El sionismo político de Netanyahu

El sionismo político de Netanyahu

15 Febrero 2016

Por Guido Luppino

Israel es un país gobernado, desde sus orígenes en el año 1948, por el sionismo político. También es un Estado nacido bajo el conflicto de posguerra de las dos guerras mundiales, donde las grandes potencias repartieron promesas tanto a árabes como a judíos, sabiendo el posible problema que esto podría traer consigo. Luego vino la Nakba, que para los palestinos significa catástrofe, que se refiere a la limpieza étnica llevada a cabo que concluyera finalmente con la proclamación del Estado de Israel.

Una vez consolidado y reconocido como Estado, Israel ha vivido múltiples conflictos bélicos con los distintos países árabes. El primero de ellos es la Guerra de independencia o Nakba (1948), seguido por el conflicto de Suez (1956), la Guerra de los Seis Días (1967) y la Guerra del Yom Kipur o del Ramadán (1973); sin olvidar los distintos levantamientos populares de los ciudadanos palestinos. Todo esto sucedió siempre con el sionismo político como conducción. Hoy en día, Netanyahu es la máxima expresión de esta corriente política.

Netanyahu, líder del partido político llamado Likud, hoy encabeza su cuarto mandato como Primer Ministro, y cada día que pasa al frente de cargo sus políticas dejan ver más el apartheid que sufren todos los días los ciudadanos palestinos.

Desde octubre del pasado año comenzó una nueva ola de violencia en territorios palestinos e israelíes, ya conocida mundialmente como una posible tercer intifada. Recordemos que el concepto intifada se usa para dar cuenta de los levantamientos populares del pueblo palestino contra la ocupación que viven a diario. La primera sucedió entre 1987 y 1993, y la segunda desde el año 2000 hasta el 2005, también llamada intifada de al-Aqsa.

El nuevo levantamiento desde octubre pasado, está dejando ver nuevamente las políticas más duras y separatistas de Benjamín Netanyahu.

Dentro de este marco de levantamiento popular y violencia indiscriminada que atraviesan los territorios palestinos e israelíes, la semana pasada ocurrió un nuevo hecho donde tres ciudadanos palestinos atacaron a un policía de Israel, en las afueras de Jerusalén, quitándole la vida. Automáticamente fueron abatidos a balazos, causándole la muerte también. La decisión política del gobierno de Israel, ante lo sucedido, fue bloquear el acceso de la ciudad de donde provenían los atacantes. El bloqueo, esta vez, fue en el pueblo de Qatabiya tapeando las salidas del mismo con grandes acumulaciones de tierras.

Netanyahu opta por castigar de manera de colectiva a los palestinos. Este tipo de bloqueo impide la entrada y salida de cualquier habitante de Qatabiya, zona de 25 mil habitantes que necesita sus salidas hacia las grandes ciudades para poder trabajar. Fueron bloqueadas las 7 entradas del pueblo, dejando sin posibilidad de acceso o salida a ningún residente.

A esto se la suma la política de derrumbar cada vivienda de los ciudadanos palestinos que fueron juzgados como “terroristas”. Otra muestra del castigo colectivo perpetrado por Israel, dejando sin hogar a los familiares de los imputados. Esto deja en evidencia un atropello más, de los muchos cometidos a diario, de los derechos humanos de los residentes palestinos.

Mientras tanto Netanyahu sigue luchando por aplicar una ley que suspenda a los parlamentarios por “conducta inapropiada”. Esto se debe a que varios legisladores del Knéset, han visitado a familiares de ciudadanos palestinos fallecidos en manos del ejército israelí. Los legisladores apuntados son Basilea Ghattas, Jamal Zahalka y Hanin Zoabi, del partido Balad.

En los últimos días Netanyahu volvió a plasmar la idea de rodear al país con una barrera de seguridad, luego de llamar a los árabes “bestias salvajes” . Recordemos el tristemente conocido “muro del apartheid” construido por Israel hace 10 años, que rodea a Cisjordania y en ciertos lugares entra directamente en los territorios palestinos. También existe una muralla separadora con los Altos de Golán, cercano a territorio sirio.

La violencia es continua, y esto no es anómalo a la historia de estos dos países. La violencia se ha convertido en toda una institución desde la formación del Estado de Israel, y el accionar de su Primer Ministro muestra la cara más oscura del sionismo político que gobierna. Hoy en día el colonialismo, las acciones separatistas, el apartheid y la violencia siguen haciéndose sentir en los territorios palestinos, y todo esto ante la mirada cómplice de las grandes potencias mundiales aliadas a gobierno de Israel.
Desde el comienzo de levantamiento, en octubre pasado, han fallecido más de 150 ciudadanos palestinos y 26 israelíes.