Toda compra es política: la experiencia de economía solidaria de ColSol

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Toda compra es política: la experiencia de economía solidaria de ColSol

17 Abril 2020

Por Pamela Fadiga

Frente al drama sin precedentes que platea el Coronavirus COVID-19 y la cuarentena obligatoria dictada en Argentina, también se puso de manifiesto el comportamiento de los formadores de precios. Aumentos indiscriminados y retención de mercadería para ejercer la especulación no son resultados de este momento de crisis. Son los comportamientos habituales de los mercados concentrados que imponen reglas injustas para quienes producen los alimentos y para quienes los consumen.

La tercera semana de marzo no fue sencilla para la cooperativa de trabajo Colectivo Solidario ubicada en el Mercado de la Economía Solidaria Bonpland en el barrio porteño de Palermo. Allí tienen un espacio de ventas hace 10 años, donde ocho asociades organizan la comercialización de alimentos y otros productos de consumo provenientes de productores y productoras de la Economía Popular Social y Solidaria.

A contramano de una sociedad con pocas fuentes de trabajo activas, según el presidente Alberto Fernández por aquellos días con el 80% de la industria parada, Colsol vio como la demanda de envíos a domicilio aumentó un 600% de un día para el otro. Habiendo pasado el centenar de pedidos en su web colectivosolidario.org/tienda – único actual canal de venta-  el fenómeno no fue una oportunidad para incrementar sus ganancias, sino una manera de sostener el cierre de sus dos almacenes (tienen otro en el barrio de Colegiales). Sus precios en estos días han subido en pocos productos y por razones puntuales: Falta de envases para quienes elaboran productos de limpieza, su estacionalidad anual como los huevos de campo que incrementaron un 14% (las gallinas ponen menos en invierno) y pocas actualizaciones de precios que no habían cambiado desde diciembre. La inflación no tuvo que ver con estas modificaciones. Gracias al trabajo en red con más de 40 productores de provincias como Jujuy, Córdoba, Santa Fé, Mendoza, Misiones, Catamarca, Río Negro; la cooperativa pudo sortear diversos problemas como el aumento de servicios, el aumento de insumos dolarizados y por ende de los productos y la caída del consumo durante los últimos cuatro años sin protección estatal para pequeños productores, cooperativas y fábricas recuperadas, sus principales proveedores.

Algunos de los comentarios de quienes se acercaron por primera vez a comprarles fueron que los supermercados les habían cancelado sus envíos de un momento para otro o que directamente no respondían sus mensajes luego de haber realizado una compra. También, la suba de precios en la fruta y la verdura hacían muy conveniente la oferta de bolsón de verduras agroecológicas de 5Kg y 7 variedades provenientes del proyecto PAC (Productores a consumidores) a través de una cooperativa de Horticultores de Escobar que ofrece su cosecha semanalmente. Todos los sábados desde su quinta se entregan los bolsones ya armados a la cooperativa que los reparte durante el mediodía; esto evita que los vegetales pasen por muchas manos antes que el consumidor los reciba. Una de las nuevas reglas a la hora de adquirirlo es que se puede pedir uno por persona semanalmente para ser solidarios y solidarias y abastecer más hogares. 

En el medio de la toma de decisiones con un nuevo esquema de trabajo, la solidaridad puso en marcha un plan.  El diálogo con productores fue intenso esos primeros días, aún lo es. Un viaje a San Antonio de Areco (sin ver a los productores, ni darles un abrazo) fue necesario para la búsqueda porque en estos momentos no vienen hasta CABA.  La rotación de alimentos es mucho más dinámica y quienes producen no realizan mayor producción por eso, por lo que esta no es una nueva oportunidad sino que es un rol fundamental dentro de la crisis por la pandemia: abastecer a consumidores y consumidoras que a veces desesperan por no encontrar alternativas a las grandes cadenas.

Con paciencia, diálogo y siendo solidarios se llega a cumplir con todes. La economía social, la soberanía alimentaria, el pago justo a productores y la cadena sin especulación hasta finalizar en quien consume, son pilares que en épocas de crisis global hacen la diferencia.

La pandemia traerá nuevos escenarios, la economía social continuará con su trabajo, quizás sean tiempos de entender el rol de este tipo de cooperativas tan pequeñas y tan necesarias para construir una sociedad más justa. ¿A quién le compras? ¿Qué procesos son los que están detrás de cada elaboración? Como dice una de las frases que Colectivo Solidario utiliza: Toda compra es política.