“Queremos salir de ese pacto silencioso que encubre, que rodea al abuso y el acoso”

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“Queremos salir de ese pacto silencioso que encubre, que rodea al abuso y el acoso”

15 Enero 2018

Por Melany Grunewald

Danila Suárez Tome es Profesora de Enseñanza Media y Superior en Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad de Buenos Aires. Actualmente está haciendo su doctorado en filosofía. Es integrante de Economía Femini(s)ta.  AGENCIA PACO URONDO dialogó con la docentre para debatir sobre la discusión entre el movimiento #MeToo y el manifiesto de artistas francesas que lo cuestionó.

APU: En relación al movimiento “MeToo” expresado en los Globos de Oro y a su reacción mediante el manifiesto francés ¿A qué piensa que se refieren estas últimas con “puritanismo”?

DS: Creo que tiene que ver con lo que encontraban erróneo en el movimiento que tiene que ver con adscribir a ciertas expresiones o conductas masculinas en el mote de acoso. El manifiesto le pifia bastante porque no comprende como acoso por ejemplo el piropo, o la seducción y se refugian en la retórica del puritanismo, de era victoriana, para decir que lo que se está diciendo desde el movimiento “MeToo” es la impugnación de una sexualidad libre. Como si fuera un movimiento moralista y no contra la violencia y el abuso.

APU: ¿Según el manifesto, ese puritanismo se expresa en la corrección política? 

 DS:  La carta es una reacción a los cambios que se quieren impulsar desde el feminismo: la forma en que vivimos la afectividad y la sexualidad, intersubjetivamente y culturalmente. Es una reacción de parte de mujeres que sienten que el feminismo es adoctrinante, hasta stalino y juzgante. Y ponen al movimiento del lado de la violencia, cuando es el que denuncia la violencia. Esto no nos sorprende porque estamos en un momento de crisis cultural. Nadie sabe para dónde salir corriendo. Parece que se marcaran las cosas como si hubiese una imposición de corrección política censurante. Y en realidad el feminismo no censura nada: primero porque no tiene el poder, y segundo porque es un movimiento de resistencia. Lo que pasa es que a medida que avanza la conciencia social sobre ciertos temas, hay cosas que no se toleran más y no se consumen más.  Hay un montón de gente más avispada que en otras épocas. 

APU:  ¿Era esperable esta reacción por parte de mujeres artistas?                                                                                                                                                  

DS:  Es normal que surjan resistencias como las de esta carta donde mujeres le hablan a mujeres mismas como diciendo “Uds. son unas puritanas, están llevando adelante una caceria de brujas”. Es inoportuno pero es una  resistencia esperable. Un intento de sostener un cierto modo de afectividad y sexualidad, y de vida colectiva.  Hay un dato de brecha orgásmica en parejas heterosexuales: las mujeres que llegan al orgasmo son muy pocas.  Entonces no solo hay acoso, no solo hay abuso, hay una generalidad en las mujeres heterosexual a vivir una sexualidad muy chata ¿entonces en nombre de qué libertad sexual están hablando?

APU:  ¿Cómo se explica la justificación de hombres que “lo único que hicieron fue tocar una rodilla”?

DS: Están todo el tiempo defendiendo a estos supuesto varones torpes. Ellas ponen que se castiga la torpeza del varón, que no sabe acercarse a la mujer. El tropo* de la torpeza del varón lo ha eximido de un montón de responsabilidades. Justamente con el MeToo y el feminismo se da voz a la mujer para que exprese la violencia en la que vive a diario (donde sea). Lo que se busca cambiar es eso: hay que dejar atrás eso que los exculpa de cualquier acto de acoso.

APU: Hablaron del movimiento #MeToo como victimizante de la mujer, del rol de victima al hablar públicamente

DS: Es una discusión larga entre el feminismo y el pos feminismo. Se rechaza mucho desde el post feminismo a la victimización de la mujer. Hay que pensar qué es lo que decimos con “victima”. No es lo mismo ser víctima de violencia que la victimización en sentido peyorativo como “se hace la pobrecita”. Creo que ahí hay un juego de mala fe. Para reconocerte como padeciente de una violencia, necesitas reconocerte como víctima, pero no es un estadio final. Sino que propulsa, te dota de agencia. Da lugar a poder hacer una transformación y salir de ese lugar. Al decirles que no se victimicen, se las está censurando otra vez. Y queremos salir de ese pacto silencioso que encubre, que rodea el abuso y el acoso. 

*Figura retórica de pensamiento que consiste en el uso de una palabra con un sentido figurado.