanas que más necesitan; día a día iremos construyendo una Argentina donde se puedan ir consolidando las posibilidades de tener absolutamente mediatizada la concentración económica y una distribución del ingreso diferente. Pero para eso hay que ir construyendo el país y el país no se construye solamente desde un discurso.

Desde un discurso se expresan las intenciones pero el país se construye con acciones que se implementan día tras día, hora tras hora, minuto tras minuto para poder cambiarlo. Yo les quiero contar que no soy ni eufórico ni depresivo, pero que me siento optimista y con fuerza, me siento con absolutas ganas de avanzar y construir un país distinto. Yo sé que a mí por el voto de todos ustedes, por la voluntad del pueblo argentino me toca ir adelante.

No tengan ninguna duda, lo dije el día que me tocó asumir, no vine a dejar las convicciones en la puerta de la Casa de Gobierno ni vine a sentarme en un sillón para seguir estando por estar, para tratar de ser por ser o para tratar de hacer una presidencia de protocolo como les gusta a muchos. Les puedo asegurar que he venido a poner todo lo que tengo, con mis aciertos y mis errores, como todos los seres humanos; me vine a jugar con todos ustedes por un país distinto. ¡No me interesa durar 10 años de fracaso o cuatro años y medio –como me tocan- de fracaso, prefiero vivir dos años, un año, dos horas o un minuto a pleno sabiendo que tengo que hacer lo que nuestro pueblo necesita y lo puedo hacer!

A pocas horas de empezar el gobierno nos decían que estábamos abriendo muchos frentes, pero nosotros dijimos “venimos a construir una Justicia independiente en la Argentina”. Cuando empezamos a construir una Justicia independiente, y está probado en la Corte Suprema que se está constituyendo en nuestro país, aparecieron aquellos que no querían cambiar nada y entraron a mostrar su verdadera cara. Ustedes los vieron, decían “están haciendo procedimientos que no corresponden”, cuando nos movimos dentro del marco de la ley. Pero dijimos que este país necesita justicia y los doctores que van a la Corte Suprema de la Nación Argentina son absolutamente independientes, apenas los conozco, hicimos una Justicia independiente y está en marcha.

Dijimos que veníamos a terminar con la impunidad, que queríamos justicia, verdad y memoria, y salieron a decir que por qué removía el pasado. Yo pensaba y pienso que no es el pasado sino que es el presente doliente de 30.000 argentinos que fueron desaparecidos por pensar diferente. Dijimos que veníamos a terminar con la vergüenza de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, y se ha declarado la nulidad de las mismas, para que haya verdadera justicia y para que haya verdadero equilibrio y responsabilidad en nuestro país.

Dijimos que veníamos a construir un país donde las posibilidades y la defensa del capital argentino, el empresariado nacional, la producción y el trabajo argentino sean prioritarios. En 9 meses de gobierno bajamos 9 puntos la desocupación en la Argentina, nunca en tan poco tiempo, tan rápido, bajó tanto la desocupación. Calculo que cuando el INDEC decía que había 25 ó 26% de desocupación había algunos que lo levantaban, ahora que hay el 14,5% no van a decir que no están de acuerdo. Es la realidad concreta, con esas mismas cifras fue bajando.

Dijimos que veníamos con toda nuestra fuerza a recuperar la posibilidad de la industria nacional, de la sustitución necesaria que hay que hacer, de la capacidad de realización de nuestro país y ya está en marcha, recuperándose fuertemente la producción nacional, inclusive marcando con realidad las posibilidades de crecimiento económico que tenemos en esta etapa. Pero también dijimos que veníamos a esclarecer atentados e íbamos a abrir el derecho a la verdad y a la justicia, y hoy que vemos tantos problemas y atentados como el de España que pasan en el mundo, podemos decir que nosotros tuvimos el valor de abrir todos los archivos secretos para saber la verdad de esos atentados que enmudecieron a los argentinos, como fueron los de la AMIA y la embajada de Israel. Dijimos que íbamos a fortalecer la posibilidad de la inversión pública en educación y que creíamos en la inversión pública. Me decían que la inversión pública era un gasto improductivo, estamos generando escuelas, rutas, caminos, casas, invirtiendo en toda la Argentina con el esfuerzo de todos.

