Elogio a Cersei Lannister

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Elogio a Cersei Lannister

04 Mayo 2019

Ilustración: Leo Olivera
Por José Cornejo Pérez*

Ante todo, una primera consideración para analizar la relación de Cersei Lannister con el poder político. Como todo personaje malvado de la ficción que construye la industria cultural occidental, deben analizarse dos dimensiones. Las acciones que estos despliegan y la lupa con la que son evaluados. 

Las acciones, es decir, cuán despiadados son. Y la perspectiva ideológica, allí donde se naturalizan sentidos muy conservadores. Es decir, cuando se asocia la maldad a los sectores subalternos: de clase, etnia o género. 

El ejemplo más evidente de esta visión puede verse en la obra de JRR Tolkien. Los buenos son blancos y lindos y los malos son negros, feos y visten ropas en peor estado. La única excepción es Gollum, que tiene dos personalidades. De hecho, existe un profuso debate sobre el racismo del autor del Señor de los Anillos . Claro que hay malos muchos más complejos, como el papá apesadumbrado que es Darth Vader o el riesgo ecológico que denuncia (y lleva brutalmente a la práctica) Thanos. 

En este sentido hay que pensar la relación de la gran dama Lannister y la política. Por un lado, sus acciones. Por el otro el sesgo ideológico de George Martin y su traducción audiovisual. 

La wikia Hielo y Fuego (y también wikipedia) define a Cersei de la siguiente manera. “Es profundamente narcisista y ambiciosa. No se detendrá ante nada para alcanzar el poder y el prestigio para ella y sus hijos, y muestra poca o ninguna consideración por los demás. Está llena de amargura por las injusticias que ha sufrido, sobre todo su matrimonio sin amor con Robert Baratheon. Se resiente de las restricciones que la cultura patriarcal de Poniente ha impuesto sobre ella a causa de su género”.

¿Profundamente ambiciosa? Cersei no eligió ser reina. Su padre Tywin Lannister la entregó como un objeto al nuevo monarca y triunfador de la rebelión, Robert Baratheon. Por su parte, el rey la destrató continuamente, haciendo público su adulterio desenfrenado. No se sabe qué otros abusos puede haber sufrido Cersei de su padre o de su marido, pero no fueron varones de los que puede esperarse mucha consideración. 

A partir de esta situación, quedó sentada en el Trono de Hierro como reina consorte. Desde entonces, las agresiones sobre Cersei no se detuvieron. Un rápido listado:

•    Estaba enamorada del príncipe Rhaegar Targaryen pero el matrimonio no se llevó por oposición del rey Aerys Targaryen. Fue obligada luego a casarse con Robert y fallecido este, su padre Tywin intentó forzarla a casarse con Mace Tyrell.
•    Su marido Robert le susurraba por las noches el nombre de otra mujer, Lyanna Stark. Además la golpeaba, como queda demostrado en el capítulo que ella ordena arrestar a Ned Stark.
•    Como reina, los hombres la desobedecían constantemente. Su hermano Jaime y su tío Kevan rechazan sus órdenes y los nombramientos como funcionarios del gabinete real. Su sospecha de rebelión no era paranoia: el sacerdote supremo la arresta y su hermano y amante se niega a rescatarla. Obviamente la acusación incluye una nueva agresión de género: “fornicación”.
•    Y la ofensa más humillante, cuando se la obliga a caminar desnuda por todo Desembarco del Rey, mientras los habitantes le gritan “zorra” y “prostituta” entre otras descalificaciones. En una serie pródiga en ofensas y humillaciones, ningún actor recibió este trato. 

Hay dos acusaciones falsas sobre Cersei. La Mano del Rey de Robert, Jon Arryn, descubrió la bastardía de los hijos de ella. Queda el sentido común que ella lo asesina pero en realidad cayó enfermo antes de poder decírselo al rey. Cersei obstaculiza su curación pero nada confirma que se hubiera salvado. De hecho, es lo que suele ocurrir con los personajes de la serie. Tampoco es ella quién elige el ajusticiamiento de Ned Stark. Su hijo Joffrey lo decide en contra de su voluntad. 

A la villana de la saga le tocó la cúspide del poder. Por supuesto, aprendió que la política es agresión en su propio cuerpo. Y naturalmente construye su poder sin pruritos, porque sabe que de no hacerlo ella misma será (nuevamente) víctima. Dos de sus tres hijos fueron asesinados y el tercero se suicidó en una dinámica de puja de poder.  

Cersei sufre el mismo proceso de difamación que Nicolás Maquiavelo. Al fundador de la ciencia política se le adjudicó el adjetivo "maquiavélico" para describir a alguien que conspira en secreto para dañar a los demás. Su único crimen, reivindicar la política. 

Para cerrar, una última reflexión política. Cersei es la mejor monarca de la serie, solo superada - supuestamente - por Viseris I. Veamos el listado solamente a partir de los que aparecen en la cronología televisada: Aerys II (el Rey Loco que incineraba a sus súbditos según lo deseaba), Robert Baratheon (que dedicaba su tiempo a la caza, la bebida y los prostíbulos), el despiadado Joffrey Baratheon y su pequeño y fugaz hermano menor Tommen Baratheon. 

Y todo lo hace sin dragones, sin tener la capacidad de prenderse fuego y sin un contrato sexual que le garantice un ejército de dothrakis o de norteños. Larga vida a la reina Cersei Lannister.

* Director Agencia Paco Urondo