El Gobierno y La Nación anunciaron reactivación de un satélite: era mentira
En una nota publicada el miércoles 19 de agosto en La Nación, el gobierno nacional dejó trascender que invertirá cerca de 266 millones de dólares en la construcción del satélite ARSAT SG1 (también denominado ARSAT 3), un proyecto que permanece congelado desde la gestión de Mauricio Macri. La empresa que debe hacerlo no sabe de qué hablan.
El artículo, firmado por el periodista Pablo Fernández Blanco, asegura que la Casa Rosada “tomó en los últimos meses una decisión trascendente” al ordenar la reactivación del plan, pese al ajuste presupuestario generalizado. Según la publicación, el satélite —que tendría como objetivo brindar internet en zonas rurales— costará 265,8 millones de dólares, de los cuales 243,8 millones provendrían de un crédito de la CAF, mientras que el resto quedaría a cargo del Estado argentino.
Además, el artículo afirma que la fabricación estará a cargo de INVAP, la empresa estatal con sede en Río Negro que cuenta con la capacidad tecnológica para llevar adelante el desarrollo, y que “el proyecto está en marcha” tras haberse normalizado pagos atrasados con proveedores internacionales.
Sin embargo, desde INVAP niegan categóricamente haber tenido contacto con el gobierno nacional sobre este tema. En diálogo con Periferia, voceros de la compañía señalaron que no existe gestión oficial ni directiva alguna vinculada al ARSAT SG1. Lo mismo ocurre con ARSAT, que no confirmó avances en la iniciativa.
El contraste entre la versión oficial publicada en La Nación y las declaraciones de INVAP genera más dudas que certezas. Mientras el medio habla de una reactivación firme, de contratos ya regularizados y de un lanzamiento previsto en tres años, en la empresa adjudicataria aseguran desconocer cualquier decisión gubernamental en ese sentido.
El propio artículo de La Nación presenta la apuesta como una “hendija desarrollista” dentro del gobierno de Javier Milei, un enfoque difícil de sostener en un contexto en el que la administración libertaria desfinancia áreas estratégicas como ciencia, tecnología y energía, al mismo tiempo que lanza anuncios rimbombantes, como el ya cuestionado “plan nuclear”.
El satélite ARSAT SG1 está diseñado para ser compatible con lanzadores como el Ariane VI, el Falcon 9 de SpaceX o el Glenn, lo que permitiría reducir costos y ampliar las alternativas de proveedores. Pero, por ahora, más que un programa en marcha, parece ser —según Periferia— una promesa electoral sin sustento real.