Dijimos que íbamos a administrar el país ordenadamente y estamos haciendo una administración realmente equilibrada, como en cada gestión que me tocó llevar adelante. Dijimos que veníamos con toda nuestra fuerza a invertir más en la educación universitaria, a invertir más en investigación, y ya los presupuestos lo van marcando. Claro que falta mucho más, claro que hay que invertir más allí, pero hay que ver de dónde partimos, hay que ver dónde estábamos para poder entender cómo hemos avanzado y cómo estamos tratando de llegar. Y claro, estamos decididos a ir afrontando problema tras problema y situación tras situación, para ir esclareciendo y para ir fortaleciendo, invirtiendo y generando las posibilidades de ese país diferente. Dijimos que íbamos a renegociar los contratos de servicios públicos con dignidad, y así lo estamos haciendo. Dijimos que no iba a caer sobre las espaldas de la gente el aumento de tarifas y cayeron sobre los grupos económicos, fundamentalmente los que exportan en dólares y cobran en pesos.

Es decir que estamos tratando, con los errores que se pueden cometer, de cumplimentar lo que decimos para que nuestra sociedad vuelva a creer. Dijimos que veníamos con los brazos abiertos a no hacer ningún tipo de diferenciación partidaria porque estábamos cansados de ver a esta Argentina partida por las cúpulas políticas, que no entendían lo que estaba pasando en el subsuelo de la patria, y les puedo asegurar que estamos haciendo todos los esfuerzos para que así sea, absolutamente abiertos, dispuestos a escuchar, dispuestos a corregir, dispuestos a poner todo nuestro esfuerzo para que los argentinos podamos converger en un proyecto común. Tenemos que volver a recuperar las ansias de la participación, pero nosotros mismos también tenemos que hacernos la autocrítica, debemos entender que la política no puede ser una herramienta para buscar solamente el mejoramiento de nuestra posición y nuestra vida. Si los militantes y los dirigentes políticos entienden que tienen que ser los que den el primer ejemplo, les puedo asegurar queridos amigos y amigas, compañeras y compañeros, que estaremos dando un salto cualitativo. Esto es tremendamente importante, tenemos que dar ese ejemplo y evitar las tentaciones.

Creo honestamente que tenemos que avanzar con todas nuestras fuerzas, que tenemos que poner toda nuestra mayor capacidad de creación, pero les voy a contar algo que me pasa en privado todas las mañanas: es tal el endeudamiento que tiene la Argentina que para saber y para darme fuerzas para seguir la tengo que imaginar. ¿Se imaginan ustedes 170.000 millones de dólares de deuda, 5.000 millones en BODEN que vencen el año que viene en dólares y 5.000 más en el 2006? ¡Yo no generé esta deuda pero estoy dispuesto a ponerle el pecho con toda nuestra fuerza para hacer una negociación justa y digna que nos permita salir! Ni ustedes. Tengo que imaginarla y me dicen: “hay que definir la proyección, las metas”, ¡yo digo por qué no pensaron! Nosotros vamos definiendo con seriedad y responsabilidad las metas y proyecciones, aquéllos que dicen esas cosas por qué no pensaron antes de endeudar a la Argentina como la endeudaron. O si me disculpan, cómo casi la pusieron a remate a espaldas de todos los argentinos.

Queridos compañeros y amigos: les quiero ser totalmente sincero, yo no tengo una actitud imperativa cuando digo que vamos a pagar el 25 y vamos a hacer un recorte del 75; no es una actitud viril, de fuerza la que hago, es una actitud de la realidad argentina: juntando monedas entre todos los argentinos no podemos pagar más que eso. Este es el esfuerzo que debemos hacer todos nosotros.

