Fútbol sin público: violencia institucionalizada

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Fútbol sin público: violencia institucionalizada

01 Junio 2015

Por Juan Ciucci

El sábado 18 de abril jugaba Huracán frente a Tigre en el Palacio Tomás Adolfo Ducó, y antes del inicio del partido hubo enfrentamientos con la policía fuera del estadio. Según reflejaron algunos medios “los barras del Globo agredieron con piedrazos a efectivos de la Policía Federal Argentina que los filmaban en las cercanías a la cancha de Huracán , donde la facción de la hinchada se reúne antes de los partidos. Uno de los proyectiles dio en la cara de uno de los jefes del operativo de seguridad que fue derivado al Hospital Churruca”. Por este motivo el COSEF impuso una sanción de 3 fechas, en las cuales el club de Parque de los Patricios debe disputar sus encuentros a puertas cerradas.   

Oportunamente, la Comisión Directiva del club interpuso ante el organismo una solicitud de revisión de dicha medida, sustentada en los siguientes puntos: a) en que los hechos habían ocurrido fuera del estadio; b) en que la agresión a la fuerza policial fue protagonizada por un grupo minúsculo de personas que además habían sido identificadas por los propios funcionarios; c) que con dicha medida se castigaba, por unos pocos, al grueso de la parcialidad huracanense, ajena a los episodios, y de permanente buen comportamiento en cada evento deportivo. El COSEF hizo caso omiso al pedido, y Huracán disputará con el de hoy dos partidos a puertas cerradas. Quedará por ver si se revé la medida, cuando el fútbol vuelva a las canchas argentinas luego de la disputa en Chile por la Copa America.

De más está decir que la sanción es en demasía “ejemplificadora” para con Huracán (de hecho, siempre lo es para con este club), más si se la compara con otras sanciones sufridas por otros clubes. Y en especial si se toma en cuenta que los incidentes narrados no ocurrieron dentro del estadio, sino en cercanías del mismo.

Algo que interesa del descargo del club es que desde el relato policial se habría identificado a quienes participaron de este incidente,  y sin embargo con esta medida se castiga a toda la parcialidad. Así se consuma la reproducción de la violencia y se recrudece el histórico enfrentamiento de los hinchas con la policía, al vivir en carne propia la injusticia de sufrir un castigo aun no participando de ningún hecho de violencia.    

Otro tema a tener en cuenta es el episodio en sí: como relata el sitio cancha llena “los barras del Globo agredieron con piedrazos a efectivos de la PFA que los filmaban en las cercanías a la cancha de Huracán donde la facción de la hinchada se reúne antes de los partidos”. ¿Cuál es el criterio para realizar esas filmaciones? ¿No es una provocación filmar a la barra antes del partido y fuera del estadio? ¿Con qué fines se hizo? Una de las posibilidades de este accionar de la policía era justamente que se produjera un enfrentamiento, al verse los hinchas increpados por una labor injustificada de la policía. Para peor, una vez que esto ocurre son las finanzas del Club y los hinchas los que sufren las consecuencias.

Lo más lamentable es que este tipo de situaciones ya no causan extrañeza en el fútbol argentino. La falta de criterio de las autoridades competentes para encarar el problema de la violencia en el fútbol, hace que el círculo se retroalimente ante cada nuevo episodio. Agravado a su vez por la disparidad en las sanciones según qué club sea el implicado. La situación en Huracán es grave, y esto no hace más que agregar leña al fuego. Para peor, “fuentes policiales indicaron a Télam que si se vuelve a repetir un episodio similar no le brindarán más servicio a Huracán cuando juegue como local en el estadio Tomás A. Ducó”. Así llegarían a la mejor de sus soluciones: partidos de fútbol sin hinchas en las canchas, la caricatura represiva del Fútbol Para Todos. Lamentablemente, esta historia está lejos de encontrar su capítulo final.