El universo del programa "Registradas": el 69% de las trabajadoras de casas particulares está en la informalidad

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El universo del programa "Registradas": el 69% de las trabajadoras de casas particulares está en la informalidad

04 Octubre 2021

Por Inés Notarstefano

El pasado lunes 27 de septiembre el Gobierno Nacional presentó el Programa Registradas, un programa que se propone la recuperación económica, la generación de empleo y la inclusión social de las Trabajadoras de Casas particulares (TDCP), y especialmente se propone reducir los niveles de NO registración de las relaciones de trabajo de este colectivo de trabajadoras.

Recordemos que según el estudio Condiciones de empleo, trabajo y salud de Trabajadoras Domésticas de Casas Particulares publicado en abril 2020 (Ministerio de Trabajo a partir de la ECETSS-2018) en Argentina pre pandemia teníamos un universo de personas que se dedican a las tareas de cuidados y tareas domésticas remuneradas de aproximadamente un millón cuatrocientas mil personas de las cuales cerca del 99% son mujeres. Allí se detallaba también que el 87% de ellas tenía hijas e hijos menores de edad a su cargo, la mitad vivía en hogares cuyos ingresos mensuales no superan los 15 mil pesos, y el 76,8 % de ellas, es decir más de un millón de mujeres que realizaban estas tareas, se encontraban en una relación de trabajo sin registrar. Datos elaborados por la Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género (Ministerio de Economía, a partir de EPH-Indec) muestran que esta era en el primer trimestre de 2020 la principal rama de inserción de las mujeres ocupadas del país abarcando al 16,7% del total de ocupadas. Este sector fue uno de los más afectados por la pandemia con una pérdida estimada de 350 mil puestos de trabajo y pasó a ser la segunda rama de ocupación (abarcando a un 12,4% de las mujeres y superada por comercio). Y se estima que actualmente su tasa de no registración sería del 69% aproximadamente, no obstante no puede interpretarse positivamente ese descenso del trabajo no registrado siendo lo más plausible que se deba a que se perdieron muchos más puestos no registrados que puestos registrados.

La externalización de las tareas domésticas y de cuidados producida por el ingreso de gran cantidad de mujeres al mercado laboral, se da y se dio siempre en un contexto desigualdad socioeconómica, incluso a nivel global operan corrientes migratorias que crean cadenas globales de cuidado. Aparece entonces un círculo no virtuoso entre las mujeres que contratan y las mujeres contratadas y los hombres pueden seguir mayormente desentendiéndose de las tareas domésticas y de cuidados.

Adentrémonos en el programa: propone que el estado pagará durante 6 meses entre el 50 % y el 30 % del salario de las trabajadoras. Se aplicará a relaciones de trabajo que se registren entre el 1 de octubre y el 31 de diciembre de este año (se puede acceder al programa solamente por una relación de trabajo), las trabajadoras deberán prestar tareas 12 o más horas semanales en un mismo domicilio, los empleadores deberán tener ingresos brutos mensuales inferiores a 175 mil pesos promedio los doce meses anteriores a la implementación del programa, de los ingresos de los empleadores depende el porcentaje de salario de la trabajadora que asumirá el estado (franja inferior a $122.500 el 50% y franja entre $122.500 y $175.000 el 30%) de todas formas el tope de participación del estado en el salario es de $15.000. La parte empleadora está obligada al pago de aportes, contribuciones y ART. Por otro lado, se le abrirá una cuenta a la trabajadora en el Banco Nación para que cobre a través de ella su salario, ya que el depósito se realizará directamente desde el estado a la trabajadora, y está previsto que se les otorgue una tarjeta de crédito con un límite de un salario mínimo vital y móvil, además se pone como requisito la continuidad laboral luego de esos seis meses de otros cuatro meses como mínimo. Y por último, el programa aclara y explicita enfáticamente que la registración de las Trabajadoras de Casas Particulares es compatible con la percepción de asignaciones familiares no contributivas: Asignación Universal por Hijo (AUH) y Asignación por Embarazo (AE), también es compatible con la tarjeta Alimentar, y con los programas Potenciar Trabajo, Progresar y Acompañar. Ya se encuentra disponible la inscripción en la pagina web de la Administración Federal de Ingresos Públicos.

Pese al carácter francamente progresivo del programa se le ha señalado como controversial el introducir un beneficio para los empleadores que se inscriban en él. No son las razones fundamentales que sustentan y apoyan su implementación, pero en relación con esta objeción puede señalarse que el estado ya ha debido intervenir para morigerar las consecuencias económicas de la pandemia, pagando parte de los salarios de empresas privadas a través de los ATP y Repro y que como incentivo fiscal a la registración de las TDCP (desde 2005, en marco de ley 26.063) se permite a las empleadoras y empleadores que pagan impuesto a las ganancias (quienes estarían en este caso excluidos del Registradas dados los montos de ingresos considerados) deducir parte de los aportes patronales y salarios de sus empleadas.

Además del acto oficial gubernamental de lanzamiento también se realizó otro en sede del sindicato UPACP (Unión Personal Auxiliar de Casas Particulares) con presencia de autoridades del gremio y su escuela de formación, de la Ministra de Mujeres, Género y Diversidad, la titular de AFIP y el presidente del Banco Nación.

Si bien es claro que para hacer una análisis concreto de la magnitud del impacto que tendrá el programa Registradas en este colectivo de trabajo realmente postergado y vulnerado será necesario que trascurran los tres meses previstos de duración del mismo, las expectativas son positivas y enfáticamente entendemos valorable el direccionamiento a su población objetivo. Puede implicar para trabajadoras del sector el primer acceso a una relación de trabajo registrada, mayor respeto a sus derechos, con una obra social, con cobertura ante accidentes de trabajo y enfermedades profesionales y en el futuro con derecho a una jubilación.

Decíamos en el título un programa de feminismo popular, reivindicamos que esto es así por múltiples aristas de la medida: por el peso directo que tiene la rama laboral en la ocupación de las mujeres; por estar dirigido a un grupo poblacional amplio e histórica y estructuralmente postergado; por ser un sector estratégico en sostener la vida en tanto brinda tareas domésticas y de cuidados; y por su potencial incidencia en distribución de tiempos e ingresos, en recuperación empleo directo e indirecto, en incremento de la tasa de registración laboral, en ingresos al sistema previsional. Encontramos que comparte sentido con otras políticas de estado como lo fueron el plan de inclusión y moratoria previsional implementado durante el ciclo de gobiernos kirchneristas (aproximadamente un 80% de les que accedieron a una jubilación a partir del mismo fueron mujeres), la ley 26.844 de Régimen Especial de Trabajo en Casas Particulares o el reciente Programa de Reconocimiento de Aportes por Tareas de Cuidado.

Celebramos esta medida dentro de la necesidad de generar un sistema integral de cuidados, entendiendo que además de la ampliación de la oferta de servicios públicos debería concurrir como sector emergente de trabajo valioso el colectivo de Trabajadoras de Casas Particulares. Es necesario que deje de existir consenso, tolerancia y aceptación social respecto de la precarización de este colectivo de trabajadoras. Las TDCP deben dejar de ser tratadas como “la chica que ayuda en casa”, ocultas en un ámbito pretendidamente privado-familiar, y pasar a tener el reconocimiento de la relación de trabajo existente, sujeta a las normas laborales y al régimen especial con la dignificación y protección que esto importa.