Se los digo a través de los medios a todos los argentinos y argentinas que están en sus casas, a aquéllos que les dicen que tenemos que pagar más porque es fundamental quedar bien y cumplir el compromiso –que son los que tomaron el compromiso de la deuda- yo les pido que digan la verdad a todos los argentinos. ¿Saben lo que significa pagar más? Es eso que nos prometió un ministro que estuvo 15 días en el Gobierno y tuvo que salir corriendo y rápidamente: pagar más es sacar plata de las universidades, sacarle plata a los trabajadores, sacarle plata a los planes sociales, sacar plata a la educación argentina, sacar plata de la inversión en el trabajo, sacar plata a la producción, seguir perjudicando a los argentinos. Yo prefiero que me traten como me tratan pero saber que por lo menos con esfuerzo impedimos que le quiten un peso más a este sufriente pueblo argentino para alimentarle las posibilidades de un futuro distinto.

Las cosas las tenemos que llamar por su nombre, todos tenemos que estar atentos, porque los argentinos seremos afectados directos de las decisiones incorrectas y no vamos a tener ningún tipo de actitud que sea intemperante o imperativa. Nos va a guiar el buen sentido y la responsabilidad argentina que tuvimos siempre porque la dignidad se practica con las acciones de todos los días, la dignidad se practica en los hechos y no en la consigna, la dignidad se practica tomando acciones todos los días que lleven a defender las posibilidades de un país distinto, la dignidad se practica no mintiéndole a la gente, la dignidad se practica trabajando, la dignidad se practica haciendo, la dignidad se practica no robando, la dignidad se practica haciendo trabajo, la dignidad se practica generando inclusión social, la dignidad se practica abriendo los brazos y las puertas para un país distinto.

Con Cristina cuando tenemos problemas límites -a veces uno viene con los problemas en la espalda- e inclusive cuando las situaciones se complican y veo a los amigos periodistas que me preguntan angustiados cómo está cada situación y uno tiene que absorber la responsabilidad que tiene, les puedo asegurar que tomamos fuerza, combinamos sentimiento con acción y es lo que yo les contaba a ustedes: pienso entonces cómo me pueden sobrepasar las responsabilidades después que tanta gente dio tanto y tanta gente quedó en el camino por un país mejor.

Me siento con muchas ganas. También algo que les quiero decir a ustedes aquí. Cuando dicen que venimos por el revanchismo del pasado, cuando queremos que haya justicia, memoria, que se termine definitivamente la impunidad de ayer, de hoy, y generar los caminos para que la impunidad no exista más en la Argentina, yo les puedo asegurar que no vengo con ningún tipo de revanchismo, no vengo con odios porque el odio no construye nada, pero creo que la voluntad de los argentinos es tener un país donde haya justicia, verdad, memoria sin impunidad ni odios, sino que haya justicia. Ahora me pregunto yo, ¿la justicia es sinónimo de odio, la justicia es sinónimo de remover el pasado o la justicia es la justicia sea en el tiempo que sea? ¿O el paso del tiempo habla de la no justicia porque pasó mucho tiempo? La justicia se debe aplicar siempre porque es la única forma en que podemos construir un país diferente.

Les agradezco a todos profundamente, les agradezco a todos el acompañamiento que nos hacen en cada lugar del país que vamos y los convoco a ustedes, pero través de ustedes a aquel argentino y argentina, a aquel trabajador y estudiante, a aquel que nos puede ver y escuchar a través de los distintos medios, que venga a trabajar, que abra el espacio donde crea, que practique la idea que quiera practicar, pero que se incorpore a esta Argentina donde con la idea, con el pensamiento, con la verdad relativa vamos a poder construir la verdad superadora que nos permita a todos los argentinos poder avanzar.

Yo quiero cerrar este 11 de marzo acordándome de los jóvenes radicales del 73, de los jóvenes de la Alianza, del doctor Allende del año 73, de los jóvenes de la democracia cristiana, los jóvenes de los partidos de izquierda, de los jóvenes del Justicialismo que creían que se podía hacer un país distinto. Nosotros creemos y lo vamos a hacer, tomamos el desafío y el mandato de la historia. Contamos con todas nuestras fuerzas, con las fuerzas de los jóvenes independientes, de los profesionales, de los universitarios, de la gente de Argentina, de argentinos que creemos que la justicia se puede construir.

Amigos y amigas de todas las ideas: muchísimas gracias, gracias por dar este ejemplo de convivencia, gracias por compartir este momento. Dios quiera que podamos escribir un tramo importante de la historia argentina. Muchísimas gracias, muchas gracias por compartir este momento.